Con un viaje de estudios experimental desde el Instituto de Educación Superior (IES) N° 29 “Galileo Galilei”, la carrera de Turismo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la empresa Piamonte SA exploraron la posibilidad de turismo regional desde nuestra ciudad hacia los lugares donde sucedieron las batallas de Pavón y Cepeda. En un recorrido realizado el pasado sábado 12 de noviembre, que incluyó las localidades de Rueda, Oratorio Morante, Mariano Benítez y Peyrano, estudiantes del Profesorado de Historia del IES N° 29 tuvieron un contacto más estrecho con nuestro pasado y descubrieron características de los pueblos del sur santafesino y del norte bonaerense que les eran desconocidas. Las batallas de Pavón y Cepeda marcaron el inicio de las guerras civiles del siglo XIX y, en sus segundar versiones, el inicio de la República Argentina organizada por Bartolomé Mitre en 1862. Tienen una importancia vital en nuestra historia porque definieron los lineamientos sobre los que se construyó a la Argentina moderna.
Donde fue Pavón
El recorrido se inició en el pueblo Rueda, donde tuvo lugar la segunda batalla de Pavón en 1861, más específicamente a tres kilómetros del pueblo, en el casco de la actual estancia Los Naranjos donde Justo José de Urquiza desplegó sus tropas tomando como referencia ese punto.
En ese lugar se está reorganizando el museo a partir de la dirección de Carlos Tellechea con la colaboración del intendente comunal, Pablo Rizzo. En ese lugar se muestra lo que los antropólogos de la UNR están descubriendo y analizando. Además, allí se está revalorizando la historia de Rueda a partir de un grupo de mujeres que está desarrollando la biblioteca La Arboleda y de la muestra del museo-almacén de ramos generales del coleccionista Juan Carlos Bartomioli que se convirtió en una verdadera sorpresa para los paseantes porque se exponen objetos del pasado de las colonias agrícolas del sur santafesino, como ser las bordalesas (barriles de vino) y elementos de cultivo pero también elementos de la Primera y Segunda Guerra Mundial, por ejemplo.
La segunda parada del recorrido, a 15 kilómetros de allí, fue Oratonio Morante, pequeña aldea de un puñado de pobladores donde existe una antigua capilla, el cementerio donde se sepultó a los caídos en las batallas de Pavón y Cepeda, y que fue una antigua posta visitada por figuras célebres de nuestra historia, incluso por Eva Perón.
Atravesar el Medio
Tras cruzar el arroyo Del Medio que delimita Santa Fe y Buenos Aires, los visitantes llegaron a Mariano Benítez donde desde hace tiempo se vienen desarrollando tareas de arqueología de campos de batalla y donde existe el Museo de la Batalla de Cepeda dirigido por Faustino Godoy. Allí, tras un almuerzo preparado por Noelia, Mauricio el delegado (intendente) del pueblo y su hijo, los visitantes visitaron el museo que aparece en uno de los capítulos de la serie Memorias del frente, de Canal Encuentro y conocieron el lugar donde aconteció la segunda batalla de Cepeda, en 1859.
Sin hacer eje en una visión militarista, el recorrido por el museo y por el lugar donde existe un monolito recordatorio apunta a reflexionar sobre la dimensión social de la guerra. Más allá del heroísmo, las armas y los uniformes, los visitantes se sumieron en las situaciones humanas vividas en estos episodios, así como pudieron pensar las cuestiones económicas y sociales de estos enfrentamientos bélicos.
Descubrir pueblos y sus historias
La última parada fue en Peyrano, en el sur de Santa Fe, y su museo dirigido por Gabriela Della Santa y Carlos Tellechea.
En el museo “30 de Julio” están expuestos objetos de antiguos pobladores como ser el escritorio y biblioteca de Pablo D’Anna, antiguo dirigente del Partido Demócrata Progresista, un almacén de ramos generales y otras sorpresas inesperadas para los paseantes. En este lugar, también estuvieron expuestas para esta visita los objetos surgidos a partir de la excavación que están realizando en una antigua “casa de tolerancia” (burdel). Se trata de un trabajo de larga data que bien puso iniciarse con las investigaciones de Cristina Solian que hizo entrevistas a viejos vecinos que recordaban esa casa de tolerancia. Luego llegó el aporte de Gabriela y Carlos que conformaron y analizaron el archivo comunal que daba cuenta de ese prostíbulo y, por último, la tarea de Guido Scaglione que dirige las excavaciones arqueológicas. El aporte de estas personas a los visitantes y el contacto con los elementos expuestos en el museo fueron una sorpresa edificante que completó la visita.
“Me pareció una buena oportunidad para saber sobre acontecimientos históricos que fueron muy importantes y que habían pasado tan cerca nuestro, además de una linda visita a los pueblos del interior que son bien pintorescos, que tienen muchas historias por contar”, expresó el estudiante del Profesorado de Historia Martín Lupi al regreso del viaje por la región que también resultó ser viable para futuros emprendimientos.