El Banco de Alimentos Rosario avanza en dos proyectos de ley junto a la Universidad Católica Argentina, cuyos detalles se ampliarán en la cena del próximo viernes en el Salón Metropolitano, bajo el eslogan «Una noche sin desperdicio». Uno de ellos contempla beneficios fiscales para los donantes de mercadería, mientras que el otro promueve la iniciativa del doble etiquetado con una fecha de vencimiento para la venta y otra para el consumo.
“Actualmente si vos tirás mercadería tenés un beneficio fiscal. Pero si la donás, lo perdés. Apuntamos a que la donación no tenga un impacto negativo, porque sino las empresas te plantean «yo te dono pero no lo puedo descontar de ganancias»”, anticipó Fernando Cáceres, presidente del Banco de Alimentos Rosario (BAR), en diálogo con El Ciudadano.
“Pedimos que haya un beneficio fiscal para el que dona; o por lo menos igualdad. En el mundo, aquel que tira comida tiene sanciones económicas. Acá es al revés. Y la otra ley que funciona muy bien en el mundo es la del doble etiquetado. Con una fecha de vencimiento para la venta, y otra para el consumo”, aseguró Cáceres.
Y en ese sentido explicó que “todos los alimentos tienen una fecha de vencimiento. Principalmente los alimentos secos o los aceites, tienen un vencimiento comercial que no es un vencimiento del producto. Esa ventana nos daría la posibilidad de trabajar en esas donaciones, porque como Banco de Alimentos no podemos recibir mercadería vencida”.
En cuanto a los alimentos frescos, como lácteos y quesos, la industria acorta los tiempos de consumo para no correr riesgos. “Después de la fecha de vencimiento, muchos productos no son tóxicos. Sí empiezan a perder calidad nutricional. Todo será materia de estudio de parte de especialistas y del Instituto del Alimento”, señaló el titular de la institución social que se encarga de recuperar alimentos y entregarlos a organizaciones sociales.
Según Cáceres, “un producto que pierde la cantidad de proteínas después de la fecha de vencimiento y que no es tóxico, podría donarse a organizaciones sociales para que la gente no tenga que comer de la basura, como vemos frecuentemente”.
Ambos proyectos de ley cuentan con asesoramiento legal de la Universidad de Harvard, por intermedio de la Red Global de Banco de Alimentos. “La idea pasa por conformar una mesa de trabajo, para que los proyectos no ingresen por ningún bloque” a las cámaras de Diputados y Senadores de la Nación. “O sea, presentarlo en conjunto entre la Universidad Católica, la UNR y los bancos de alimentos. Podemos discutir un montón de cosas. Pero no debería haber ningún tipo de partidismo político en cuanto a distribución de alimentos y hambre”, aseveró Cáceres.
El presidente del BAR reconoció que “a nivel provincial tenemos muy buena relación con todos los actores políticos. El socialismo, el peronismo y el radicalismo siempre nos acompañaron”. Y adelantó que “vamos a trabajar con números de desperdicios, para que todos seamos conscientes de que en Argentina tiramos casi un kilo de comida por persona por día. Por día van a la basura 44 millones de kilos de comida. Podríamos comer todos y sobraría”.
El BAR post pandemia
“En pandemia asistimos a 1650 organizaciones”, puntualizó Cáceres. “En 2020 fue Contagiando Solidaridad. En 2021 fue Programa de Fortalecimiento Alimentario, que con fondos de Provincia, Nación y Concejos Deliberantes, pudimos comprar alimentos de alto nivel nutricional, que son difíciles de adquirir por donación. Incluían frutas, verduras y lácteos. Con ese programa, las organizaciones mejoraron la calidad nutricional de los alimentos que entregaron”, afirmó.
Por último, Cáceres recordó que “en el 2020 tuvimos la campaña Articulación Pública-Privada. En el 2021 volvimos a nuestro eje: el recupero y la entrega de las organizaciones. E hicimos un programa de fortalecimiento alimentario, entre Provincia, Municipio y Concejos Deliberantes. Y se hizo un programa con el cual llegamos a parte de las organizaciones sociales que asistimos en pandemia”.
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