Por Gastón Marote / Noticias Argentinas
José William Aranguren, conocido como «Capitán Desquite», fue un asesino serial colombiano que emboscó, violó y mató a 39 personas, pero se sospecha que fueron más de 115.
Nacido el 5 de marzo de 1935 en Tolima, Aranguren fue conocido por generar en su país una oleada de secuestros y asesinatos selectivos entre la década del ´50 y del ´60.
Este criminal se caracterizaba por emboscar en veredas, casas, haciendas y carreteras y luego secuestrar y matar a funcionarios de la fuerza pública como miembros del Ejército Nacional, de la Policía Nacional, civiles, campesinos e incluso menores de edad. También abusó sexualmente de mujeres y cometió hurtos en todos los lugares donde accedía.
Los homicidios de sus padres y de un hermano, además del sufrimiento que le produjo el despojo de sus bienes, provocó, según dijo años más tarde, que empezara a asesinar en forma selectiva.
Sus inicios como criminal se estima que fueron en 1956, luego de emboscar un camión de una industria tabaquera llamada Compañía Colombiana de Tabaco. Allí, los cuatro tripulantes fueron asesinados y los ladrones se llevaron una suma de dinero.
Por este hecho, «Capitán Desquite» fue condenado a 23 años de prisión y posteriormente encarcelado en la Penitenciaría Central de La Picota, donde finalmente se fugó un año después.
Aranguren armó una banda criminal en 1960, al tiempo que a mediados de 1961 ejecutó un asalto en el municipio de Venadillo, donde asesinó a dos campesinos en una finca.
En abril del mismo año robó una nueva hacienda llamada La Argentina y mató a 20 campesinos. Este hecho fue considerado como una verdadera masacre en contra de la población de campesinos.
En marzo de 1961 asaltó una hacienda muy cerca del municipio de Pulí y masacró a otros siete campesinos, mientras que el 4 de diciembre robó un lugar similar y asesinó a cuatro campesinos más.
En abril de 1962 mató a varios efectivos de la fuerza pública, en este caso, a un suboficial y cuatro soldados del ejército, en un ataque que contó con la participación de otros grupos de asaltantes que se unieron en la emboscada. A mitad de año volvió a asesinar al dueño de una finca en la jurisdicción del Líbano (Tolima), pero en esta ocasión lo decapitó.
En diciembre enfrentó y mató en un puesto de control de la Policía Nacional a cuatro carabineros adscritos a la jurisdicción de Mariquita, en Tolima
Aranguren cambiaba su accionar y el modo de asesinar como para despistar a quienes lo buscaban.
El 22 de enero de 1963 acechó en una hacienda llamada Calmonte, donde secuestró a dos menores y exigió a sus familiares una recompensa de 5.000 pesos que finalmente fue cancelada, por lo que este sujeto los decapitó a ambos.
El 13 de febrero del mismo año emboscó un micro donde se transportaban varias personas, con un saldo de una persona asesinada, una mujer violada, cinco heridos y tres más secuestradas, estas últimas, con paradero desconocido.
Pero cinco días después volvió a atacar, esta vez a cuatro dueños de fincas en el municipio de Honda, donde los asaltó y luego los decapitó.
El 5 de agosto del mismo año volvió a emboscar y asaltar un micro, un camión y dos volquetas, lo que dejó como saldo 39 personas asesinadas y decapitadas, además del robo de 250.000 pesos.
El 2 de septiembre mató a otros nueve campesinos y en diciembre hizo lo propio con otras ocho personas: tres adultos y cinco menores de edad.
A comienzos de 1964, Aranguren se enfrentó a una patrulla del Ejército Nacional y asesinó a un soldado, mientras que lo último que se supo en cuanto a homicidios cometidos por él ocurrió el 12 de marzo de 1964 en una finca conocida como El Volcán.
Allí, secuestró a un menor de edad, después lo mató al atravesarle el corazón con un cuchillo y posteriormente lo desmembró en ocho pedazos para luego enterrarlo en una fosa común.
«Capitán Desquite» fue localizado en un finca situada en la vereda Rosacruz, municipio de Venadillo (Tolima), el 17 de marzo de 1964. La ubicación pudo lograrse gracias a la información que brindó un testigo no identificado al Ejército Nacional y las autoridades policiales.
Los efectivos, encabezados por los soldados del Ejército Nacional, lo ultimaron a balazos y lanzaron granadas de mano en reiteradas ocasiones dentro de la vivienda, con el fin de concluir la operación y de acabar con cualquier otra persona que se encontrara refugiada en dicha zona.
Los soldados y las autoridades policiales fueron rescatados por un helicóptero durante los siguientes días y transportaron el cadáver de Aranguren.
Según las investigaciones de aquella época, el asesino serial al momento de ser asesinado estaba con otros tres sujetos: Alfonso pata de Chivo» Parra, Gustavo «Veneno» Ávila y Alberto «Peligro» López, todos ellos con un poderoso arsenal.