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A 20 años de la desaparición de la familia Gill, nuevas excavaciones en Entre Ríos

El operativo se realiza en una estancia del departamento Nogoyá para intentar avanzar en la búsqueda de la familia de seis integrantes cuyo rastro se perdió en enero de 2022

La Justicia de Entre Ríos y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizan este martes nuevas excavaciones para continuar con la búsqueda de la familia Gill a 20 años de su desaparición.

En esta ocasión la investigación se realiza en una estancia ubicada en la localidad de Nogoyá, Entre Ríos donde la familia fue vista por última vez en 2002. El misterio que tiene en vilo al país desde hace 20 años se recrudece con las nuevas excavaciones llevadas a cabo.

El objetivo es tratar de localizar a José Rubén «Mencho» Gill, peón rural; su esposa Margarita Norma Gallegos, y sus hijos María Ofelia, Osvaldo José, Sofía Margarita y Carlos Daniel.

Para esta ocasión se realizarán trincheras en los alrededores del «Campo del Abasto» con la idea de que los especialistas verifiquen si existen alteraciones en el suelo, lo que indicaría que hubo remoción de tierra con el objetivo de ocultar algo.

La estancia «La Candelaria», de alrededor de 500 hectáreas, pertenecía a Alfonso Goette, quien murió en 2016 en un accidente automovilístico y había sido un protagonista importante en la historia ya que denunció la desaparición de la familia recién tres meses después.

Desde 2019 en adelante el EAAF en conjunto con el Gobierno de Entre Ríos realizando diversas excavaciones en la zona pero todos tuvieron resultados negativos.

Con el paso del tiempo varias personas señalaron «haber perdido el miedo» y testificaron para dar información acerca de dónde podría estar la familia Gill. Aunque con identidad reservada, una de ellas señaló que el 14 de enero de 2002 había visto a Gill quejándose por los pozos que le había ordenado cavar el dueño del campo donde trabajaba.

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Desaparición de la familia Gill

El 13 de enero de 2002 la pareja y sus cuatro hijos fueron vistos por última vez en el velorio de un amigo. Desde ese momento las incesantes búsquedas resultaron negativas y la investigación tiene más puertas abiertas que posibles resoluciones.

A pesar de las diversas averiguaciones y la aparición de testigos en los últimos años que apuntan contra Alfonso Goette, dueño de la estancia, la Justicia no logra dar con la familia.

Goette murió en 2016 en un accidente automovilístico y a pesar de estar en el ojo de la tormenta nunca quedó imputado en la causa. En todo momento el dueño de la estancia negó saber qué sucedió con la familia y hasta se defendió señalando: “Cómo los voy a querer matar si el más chico es hijo mío”.

Lo curioso es que Alfonso denunció la desaparición tres meses después en el que argumentó que le había dado vacaciones a la familia pero nunca habían regresado. En ese momento que los familiares de los Gill se enteran de lo que sucedía.

Desde aquella denuncia hasta que se realizaron las primeras excavaciones pasó más de un año y en el medio hubo diversas disputas que generaron el retraso de nuevas hipótesis y avances en la causa.

En 2015 la causa por «averiguación de paradero» pasó al juez Gustavo Acosta. En una entrevista señaló que había un juicio laboral por maltrato de Gill contra Goethe y a su vez hay una hipótesis de índole personal ya que se decía que el hijo más chico de Rubén y Margarita era en realidad hijo del patrón de la estancia.

Actualmente la recompensa impuesta por el Ministerio de Seguridad es de 9 millones de pesos y a 20 años de la desaparición de los Gill buscan hallar nuevas pistas que conduzcan a resultados positivos para dar con el paradero de la pareja y sus cuatro hijos.

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