Andrés Calamaro parece haber vuelto a su exaltada época juvenil y, en los últimos días, ha protagonizado varias polémicas.
El cantante primero aprovechó el fallo de la Corte Suprema a favor de la despenalización de la tenencia de marihuana, destinadas al consumo personal, y se preparó un porro en medio de un concierto para celebrar la iniciativa.
Durante otra actuación a principios de esta semana en el estadio de la ciudad de Buenos Aires, Calamaro pidió la pena de muerte para los déspotas de la dictadura militar que sufrió su país entre 1976 y 1983 y que causó 9.000 desaparecidos según la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP).
«Hubo juicio 30 años después a los criminales de la Escuela de la Armada. ¡Pena de muerte a todos los represores de la ESMA efectiva en 48 horas! Porque en Argentina está lleno de pelotudos. No hace falta que venga Manu Chao a contarnos qué pasó», arengó el cantante frente a un público de 30.000 personas.
«Sí, dije pena de muerte. No hace falta Obama o Lula. En Argentina no tenemos uno. Vamos a estar mejor», prosiguió Calamaro, que también criticó al nuevo ministro de Educación de Buenos Aires, Abel Posse, al que acusó de restarle gravedad a la represión argentina al denominarla como «una guerra».