Search

Cuáles son las políticas que impulsó en San Luis la nueva ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad

Desde el jueves pasado, Ayelén Mazzina se convirtió en la segunda ministra de este área de la gestión de Alberto Fernández

Un centro para acompañar a personas en situación de violencia de género, una línea telefónica exclusiva para atender estos casos, un programa pionero de gestión menstrual estatal, un espacio para personas trans y un sistema integral de asesoramiento y acompañamiento para familias, infancias y adolescencias con sexualidades disidentes son algunas de las políticas implementadas en San Luis por Ayelén Mazzina, flamante ministra nacional de Mujeres, Géneros y Diversidad.

Desde el jueves pasado, Mazzina se convirtió en la segunda ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad.

Llegó al cargo luego de haber sido, desde diciembre de 2019, titular de la Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad de San Luis, donde también fue concejala en la capital provincial.

Un repaso por su gestión provincial puede anticipar algunas de las políticas que profundizará e impulsará desde su cargo nacional.

Hace poco más de un año inauguró en la provincia un Centro Integral de Protección para la contención, asistencia y asesoramiento a personas en situación de violencia de género, que complementó la tarea de la Red de Contención a las víctimas -un espacio interministerial -, al que se suma la Línea Única 104 para atender estas situaciones, y a la implementación de la Ley Micaela.

También puso en marcha un programa de acompañamiento que tiene por objetivo lograr «niñeces y adolescencias cuidadas para asegurar vejeces dignas», dijo a Télam el puntano Pablo Almicar Ramírez, quien está a cargo de de las consejerías para familias, infancias y adolescencias con sexualidades disidentes.

«Se trata de crear un espacio de contención, de información, de escucha y acompañamiento para las infancias LGBTQI+, que muchas de las infancias y adolescencias que hoy somos adultos no tuvimos para poder sentirnos segures, para poder manifestar nuestra expresión de género, nuestras identidades y orientaciones», resaltó el funcionario.

La tarea «es integral junto a la facultad de Psicología de la Universidad Nacional de San Luis, y al área de adolescencia del Ministerio de Salud en el consultorio médico para lograr abordaje desde lo físico, lo psicológico y lo social, entendiendo que es necesario realizar encuentros entre pares; el poder identificarnos, trabajar nuestros cuerpos, romper con las construcciones binarias o hegemónicas y validar que cada una de las construcciones son únicas y valen como cualquiera», añadió.

Muchas de las actividades de la conserjería se desarrollan en un espacio inaugurado el 15 de julio del 2020 bajo el nombre de Weye Diversidad y Orgullo.

Weye es una palabra mapuche que se utiliza para nombrar a las personas que no se identifican ni como hombres ni como mujeres.

Se trata de un lugar de contención, diálogo, sociabilidad y protección de derechos orientado a la población LGBTIQ+, que en la actualidad acompaña a 30 familias.

Allí funciona un consultorio médico interdisciplinario a cargo de Temis Lorda junto a un completo equipo de profesionales; se dictan talleres y funciona la escuela TransFormar para adulteces trans, entre otras actividades.

Violeta es usuaria del espacio y dijo a Télam que «fue el primer lugar en el pude ser yo, aparte de mi casa».

Su mamá Graciela contó que llegaron a Weye «buscando contención y sentí un alivio y una tranquilidad que hace meses no tenía».

«Antes de la transición de Violeta, mi cabeza no registraba con tanta conciencia la posibilidad de un mundo diverso», reconoció.

Resaltó además «la comprensión, amabilidad, acompañamiento médico y psicológico; conocimos a personas hermosas, participamos de actividades gratificantes, enriquecedoras, edificantes».

En Weye funciona la biblioteca disidente Carlos Jáuregui y un taller de fonaudiología para personas trans.

Mazzina también concretó la primera encuesta travesti trans de la provincia y un protocolo de intervención educativa de infancias y adolescencias con sexualidades disidentes.

La flamante ministra, de 33 años, es activista y se reconoce como lesbiana, una identidad que atraviesa su gestión.

Además, la administración provincial de Mazzina creó un programa de inserción travesti trans que, hasta ahora, contrató a 53 personas, y sumó un reconocimiento económico a adulteces mayores travesti trans de San Luis.

Además, puso en marcha un pionero programa de gestión menstrual que luego se convirtió en ley provincial.

«El programa es una oportunidad bárbara para militar una gestión menstrual sostenible y amigable con el medioambiente. Transmitir los impactos que genera la menstruación en el ambiente, en la educación en la economía, en la salud, es una herramienta clave para acompañar un proceso de transición de una menstruación tradicional, desechable con las toallitas, a una menstruación sostenible y sustentable. Es un proceso que implica cambiar hábitos, conocer nuestro cuerpo, respetar los tiempos de cada una. Hablamos siempre de cuerpos menstruantes porque entendemos que somos diversos», destacó a Télam Yanina Schwindt, una de las circuladoras del programa provincial «Yo Menstrúo».

En sus primeras declaraciones como ministra a El Diario de La República de San Luis, Mazzina resaltó que «ahora San Luis es mirada por todas las políticas realizadas. No llego a ministra por un Encuentro -en relación al Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries que se realizó el último fin de semana en esa provincia- sino a una gestión que se realiza desde hace años».