María Alejandra Molina tenía 44 años cuando fue asesinada en enero de 2020 en la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez. Vivía en pareja con Juan Antonio Bracamonte, a quien llamaba su carcelero. Víctima de violencia de género sus allegados dijeron que la mató porque no podía cambiarla. Bracamonte está siendo juzgado por el femicidio en un juicio oral y público que llevan adelante los jueces Mariano Aliau, Carlos Leiva y Gustavo Pérez Urrechu. La Fiscalía pidió la pena de prisión perpetua por los delitos de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y por haberse cometido en un contexto de violencia de género.
El crimen se produjo el 24 de enero de 2020 en la casa que ambos compartían, ubicada en Paraguay al 500 bis de la vecina localidad. Los fiscales Georgina Pairola y Matías Edery contaron que el agresor le pegó un tiro en la cabeza cuando dormía.
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Uno de los hijos de la pareja recibió un llamado de su padre, quien le dijo que había matado a su madre. El chico volvió a su casa y se la encontró tendida en la cama con un disparo en la nuca.
Bracamonte fue detenido en el lugar por personal policial. Fue derivado previamente al hospital local Juan Anselmo Gamen donde fue atendido por un tiro en la mano y heridas leves producidas con un objeto cortante.
Los fiscales dijeron que en el juicio habrá testigos que contarán la violencia de género que padecía la víctima. Sus familiares se dieron cuenta que “la mató porque no podía cambiarla” y que ella misma lo llamaba “mi carcelero”, contó una fuente judicial.
La defensa de Bracamonte está a cargo de Martina Guirado del Servicio Público de la Defensa, quien planteó la teoría de que no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales y pidió una pena temporal.