Un siniestro vial con ribetes cinematográficos ocurrió ayer a la mañana en Pellegrini y Provincias Unidas, cuando un camión que todo indica que se quedó sin frenos cruzó con semáforo en rojo e impactó contra un colectivo de la línea 145 que iba repleto de pasajeros. Si bien no hubo que lamentar víctimas fatales, se registraron 34 heridos, tres de ellos de gravedad, los cuales al cierre de esta edición se encontraban internados en el Heca.
El choque desencadenó otros entre los vehículos que circulaban por esas avenidas generando un caos en el tránsito.
Según fuentes policiales un camión volcador Bedford que trasladaba materiales de construcción y que circulaba por Pellegrini hacia el centro y ya bajaba por el viaducto Ernesto Che Guevara, se quedó sin frenos y antes de cruzar Provincias Unidas, chocó contra el interno 347 de la línea 145, que venía lleno de pasajeros. Según dijeron testigos a la Policía, el chofer del ómnibus pudo observar la velocidad del camión, por lo que aceleró y evitó así que colisionara en el medio del coche.
“El motor se desplazó hacia atrás y quedó en la cabina. También se cortó el volante del camión y lo estamos buscando. Al camión se le rompieron las ruedas delanteras”, destacó una fuente de la investigación, quien aclaró además que había dos personas en la cabina del camión y otras dos en la parte trasera, que cuando se produjo el choque salieron despedidos. “Son los dos más complicados.
Están en el Heca, uno de ellos tiene fractura de cadera”, destacó el vocero de la pesquisa.
El conductor del camión, de 56 años, quedó atrapado y tuvo que ser rescatado por los bomberos y el personal de emergencia. Según los partes médicos sufrió traumatismos en el cráneo y en los miembros inferiores.
Como consecuencia del embotellamiento, se produjo otro choque, por Pellegrini, cuando un Fiat Regata fue embestido por una camioneta F100 a la que se le cortó la dirección. “Después de impactar en la parte trasera al Regata, otro vehículo chocó contra la F100”, agregó.
Si bien el conductor de éste último auto se fue del lugar, la Policía sospecha que se trató de un auto nuevo, ya que quedaron fragmentos de plástico sobre el asfalto.
Como consecuencia de ese siniestro, el conductor del Regata resultó herido.
Trabajaron en el lugar unas nueve ambulancias del Servicio de Emergencia Sanitarias –Sies–, y de empresas de salud privadas para atender a los heridos. Además, intervino personal de Bomberos Zapadores, tratando de sacar al chofer del camión, que quedó aprisionado en la cabina del vehículo, tras el impacto frontal con el colectivo. En tanto, efectivos de Tránsito y de la Guardia Urbana Municipal debieron montar un operativo para desviar a los vehículos de la zona y despejar la circulación.
Tensión
El aire de la mañana se llenó de tensión en la zona de Pellegrini y Provincias Unidas.
Habían transcurrido varios minutos desde la colisión entre el viejo camión Bedford y el interno 347 de la línea 145, pero la conmoción no cedía. Por el contrario, el ambiente se cargaba de dramatismo a medida que familiares de los heridos se sumaban a la escena.
En medio de tanta gente, y aún aturdido, Juan Carlos Nicosia, conductor del 145, contó su versión. “Yo vengo por Provincias Unidas y cruzo Pellegrini porque tengo el semáforo en verde. Entonces veo como una cosa que se me viene encima. No vi qué era. Atiné a acelerar, quería apurarme para pasar, pero no me dio tiempo porque me chocó en la parte de atrás”, relató.
El chofer de la empresa Rosario Bus aceptó que “aunque no era mucha, en el micro viajaba gente parada”, y se lamentó de que “el camión casi se lleva puesto al pibe en silla de rueda que limpia vidrios” al pie de viaducto Ernesto Che Guevara.
“Fue un desastre, casi una tragedia. Me dijeron que el camión se quedó sin frenos y, como venía con el envión de la bajada, se le hizo imposible controlarlo”, añadió Nicosia, quien no sufrió heridas de consideración.
Los testimonios más dramáticos se escucharon de algunos de los pasajeros del colectivo, que estaban muy asustados.
“Vi una sombra que se vino algo contra el colectivo y no sabía qué era. Venía a mil, ¿cómo puede ser que vaya a esa velocidad si sabe que no tiene frenos? Entonces empecé a decir «ay, Diosito mío; ay, Diosito mío», que era lo único que me salía en ese momento. Me abracé a mi hijo y sentimos el golpe”, señaló una mujer, que resultó ilesa, al igual que su hijo, pero el susto le durará por varios días.
Un hombre, que también viajaba en el interno 347 del 145, contó que le quedó grabado el griterío anterior a que se produjera el impacto. “No lo vi venir al camión. Yo iba sentado en la parte de adelante, y lo único que sentí fue un montón de gritos y enseguida el golpe, que fue tremendo”, señaló.
Fernando, un limpiavidrios que se desplaza en silla de rueda y trabaja desde hace tiempo en el lugar, fue alertado por los propios ocupantes del camión para que se pusiera a resguardo. “Mientras bajaba, la gente del camión empezó a gritar «cuidado, cuidado». Entonces me crucé al otro lado de la calle y pasó con todo.
Le pegó a un auto y después le dio al colectivo”, contó, y lamentó que se les rompieron los baldes que usa para trabajar.