La ciudad santafesina de San Justo, situada 100 kilómetros al norte de la capital provincial, conmemora hoy el 50 aniversario del fatídico tornado que en solo dos minutos causó la muerte de 80 personas y además dejó 600 heridos y 500 casas destruidas.
Dos vidas que se cruzaron en San Justo, a 46 años del tornado que la devastó
El 10 de enero de 1973, cerca de las 14, el fenómeno natural se abatió sobre la pequeña localidad que hoy cuenta con poco más de 22.000 habitantes, y arrasó una superficie aproximada de 12 cuadras de largo por cuatro de ancho, además de dejar su paso una huella de destrucción.
La magnitud fue tal que interesó a científicos de todo el mundo y generó una conmoción que llevó, por ejemplo, a que el Papa Paulo VI encabezara una ceremonia en el Vaticano.
El fenómeno fue investigado por el periodista rosarino Diego Sonzogni, quien publicó los alcances del suceso en su libro «Viento asesino», que será presentado mañana en la Casa de la Cultura de San Justo.
Se trata de «la catástrofe meteorológica más violenta y sangrienta de la historia en la Argentina», indicó Sonzogni a la agencia Télam, y retomó declaraciones del científico japonés Ted Fujita, quien en su momento evaluó que el tornado de San Justo fue «el peor del mundo» fuera de los límites de Estados Unidos. Sonzogni señala que en Argentina jamás había habido un fenómeno de tal calibre y que causó una verdadera conmoción, no solo en la localidad donde se produjo, sino en todo el país. Durante el par de años que siguieron a la catástrofe, todo el mundo recordaba en alguna circunstancia lo terrible de la situación y la cantidad de víctimas que había causado.
Incluso se filmó un documental que recoge las vivencias de esa devastadora experiencia. Se titula Vorágine y es un cortometraje digital que trata sobre el Tornado de San Justo. 45 años después, el argumento recoge de manera cronológica las dolorosas anécdotas de cuatro mujeres: Liliana, Marta, Esther y Myriam. Desde tenerlo todo hasta quedarse sin nada, los testimonios dan cuenta de un fenómeno meteorológico cuya historia sacudió a toda la Argentina.
El material audiovisual presenta a Miryam, quien perdió a su suegra; Liliana, que quedó atrapada por los escombros; su hermana Marta, quien quedó atrapada por un ropero. Ambas perdieron a sus padres y quedaron huérfanas y la familia Chazarreta perdió una hija de tres años. El trágico resultado fue de 50 muertos y más de 500 heridos.
Sin embargo, lo peor vino después: retazos oscuros del tornado que les hace temer a los habitantes de San Justo cualquier tormenta que se desate en una ciudad que perdió mucho y que todavía intenta recuperarse. Es que, para muchos, el tornado nunca se fue de San Justo.
Esta mañana se inauguró un espacio que recuerda a los fallecidos en un acto encabezado por el intendente Nicolás Cuesta, en tanto por la noche se prevé un acto sobre avenida Roque Sáenz Peña, con la proyección de videos y la realización de homenajes de recordación.
La idea de las autoridades de San Justo, cabecera del departamento del mismo nombre, es que ese fenómeno destructivo se incorpore a la vida de la ciudad como parte de su proceso histórico y no que sea recordado solo como una tragedia.
En ese sentido, se trabaja en un dispositivo artístico que refleje lo ocurrido y que será parte de una muestra itinerante para recorrer escuelas e instituciones de toda la provincia de Santa Fe.