Los ocho rugbiers acusados van al banquillo de los acusados con la posibilidad de recibir la pena máxima, la de prisión perpetua por el crimen del joven Báez Sosa porque la imputación para todos ellos es de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Según la imputación, por la cual llegan a juicio, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli fueron quienes intervinieron de forma directa en la golpiza, en tanto que tres, Ayrton Villaz, Lucas y Luciano Pertossi fueron los que tuvieron el rol de apartar a Báez Sosa de su grupo de amigos y golpear a estos para evitar que ayudaran a su amigo.
Más allá de esa división de roles, para la Justicia todos tienen la misma acusación. Los ocho están detenidos desde el 13 de marzo y comparten un único abogado defensor, Hugo Tomei.
Por otro lado, la familia de Báez Sosa a través de sus abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola buscan romper ese cerco de silencio, y por eso la acusación principal se posiciona sobre los cinco que golpearon a la víctima y ver con el avance del juicio la postura que van a adoptar los otros tres imputados que podrían tener una condena más leve por el hecho que se les atribuye, que es golpear a los amigos de Báez Sosa.
El 2 de enero próximo comienza el juicio con la idea de que el veredicto de los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, se conozca el 31 de enero.
Por el Tribunal pasarán 130 testigos en 22 audiencias donde se relatarán los detalles del crimen de Fernando: cómo actuaron los rugbiers antes, durante y después. Por el momento no se sabe si los ocho acusados estarán presentes todas las jornadas.