El martes pasado, un vecino encontró restos óseos mientras excavaba en el patio de una vivienda de Valle Hermoso 1270, de barrio La Cerámica. Esta dirección es conocida en las crónicas policiales porque ahí vivía Juan José “Pijuán” Lazo, el hombre que fue condenado junto a otras cinco personas por asesinar a su pareja Rocío Gómez, de 17 años, que era su pareja. El cuerpo de la joven fue encontrado descuartizado y enterrado en una casa de barrio La Florida, en 2011. Tras una década, en agosto de 2021, fue detenido un hermano de Lazo, quien también estaba señalado como partícipe en el crimen de la adolescente.
Los pesquisas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) llegaron al domicilio pasadas las 18 de este martes y trabajaron junto a un equipo forense para recolectar los restos y someterlos a pericias, describieron los voceros policiales relacionados al caso.
El hombre que llamó al 911 contó que hacía un tiempo que vivía en esa propiedad, la cual estaba abandonada, y que mientras acondicionaba el patio poner algunas plantas encontró los restos.
El caso quedó a cargo del fiscal Gonzalo Fernández Bussy, quien ordenó a los investigadores y el equipo forense las medidas de rigor para determinar el origen de los restos.
El femicidio de Rocío
Estuvo 10 años prófugo por el femicidio de una adolescente que hallaron descuartizada
El 25 de febrero de 2011, Rocío se fue de su casa donde vivía con sus padre en Uruguay y Del Bajo, en el extremo norte de San Lorenzo. La adolescente se llevó un bolso con ropa y a su pequeño hijo, de entonces 14 meses.
Al día siguiente, Rocío llamó a su mamá Norma para pedirle que le llevara la moto que se había comprado hasta la granja que Pijuán Lazo tenía por calle Valle Hermoso al 1270.
Norma fue con su entonces pareja. Los trataron bien, les ofrecieron una gaseosa, mientras comenzaban a llenar los papeles para la venta del rodado, que estaba a nombre de Norma porque su hija era menor. La mujer vio a su hija y a su nieto en el fondo de la casa. Y cuando les pidió que se acercaran, la amabilidad con la que había sido tratada cambió en forma rotunda.
Según declaró la mujer, Pijuán Lazo, de entonces 43 años, sacó un arma de fuego y le empezó a gritar a Norma. Cuando su pareja intentó intervenir, le pegaron un culatazo en la cabeza y tanto a ella como a su hija las sometió sexualmente.
Pijuán, acompañado de su hermano Hernán, Jonatan Vargas –ya condenado– y otras personas, maniataron al marido de Norma y le pusieron una bolsa en la cabeza, mientras que ella era obligada a firmar varios papeles. Luego los echaron del lugar, no sin antes recibir amenazas de muerte si contaban lo sucedido.
Los familiares de Rocío radicaron la denuncia en el Juzgado de Instrucción 14ª, a cargo de la jueza María Laura Sabatier. Y luego se marcharon a la provincia de Buenos Aires, donde tienen familiares, para ver si Rocío se había marchado hacia allá y también porque tenían miedo de que les pasara algo malo.
Meses después volvieron a San Lorenzo, pero no tenían noticias de Rocío y su hijo. Hasta que el 8 de mayo de 2011, cuando el nene fue hallado por un hombre en un descampado de la ciudad de San Nicolás.
El chiquito, tras ser revisado por médicos, fue entregado a su abuela Norma, quien a mediados de mayo de ese año se presentó en Tribunales y amplió la declaración dada en su momento.
En agosto de ese año, un llamado anónimo advirtió a la Policía de San Lorenzo que la adolescente de 17 años había sido asesinada y enterrada en una vivienda precaria, ubicada en Martín Fierro al 600, de barrio La Florida. En el terreno hicieron excavaciones por 2,70 metros de profundidad, entre distintas capas de cal, para dar con los restos humanos de Rocío.
Esa casa donde fueron hallados los restos de Rocío estaba alquilado por Pijuán Lazo, quien por entonces se mantenía prófugo.
Condenas sin perspectiva de género
El 22 de septiembre de 2011, Pijuán Lazo, Jonatan “Joni” Vargas y otras personas fueron detenidas en una casa donde un cartel indicaba que allí funcionaba un centro comunitario llamado Mi refugio, en la localidad de Granadero Baigorria.
Al mes siguiente, la jueza de Instrucción Sabatier procesó a Pijuán Lazo y a Joni Vargas como coautores de los delitos de “privación ilegítima de la libertad doblemente calificada por uso de violencia, amenazas y/o venganza; lesiones; robo calificado por uso de armas de fuego; abuso sexual con acceso carnal agravado; homicidio; tenencia ilegal de arma de guerra y desobediencia”. En ese fallo, otras seis personas quedaron imputadas de encubrimiento agravado, delito que les permitió esperar el juicio en libertad.
Meses después la Cámara Penal atenuó las imputaciones de Pijuán y Joni al revocar lo atinente al abuso sexual agravado en perjuicio de la chica y de su madre. Para los camaristas no había pruebas al respecto.
Para ese momento estaba el debate en la agenda pública sobre la incorporación como agravante del homicidio la figura de femicidio, que tiene una pena de prisión perpetua. El 14 de noviembre del 2012 se sancionó la ley 26.791 y se promulgó el 11 de diciembre del mismo año donde modificó el artículo 80 del Código Penal Argentino incorporándole el agravante del contexto de violencia de género de un hombre para con una mujer.
El caso quedó del titular del Juzgado de Sentencia Nº 6, Julio César García, quien el 4 de agosto de 2014 condenó a 15 años de prisión a Pijuán por hallarlo responsable del homicidio de Rocío como así también de los delitos de privación ilegítima de la libertad doblemente agravada por el uso de violencia, amenazas y/o venganza y por el uso de arma de fuego, robo calificado por el uso de arma de fuego (por la sustracción de la moto), lesiones leves, tenencia de arma de guerra.
A su vez, Jonathan Raúl Vargas, de entonces 23 años, fue acusado de participar en el ataque a la madre de Rocío y su pareja y penado a 7 años y 6 meses de prisión. Mientras que Albana Morales, Jorgelina Sosa, Joana Vargas y Mónica Morales fueron condenadas a la pena de 2 años de prisión condicional por el delito de encubrimiento agravado. Y absolvió a un séptimo sospechoso.
El 4 agosto de 2021, Hernán Facundo José Lazo, hermano de Pijuán, fue detenido en un pueblo llamado Chiclana, a 18 kilómetros de la localidad bonaerense de Pehuajó. Tenía pedido de captura por diversas causas, entre ellas el femicidio de su ex cuñada Rocío Gómez: privación ilegítima de la libertad, abuso sexual con acceso carnal agravado, tenencia ilegal de arma de guerra y homicidio agravado.
En tanto, la familia de Rocío tuvo que mudarse tras ser víctima de múltiples amenazas y ataques a lo largo de estos años.
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