El conflicto que protagonizan trabajadores portuarios y la conducción de la Terminal Puerto Rosario (TPR) continúa sin resolución y se suman reclamos que complejizan las negociaciones. Mientras que un grupo de trabajadores denuncia que quedó sin respaldo del gremio, entidades industriales reclaman que la paralización de las terminales están interrumpiendo los procesos productivos.
Otro de los que intervino, pero con el objetivo de poner paños fríos a la discusión, fue el ministro de Economía, Sergio Massa, quien en el marco de un encuentro con la conducción de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) el jueves, aseguró que el conflicto “se va a destrabar rápido”, aunque no precisó detalles sobre cuáles serían los mecanismos para desactivar el problema que lleva más de un mes sin solución.
Cuando parecía que el momento de mayor tensión en el marco de la negociación sería el ingreso de un sector de trabajadores al Municipio y al Concejo, este jueves uno de los empleados protagonizó un nuevo episodio dramático. Decidió encadenarse al enrejado de TPR y amenazó con prenderse fuego.
Se trata de uno de los cinco empleados que TPR niega incorporar, argumentando que cuentan con causas penales iniciadas luego de una jornada que terminó con episodios violentos y agresiones. La empresa considera que la reincorporación de estos cinco operarios es “innegociable”.
Durante el acampe que se inició este jueves en el ingreso al Puerto, uno de los operarios que encabeza a ese grupo de trabajadores, sostuvo que se sienten “solos”, que no están al tanto de lo que sucede en las negociaciones y que no cuentan con la representación del gremio.
Por su parte, desde el Supa, sostienen que las negociaciones con la empresa están trabadas por esa situación en particular, la de los cinco operarios que no pueden reincorporarse. Lo cierto, es que hasta el momento y en medio de audiencias con la mediación del Ministerio de Trabajo de la Nación, las diferencias continúan.
Por su parte, Massa mantiene el optimismo con que las negociaciones lleguen a buen puerto y confía en la gestión de la titular de Trabajo, Raquel Olmos, para destrabar la situación. Una de las alternativas que manejaba Olmos era declarar al puerto rosarino como de “actividad esencial”, para poder avanzar en una tregua y reiniciar las actividades. Pero desde TPR rechazaron esa alternativa, ya que demandaría la incorporación de los cinco trabajadores en cuestión.
La operatividad en los puertos
En paralelo a esta situación, entidades productivas pusieron el grito en el cielo al considerar que la extensión del conflicto comienza a entorpecer la cadena productiva en la región, interrumpiendo procesos productivos, incrementando costos logísticos y perjudicando planes de comercialización.
Desde la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe), señalaron: “Se han realizado gestiones diarias para liberar las cargas inmovilizadas que se estiman en más de 1.000 contenedores, y que tienen en su interior insumos perecederos y críticos”.
El sector fabril remarcó que la imposibilidad de hacerse de estas mercaderías se da en un contexto de dificultades en el acceso a las importaciones condicionada por las restricciones que enfrenta la economía en el frente externo
Por otra parte, señalaron que volver a realizar las operaciones comerciales para su ingreso por otros puertos – como el de Zárate– no solo implicaría costos logísticos terrestres adicionales sino también la necesidad de atravesar nuevas aprobaciones de SIRAs, “con catastróficos efectos” sobre los plazos de producción que podrían redundar en paradas de plantas y, en muchos casos, en pérdidas de mercados de exportación.
“Por lo expuesto y de no mediar una solución la Fisfe solicitará a las autoridades Provinciales reunirse con el objetivo de gestionar alternativas que permitan restablecer el normal funcionamiento del Puerto de Rosario para evitar mayores implicancias con impacto en la producción y el empleo santafesino”, concluyeron.
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