El paso de Agustín Pichot por el segmento de Infobae “cómo llegue hasta aquí” fue a mediados de 2021, en el que el ex capitán de Los Pumas habló de toda su carrera y por supuesto, como desde el minuto uno, nunca se escondió cuando le mencionaban el caso Báez Sosa, siendo uno de los primeros en realizar la tan ansiada y postergada autocrítica en el rugby. Las redes sociales viralizaron en los últimos días un extracto de los casi 30 minutos que dura el ciclo durante la primera semana del juicio a los ocho salvajes de Zárate por el homicidio de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell el pasado 18 de enero de 2020.
Agustín Pichot es un referente dentro del ambiente del rugby, su palabra tiene un peso muy importante por la llegada que tiene, no sólo fuera, sino también por el ruido que hacen dentro de la comunidad ovalada.
En el pasaje dentro del ciclo en el que se refirió a la masacre de Villa Gesell que se cobró la vida de Fernando Báez Sosa, Pichot dijo: “El gran problema que hemos tenido como deporte, es no haber diferenciado lo bueno de lo malo, como haber naturalizado la violencia. Creo que el rugby naturalizó muchas cosas que estaban mal: que te caguen a trompadas, que te muerdan hasta que no te podes sentar”.
El ex medio scrum además agregó: “A mí me mordieron la cola, un cachete, una persona de 130 kilos, que tiene una mandíbula diferente, es como que tiene una mandíbula diferente que agarra, parece un Dogo. No me pude sentar por cuatro días. De verdad lo digo, no sabés lo que me dolía. ‘Ja, ja, ja, ja’, todo el bondi, cero gracioso”.
En cuanto a algunos ejemplos sobre la violencia dentro del rugby y la naturalización de hechos aseveró: “Me cortaron todo el pelo, que yo amaba mi pelo. No tiene nada de gracioso. Y lo naturalizás. Cuando fui capitán, dije no y tuve muchas discusiones. Ahora son años de una forma de ver las cosas: como es el machismo en la sociedad, hay muchas cosas. O sea hay un revisionismo importante y el rugby durante el último año le tocaron todas juntas: mataron a un chico, no está bien”.
En el cierre sobre el tema de Fernando, Pichot expresó: “Lo primero que le pregunte a mi hija, después de lo de Fernando (Báez Sosa): ¿Qué pensas de los jugadores de rugby, Valen? ‘Son unas patoteros, quilomberos, agresivos’. No era nada, digamos, algo que me iba a sorprender, al menos a mí. Pero una chica de 18 años, que el papá, había sido alguien conocido en el ambiente del rugby está diciendo que él (silencio). Por eso le mandé un mensaje al papá de Fernando pidiéndole disculpas en lo que me competía a mí. Porque en definitiva, ya había sido uno de los que había transmitido esa naturalización”.
La naturalización y la ausencia de autocrítica sobre los hechos de violencia en los que están involucrados jugadores de rugby han provocado que se haya llegado a esto. El tardío y tibio programa de la Unión Argentina “Rugby 2030”, quizás sea un punto de partida para un cambio dentro del rugby, pero también la modificación debe ser de toda la sociedad, los tan proclamados valores, que el rugby se apropió, deben inculcarse en los hogares y desde las familias inculcarlos. Estamos a tiempo, podemos y tenemos que darles las mejores herramientas para que las nuevas generaciones no tengan que atravesar por estas experiencias y lamentablemente por culpa de unos pocos inadaptados y salvajes, no vamos a contar con Fernando Báez Sosa, una persona que tenía todo para marcar diferencias en una sociedad, como la argentina, necesitada de seres humanos con cualidades para la transformación y evolución a una sociedad mejor.