Hace diez días, una explosión dentro de una fábrica de quesos en el centro de Rufino alertó a vecinos de varias cuadras a la redonda por el derrame de miles de litros de líquido nauseabundo que en pocos minutos se esparcieron a gran velocidad por las calles de la ciudad. Apenas ocurrido el hecho, el encargado de la firma dijo a medios locales que se trató de un “accidente” tras la rotura de un tanque plástico de 20 mil litros que contenía suero láctico y aguas servidas.
No obstante, el dueño de la empresa que produce la marca Nonna Pía declaró días después que se trató de un “sabotaje” porque estaban cortados con cuchillo los zunchos que sostenían el tanque. Por su parte, la Municipalidad, que debió cortar el tránsito para que los empleados puedan levantar los fluidos de la vía pública, labró acta y multa además de presentar un pedido de informe a la Fiscalía para que investigue lo ocurrido.
“Lo tomo como un accidente. El tanque se rajó y explotó. Tenía parte de suero láctico y parte de agua servida”, dijo Juan Carlos Cavallo, responsable de la empresa Parrilac, desde la puerta de la fábrica momentos después del incidente ocurrido la tarde del 13 de febrero.
Mientras Cavallo dialogaba con el periodista Alejandro Albornoz de FM Rufino, empleados con mamelucos blancos munidos de escobas y tachos plateados levantaban el grueso de los residuos derramados en una imagen que parecía de películas. “Agradezco a la Municipalidad que cortó el tránsito para que los chicos puedan limpiar todas las calles y sacar lo grueso”, agregó Cavallo tras referir que había dado aviso a los bomberos para que realicen un lavado posterior con autobomba.
Pese a la magnitud del derrame por el centro urbano de la ciudad, el incidente no tuvo mucha trascendencia pública. Una semana después, la noticia fue publicada por el portal Punto Biz, donde Enrique Bianchi, dueño de la empresa Parrilac que fabrica los quesos marca Nonna Pía, denunció que fue víctima de un sabotaje, con lo que se desligó de responsabilidad en el derrame del suero de descarte que se esparció en la calle tras la rotura de un tanque de 20 mil litros. Según sus dichos en esa nota ya estaba radicada la denuncia correspondiente ante la Fiscalía.
“Encontramos cortado con un cuchillo uno de los zunchos que sostenía el tanque. No descartamos incluso que el tanque mismo haya sido perforado. Lo cierto es que la presión del fluido generó que de inmediato el residuo terminara en la calle”, mencionó Bianchi en la nota con Punto Biz.
Al respecto, no aclaró si sospechaba de alguien en particular dado que el acceso al tanque se encuentra dentro del predio de la fábrica.
El empresario dijo que el hecho le resultó “llamativo” e insinuó que alguien no quiere que la fábrica opere en la ciudad.
Actualmente, la firma invierte en una nueva planta ubicada a 60 kilómetros de Rufino, en la ciudad cordobesa de Laboulaye. La inversión podría deberse a cuestiones comerciales, dado que es una zona con más tambos, o de habilitación, ya que el funcionamiento actual de la planta en un centro urbano acarrea conflictos desde hace tiempo.