“Hacemos Hamlet poniendo en duda el modelo clásico”, decía hace exactamente tres años el actor, director y maestro rosarino Ricardo Arias, que por entonces estrenaba en Espacio Bravo una versión del clásico de Shakespeare, un material, como otros del gran dramaturgo inglés, que han sido de su interés desde los comienzos de su carrera, siempre interesado en saber qué esconden en verdad sus personajes y, al mismo tiempo, buscando encontrar sus resonancias en el presente, rompiendo con algunas reglas hegemonizadas en los modos de abordar las obras del dramaturgo inglés que es el teatro mismo, sin solemnidades, sin una idea de representación y apelando, incluso, a cierto humor que se filtra en medio de los latidos de la tragedia.
Después de una serie de sucesos no menos trágicos que incluyeron, en medio de la pandemia, la muerte del talentoso actor Micael Genre Bert y la pandemia misma que por dos años alejó al público de los teatros, el Hamlet de Ricardo Arias regresa este domingo a la cartelera local con algunos cambios en el elenco y algunos momentos retrabajados del montaje original y sus resonancias porque, claramente, hay un teatro ligado a lo poético y a la investigación en la búsqueda de sentidos donde los remplazos y las reposiciones milimétricas no existen.
“Argentina, Santa Fe, Rosario, Barrio Agote, Espacio Bravo. Hamlet vuelve después de la extraña muerte de su padre y el casamiento apresurado de su tío con su madre. Una conspiración estructural acecha sus pretensiones de conocer las circunstancias de esa muerte. Duda y ansía develar los hechos. Su tío, su madre, amigos, y hasta quienes suponemos son sus amores, se enredan en una trama de sospechas, confabulación y muerte”, plantea la escueta gacetilla de prensa acerca de este reestreno que cuenta ahora con las actuaciones de Gustavo Guirado (Claudio, Polonio y el fantasma del padre del príncipe Hamlet, el rey del mismo nombre), Claudia Schujman (Gertrudis), Felipe Haidar (Hamlet), Juan Nemirovsky (Horacio y Laertes), Mumo Oviedo (varios personajes) y Antonela Regalado (Ofelia), en versión y con dirección de Ricardo Arias, y asistencia de dirección Anahí González Gras, diseño gráfico de Carlos Verratti y fotografía de Claudio Perrin.
“Este es un Hamlet marcado por nuestra realidad que no quiere formar parte de un organismo perverso montado de intrigas, sospechas, manipulación y muerte del cual todos somos parte, incluso él”, sostuvo Arias, oportunamente, acerca de su proyecto, siendo él mismo un profundo conocedor de la obra de Shakespeare con una recordada versión de Macbeth en los comienzos de su carrera, a la que siguieron otras de Ricardo III y El rey Lear, e incluso una más cercana en el tiempo, con un príncipe que ha sobrevivido (el original muerte muy joven) denominada Bailemos sobre las cenizas, Hamlet, donde dirigió a Rodolfo Pacheco.
Arias tenía hace años el proyecto de montar una versión de este clásico y fue así que a comienzos de 2018 empezó a trabajar con el elenco original de la obra, previo proceso de escritura con la adaptación de un texto de Hamlet que, de forma habitual, trabaja año tras año con sus alumnos en la Escuela de Teatro, y siempre teniendo muy presente la obra en distintas versiones, en distintas lecturas, abordajes y análisis, un recorrido previo que facilitó bastante el proceso del montaje en ciertos aspectos y al mismo tiempo lo complicó en otros.
El desafío del regreso
“Dudamos muchísimo en volver a hacerla. Lo charlamos durante más de un año. La pandemia fue muy dura para todos nosotros en términos colectivos y también personales. Lo que yo siempre tuve en claro era que volver a hacerla era algo necesario. En algún momento me iba a volver a aparecer esa necesidad; no me veía haciendo otra cosa o diciendo «ya fue, ya está, ya pasó»”, contó Arias acerca de esta nueva etapa de trabajo y de reestreno.
Y sumó: “Por eso, sabiendo que para hacerla no podía negar lo hecho ni lo que había pasado y tampoco pensar algo nuevo, tenía algunos desafíos como eran, de partida, resolver el nuevo elenco y la nueva versión. Así el grupo de trabajo se renovó muchísimo cuando se incorporaron los nuevos compañeros, que a su vez yo ya conocía. Con Juan (Nemirovsky) había trabajado en los montajes experimentales y de investigación que llevo adelante en el CEC. Antonela (Regalado) había sido alumna mía en la Escuela de Teatro y Mumo (Oviedo) es alguien entrañable que podía aportarle un perfil de actor distinto a la obra, que siento que lo necesitaba”.
Más allá de que en el proceso de trabajo nunca apareció la idea de reemplazo, y siendo que Genre Bert, quien falleció en octubre del 2020, llevaba adelante varios personajes en la primera versión, Arias tuvo en claro por dónde iría a partir de la convocatoria de los nuevos actores: “En ese sentido, fue claro de entrada que Juan haría Horacio y Laertes y Mumo el resto de los personajes, sumándole algunos nuevos aspectos que me parecen sutiles pero importantes en cuanto a los cambios que necesitaba la obra, más allá de que la puesta, a nivel espacial, no cambió, es la misma. De todos modos, sí hay algunos detalles que la oscurecen más todavía; siento que era algo insalvable. Por otro lado, el cambio de gobierno nacional (la obra se ensayó y estrenó en medio del macrismo) hizo que reviéramos algunas cosas que remiten a ciertos guiños vinculados con lo político”.
Finalmente, Arias habló de la inmanencia de Hamlet como un material que trasciende tiempos, fronteras e incluso lenguajes, sobre todo en un momento del país y del mundo donde la mentira y la traición, tan claramente planteadas dentro de la obra como disparadores de la tragedia, tienen un fuerte correlato con el presente: “Siento que es una obra necesaria para estos tiempos; Hamlet siempre invita e incita a la reflexión, y uno siente que nunca está a la altura. Y eso es bueno porque te baja el copete y te sumerge en la búsqueda y en el trabajo. Con lo que uno tiene y conoce, enfrentar este material nunca es suficiente; tenés que aprender a convivir con tus carencias y tus falencias, porque está claro que la obra siempre va a ser más grande de lo que vos puedas hacer con ella”.
Y cerró contundente: “De todos modos, y siendo muy sincero con lo que me pasa previo a este reestreno, lo que había hecho en la primera versión era lo que quería hacer, y eso hizo a esta segunda versión muchísimo más difícil para mí. Independientemente de eso, me pasa por momentos que siento que esta sí es una tragedia de verdad”.
Para agendar
Hamlet, de Shakespeare, en versión y bajo la dirección de Ricardo Arias, se reestrena este domingo, a las 19, en Espacio Bravo Teatro, de Catamarca 3624, donde seguirá en cartel los restantes domingos de octubre y noviembre. Las reservas de entradas se realizan a través del 341-6758422 y por redes sociales.