Metida de lleno en la pelea contra el transitado camino de la grieta, la diputada nacional Mónica Fein advierte que “la necesidad del diálogo” es hoy “más importante que nunca”, sobre todo después del ataque sufrido por la vicepresidenta Cristina Fernández en las puertas de su casa en Capital Federal. “La política argentina no entiende la situación que vive hoy la sociedad”, le confió la presidenta del PS a El Ciudadano, y no dudó en repartir culpas por la tensión política: “Del clima de confrontación hay una responsabilidad compartida por el oficialismo y la oposición, en sus visiones más extremas”. En esa lucha contra la polarización, el socialismo impulsa la posibilidad de un armado a nivel nacional junto a la figura del gobernador cordobés Juan Schiaretti: «Creo que podría aportar a nivel nacional, a un espacio de diálogo, de acuerdo y mirada de futuro para Argentina». Y no demora un segundo en diferenciarlo de Omar Perotti: «Nada que ver el proceso que ha definido el gobernador de Santa Fe, de ser más un delegado del gobierno nacional».
—¿Qué análisis hace del atentado a la vicepresidenta?
—Nosotros repudiamos rápidamente como Partido Socialista este hecho y obviamente impulsamos que el Congreso hiciera lo mismo: repudiar el hecho, pedir el esclarecimiento. Porque creo que un hecho de tal magnitud no debe dejar dudas, sobre todo a los que defendemos la democracia, la política argentina, además de la no violencia. También creo que hay algunos de nosotros que hemos sido tratados de tibios, de moderados, por decir que este mecanismo de ir subiendo el enfrentamiento verbal, político, no era un camino para entablar acuerdos. En un momento muy difícil de Argentina, un momento de alta crisis económica, social, con personas que están sufriendo y pasándola muy mal, dijimos que para buscar un acuerdo era necesario bajar esa confrontación, y ahora obviamente lo ratifico. Todo tipo de confrontación que anule al otro, que plantee que el otro está fuera de juego, por no tener ninguna coincidencia, construye un clima que es muy negativo para el desarrollo de la política argentina. Y creo que hay mucho de eso. Yo lo pongo como parte de un proceso político de polarización, de grieta, que nosotros venimos planteando hace mucho. Como parte de un proceso que hay que superar de alguna manera, sobre todo porque en los extremos de esas polarizaciones hay un discurso descalificador del otro. Y creo que eso va generando un clima, que no significa que este hecho absolutamente repudiable esté enmarcado en eso. Pero sí creo que los procesos de descalificación permanente van generando relaciones más complejas y más violentas. Violentas cuando uno elimina al otro. Dicen “ellos o nosotros” o “los otros no son ni democráticos”. Hay todo un mecanismo donde se va eliminando la idea del respeto a la diversidad de ideas. Y eso, desde mi punto de vista, y desde mi concepto de democracia, cuando se extrema, obviamente, construye una relación imposible de una convivencia adecuada. Creo que en gran medida lo que nosotros venimos planteando, la necesidad del diálogo, la concertación, el bajar los decibeles de la polarización, hoy son más importantes que nunca, después de este hecho que se dio en Argentina.
—La primera reacción no parece ir en el sentido de bajar decibeles.
—La verdad que es el camino contrario al que tendríamos que haber seguido. Ante este hecho, un hecho realmente grave, desde el oficialismo tendría que haber existido una convocatoria a los sectores políticos democráticos, además de los sectores sociales, como lo hicimos en el Congreso, donde estuvimos aportando nuestra mirada. Y desde la oposición deberían evitar una mayor confrontación. Lamentablemente los sectores extremos buscan seguir en el mismo camino. La política argentina no entiende la situación que vive hoy la sociedad. Estuve en estos días con familiares de personas con discapacidad, la verdad que es terrible pensar en la no atención de personas con discapacidad, el no pago de los servicios. Los sectores más vulnerables están esperando que el Estado dé una respuesta, y el Estado, a través de sus extremos políticos, está viendo cómo confronta y quién es el responsable del clima de confrontación. Del clima de confrontación hay una responsabilidad compartida por el oficialismo y la oposición, en sus visiones más extremas. Creo que hay sectores del oficialismo y de la oposición que no buscan esos caminos, pero que no se expresan hoy, se quedan atrás. Ojalá en las próximas sesiones tratemos alguno de los temas que la sociedad nos está pidiendo desde el Congreso, y del Ejecutivo también, como por ejemplo este tema de la falta de prestaciones a las personas con discapacidad.
—Sobre el hecho en particular, ¿cree que se trató de un lobo solitario o que puede ser parte de una organización más compleja?
—Hay que esperar que la Justicia avance. Tenemos una sociedad que no confía demasiado en la Justicia, que a la vez ha cometido innumerables déficits de esclarecimiento de hechos terribles que han pasado en nuestra sociedad. Pensemos en los atentados de la Amia, de la Embajada, muchas otras cuestiones. Entonces creo que hay una desconfianza de la sociedad en que ese sea el camino. Yo creo que el camino es que lo esclarezca la Justicia, que se investigue, que deje claro el hecho por el bien de la vicepresidenta, que estuvo en una situación a segundos de que la mataran. Y por toda la sociedad, porque tenemos que saber qué sucedió, si fue un hecho aislado, si había alguien más involucrado, también para cuidar los caminos de la no violencia en nuestro país.
—¿Le preocupa que esta escalada derive en más episodios de violencia?
—Yo creo que en Argentina, desde el Nunca Más, la mayoría de nuestro pueblo ha vivido abrazado al camino de la no violencia en la resolución de los conflictos políticos. Yo no creo que tengamos una sociedad que elija la violencia. Tenemos una sociedad que tiene muy claro que quiere elegir el camino de vivir en paz y tener una oportunidad de vivir mejor en este país. La sociedad puede estar enojada, y lo está. Puede estar desilusionada inclusive, por falta de esperanza, algo que hay que construir hacia el futuro, pero para nada me parece que en la sociedad haya un clima de violencia y creo que no se va a dar esa situación.
—¿Puede haber sectores que especulen y apuesten a sacar provecho de esta escalada de violencia y de confrontación política?
—Siempre puede haber sectores minoritarios. Veo la preocupación en la sociedad de la cotidianidad, del día a día, de sus preocupaciones, de sus perspectivas. No hay nadie hoy en la Argentina que planteé que el camino para dirimir un conflicto es la violencia. Así que, si hay sectores, serán sectores con intereses, minoritarios, que habrá que repudiarlos, rechazarlos. Pero la sociedad argentina está por el camino de la paz, y lo que nos está pidiendo es el esclarecimiento de este hecho repudiable, y que trabajemos para mejorar la vida de los argentinos. Es un momento de mucha zozobra para llegar a fin de mes. Es lo que veo en la sociedad, más allá del enojo, por supuesto, de la falta de respuesta a su situación, pero no por el camino de la violencia. Y estoy convencida de que el camino, más allá de si existe un sector que intente aprovechar este enojo, creo que la sociedad no está en ese camino. La confrontación política es una confrontación de ideas, es una confrontación de caminos, la verdad es que yo soy opositora a este gobierno, porque creo que no solo no ha resuelto los problemas sino que hay más pobreza, más exclusión, hay un ajuste en marcha, no nos ha traído una mejor democracia, no ha podido resolver los grandes problemas que tiene Argentina, soy muy crítica a este gobierno. Y voy a generar, junto a otros y otras, a partir de mis ideas, otras políticas. Ese es el camino que hemos elegido en democracia hace mucho tiempo, y que creo que debemos reiterar todos los que creemos en la paz. Argentina es un país que ha vivido en la violencia, y los que tenemos una responsabilidad tenemos que encaminar las divergencias por el camino de la política de la paz. Hay una decisión que acompaña la sociedad. Después, la política exacerba las confrontaciones, exacerba las polarizaciones, la idea de que quien piensa diferente no merece ser considerado. Y eso es grave en términos de la política.
—¿Cómo se entiende la aparición del gobernador de Córdoba Juan Schiaretti en el horizonte del socialismo?
—Yo soy presidenta del socialismo a nivel nacional y la verdad que, en el diálogo con Schiaretti, como venimos haciendo con otras figuras y fuerzas políticas, estamos planteando salir de este proceso de Macri-Cristina que se ha agudizado en este último tiempo, y poder construir un espacio de diálogo propositivo para Argentina. Schiaretti es un gobernador, nosotros participamos de la gestión de Hacemos por Córdoba (la alianza gobernante), junto con otras fuerzas políticas. Schiaretti tiene un buen diálogo con distintos sectores, es capaz de dialogar y recibir a distintos actores políticos, tiene experiencia de gestión. Obviamente creo que podría aportar a nivel nacional, a un espacio de diálogo, de acuerdo y mirada de futuro para Argentina. No estoy hablando de candidaturas, sino un espacio nacional. La gente lo que está esperando es que le digamos cómo bajamos la inflación, como puede pagar un alquiler, cómo puede continuar con su actividad económica, me parece que ese es el camino del diálogo con Scharetti, un camino nacional, que creo que es importante que se construya.
—¿Un camino nacional del que pueden participar otros sectores?
—Bueno, yo también he rescatado mucho la posición que ha tenido en este conflicto Facundo Manes, que cuando se decide una escalada en los mecanismos de confrontación logra plantear que el camino no es el juicio político. Estoy hablando de dirigentes, de sectores, que creen que Argentina tiene que dialogar una salida política y no eso de «ellos o nosotros». Ese sería el debate al que creo nos están queriendo llevar algunos sectores de la oposición, y obviamente el oficialismo.
—¿Sería el espacio que normalmente en cada elección presidencial se construye, de una tercera vía?
—Bueno, veremos si es una tercera vía, si las coaliciones que hay -que realmente demuestran también sus limitaciones- son las que terminan. Si hay algunos sectores de estas coaliciones que piensan que es necesario otro camino.
—Manes está planteando diferencias grandes en JxC. ¿Puede generarse una fractura ahí?
—No lo sé, pero yo digo más allá de lo electoral, que parece que es lo único que se habla, con varios candidatos de la oposición peleándose entre ellos. Yo digo un diálogo dónde pensemos en el país, a partir de algunos acuerdos. Bueno, después habrá espacios electorales a construir, pero es más grave que el proceso electoral en sí mismo. Es un diálogo de acuerdos básicos para salir de la profunda crisis en la que estamos.
—¿Me puede hablar un poco más de Schiaretti? Tiene poca exposición mediática.
—Nosotros (en el Congreso de la Nación) estamos en un interbloque con los diputados y diputadas de Schiaretti. Están Natalia De la Sota, Carlos Gutiérrez, Ignacio Aresca, con quienes constituimos un interbloque. Lo que le puedo decir es que es una persona que defiende a su provincia y que lucha por el federalismo. Algo básico para un gobernador, que no se da en Santa Fe. Está preocupado por el biocombustible, nos planteaba que quiere una silla para discutir el tema de la hidrovía, tienen proyectos por el subsidio al transporte, que genera esta inequidad con respecto al Amba; es una persona que cree que Argentina debe ser más federal y no una Argentina cada vez más unitaria, y que la verdad defiende a su provincia. Digo esto porque ojalá nosotros tuviéramos un gobernador que defendiera su provincia y que no se alineara con los procesos nacionales, aún en contra de los intereses de su provincia.
—¿Encuentra muchas diferencias entre ellos? Porque parecen estar muy cercanos en términos ideológicos.
—Bueno, yo ya le marqué dos diferencias. Defiende a su provincia y cree en el federalismo. No está alineado a los polos opositores de este país. No tiene un alineamiento como tiene el gobernador Perotti con el gobierno nacional. Que es más funcional a los intereses del gobierno nacional que a defender los intereses de su provincia. Además de eso, obviamente, es un nombre de gestión, que significa transformar la realidad, invertir en obra pública, invertir en procesos de desarrollo de infraestructura en su provincia, todas cuestiones que, la verdad, está lejos del gobernador Perotti simbolizar eso. Esas son las cuestiones básicas que lo diferencian, y obviamente me parece fundamental buscar a personas más allá de su pertenencia política. Porque obviamente tiene una afinidad con el justicialismo, pero nada que ver el proceso que ha definido el gobernador de Santa Fe, de ser más un delegado del gobierno nacional, que el que ha asumido Schiaretti en defender los intereses de Córdoba.
—¿Quiere ser presidente Schiaretti?
—Bueno, expresa una gran preocupación por lo que está pasando en Argentina. Y creo que tiene una intención de ayudar a construir un espacio de racionalidad en nuestro país. Eso me lo ha expresado, lo ha expresado varias veces, cómo ayudar a construir ese espacio y esas condiciones para que discutamos cómo salir de esta situación económica gravísima. Porque parece que lo que estamos discutiendo tiene que ver con los argentinos que no llegan a fin de mes, que no pueden alquilar, que no encuentran trabajo, y la verdad que estamos lejos de esa discusión. Obviamente, por los temas de seguridad, por los temas ambientales, bueno, esos son los temas que estamos viviendo y que están lejos de ser discutidos en este debate de Macri o Cristina, algo ya fracasado y que reiteramos en el debate político nacional.
—Si avanzara esta posibilidad, ¿eso anula la virtual incorporación del socialismo al frente de frentes?
—El socialismo está en Santa Fe, como en todas las provincias, en diálogo político con distintos sectores. Habrá que llegar al proceso de construcción de coaliciones y alianzas. Yo soy muy respetuosa de cada provincia, nosotros tenemos distintas experiencias como partido y participamos de distintos procesos, que tienen que ver con defender los intereses de la sociedad. Y en ese camino creo que el diálogo político es importante, Ya habrá tiempo de discutir cómo son las coaliciones políticas. Hoy el socialismo está convencido de que tiene que fortalecerse en cada localidad, en cada municipio, fortalecerse con sus diputados y diputadas, tiene que recorrer la provincia y escuchar a la gente y defender los intereses de Santa Fe. Y para eso, bueno, hay que estudiar los temas, hay que recorrer, hay que escuchar, hay que, obviamente, posicionarse. A nivel nacional y también a nivel provincial. Y bueno, ese es el camino que estamos transitando hoy, siempre en diálogo abierto con los distintos sectores políticos, con quienes hemos compartido, con mucha historia en común. Hace dos años y medio formábamos parte de un mismo espacio político, es lógico que tengamos una lógica de diálogo, habrá que ver cuál es el resultado de los diálogos. Yo creo que lo más importante para el socialismo es defender al que trabaja, al que educa, al que cura, al que estudia y al que está tratando de salir adelante en este país. Ese es el desafío que tenemos.
—Entonces no son excluyentes las posibilidades de esta tercera vía en el plano nacional y el frente de frente en lo local. Podrían coexistir.
—No estamos hoy en un debate electoral. Esa es la verdad, por lo menos el socialismo cree que mientras la mayoría de los dirigentes está pensando en el 2023 la gente está pensando cómo llega a fin de mes. Estamos en un debate de cómo buscamos salir a esta profunda crisis. Ojalá eso se pueda sintetizar en una propuesta electoral, pero creo que está lejos la política cuando piensa en el 2023. Se pelean entre dirigentes de una misma coalición política para ver quién se posiciona más, ninguno de ellos debe estar sacando cuentas de cómo llega a fin de mes. Nosotros, y lo digo con honestidad, que vivimos en la misma casa y que después de años de gobierno tenemos las mismas condiciones económicas, que hablamos de transparencia porque ejercimos la transparencia en nuestra gestión pública, le pedimos a la política que esté a la altura de las circunstancias y piense cuáles son las respuestas. En primer lugar, al gobierno, que está haciendo un terrible ajuste, le pedimos que piense cuál es la propuesta para que bajemos la inflación. Eso es lo que debería estar exigiendo Omar Perotti. Eso es lo que deberíamos estar trabajando todos. Ojalá, porque en el Congreso la verdad que estamos lejos también de que el oficialismo se siente a discutir estos temas, nos traiga una propuesta económica y convoque a un proceso donde salgamos de esta crisis. Ojalá eso sea el desafío que tengamos. La propuesta electoral, en un momento como éste, donde parece que todos juegan a ver cómo aumenta la confrontación en Argentina, parecería que debe postergarse, para buscar una salida a la situación que estamos viviendo.