El Censo de Población, Viviendas y Hogares se cumplió satisfactoriamente hoy en las seis bases de la Antártida Argentina, donde se contaron 230 personas, mientras los científicos realizan un operativo similar pero de pingüinos, que conforman la más multitudinaria población en esas latitudes.
«El censo de población ha coincidido con el censo de pingüinos. Pero acá hay más pingüinos que gente, gracias a Dios», dijo sonriente Orlando Interlandi, teniente coronel de la base Jubany, donde también se investigan otras especies, como elefantes marinos y focas y se realizan estudios con algas y peces.
Jubany tiene una dotación de 33 personas, entre los cuales hay cuatro mujeres, y este año uno de esos hombres fue padre por primera vez.
Durante una videoconferencia en el Edificio Libertador, personal militar dialogó hoy en una clima distendido con la directora del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), Ana María Edwin, que pidió un informe del operativo que comenzó antes de las 8 y finalizó antes del mediodía, con el envío de las planillas a Tierra del Fuego.
«Es un honor tomar contacto con ustedes. Sepan que lo que han hecho hoy es defender nuestra soberanía. Los felicitamos.», dijo Edwin al saludar al vocero de Belgrano II, la más alejada de las bases antárticas, a 77º 52` de latitud Sur, y una dotación de 19 personas, entre militares, científicos, técnicos e ingenieros.
El capitán Leonardo Sakamoto contó que «el sol se escondió el 16 de abril y volvió el 21 de agosto. Tenemos cuatro meses de noche polar absoluta sin un sólo rayo de sol y la temperatura más baja alcanza los 63º bajo cero».
Desde Orcadas, el capitán Juan Carlos Zenteno, también se refirió al censo de pingüinos que se lleva adelante a unos 4 kilómetros de la base.
«Vienen a anidar para esta época», dijo Zenteno, pero aclaró que «algunos son de picotear cuando anidan», al dar su informe que dio cuenta de las 17 personas que viven en Orcadas.
Orcadas tiene «un istmo y dos bahías que se congelan en invierno, lo que las convierte en dos superficies de hielo que sólo pueden ser recorridas con esquíes», dijo Zenteno.
«El pack, hielo marino, de la bahía sur ya se rompió, lo que hizo que el mar azul apareciera en nuestro blanco paisaje de invierno e iniciara una nueva temporada», contó con visible satisfacción.
El representante de la base dijo que «aquí a fines de agosto empieza la vida» y que la base más cercana está a 950 kilómetros».
Zenteno dijo que gracias a los avances tecnológicos la vida de la dotación hoy no es tan dura como antes, tras lo que recibió de parte de Edwin una felicitación «por la fortaleza y la valentía».
La base Esperanza, donde se hace trabajo de campo en sismología y biología, es la única base con familias, nueve, y una escuela, con directora y un maestro, que son pareja.
«Las viviendas familiares son de fibrocemento, revestidas de madera y un aislante de telgopor», dijo durante su diálogo con la directora del INDEC en Buenos Aires, el teniente coronel Cristian Calandín.
Desde la base San Martín, que se creó en 1951, donde viven hoy 20 personas, la actividad más importante es también la científica y la función del personal militar es el apoyo logístico.
«Se trabaja en investigación geomagnética, en convenio con otras naciones», señaló el capitán Ariel Quiroga, quien aclaró que San Martín fue la primera base creada por el Ejército Argentino.
La base Maramabio, a 64º 14` de latitud sur y 75 habitantes, 40 permanentes por un año, reportó que el operativo censal fue normal y exitoso.