Search

Ricky Martin, una velada sinfónica de clásicos que deleitó a 10 mil personas

El sábado por la noche el músico realizó en la ciudad el último show de una gira nacional que pasó por Buenos Aires, Mendoza y Villa María. El concierto contó con la interpretación de canciones como “Vuelve”, “Eres el amor de mi vida” y “Te extraño” y un homenaje a la Selección argentina de fútbol

Un viaje en el tiempo, un volver a escuchar en nuevas versiones esas canciones que, seguramente, gran parte de las diez mil personas que se hicieron presentes el sábado a la noche en el Autódromo de Rosario tenían grabadas en cassette en los años 90 y que habían acompañado esos primeros llantos de desamor adolescente. Así se vivió el show de Ricky Martin en Rosario. “El amor de mi vida”, “Te extraño” y una descarnada versión de “Fuego de noche, nieve de día” sonaron ante un público que no dudo en emocionarse y cantar cada estrofa sabida de memoria.

La hora y media de show contó con un total de 100 artistas en escena (según cifras oficiales), tres pantallas gigantes que la mayor parte del tiempo retransmitían lo que pasaba sobre el escenario, una luz cenital que daba protagonismo al director de la orquesta y un cantante alegre, que no dudo en recorrer bailando el escenario con los temas movidos (claro que hubo de esos) y dejar fluir su cuerpo con toques contemporáneos en los intervalos de las baladas. Para el final el músico se reservó un homenaje a la Selección Argentina de fútbol cantando la “La copa de la vida” con un Lionel Messi levantando el preciado trofeo en pantalla gigante y algunas jugadas o atajadas del Dibu en Qatar, recibidas con euforia. “Son tres estrellas, en hora buena y que vengan más”, dijo Ricky.

El concierto, la última parada de la gira argentina del show sinfónico que Ricky Martin había estrenado en julio del año pasado en el Hollywood Bowl, comenzó casi a las 21.30 y bien arriba. “Pégate”, estrenado en su MTV Unplugged de 2006, fue el tema elegido para abrir. Los y las primeros en entrar en escena fueron los instrumentistas. La orquesta ocupó todo el espacio. Violines, saxo, trompetas, guitarra, bajo, contrabajo; pero fue el protagonismo de las percusiones y la pantalla de fondo al rojo vivo la antesala al ingreso del cantante. Las que estaba adelante (el público fue mayormente femenino) y tenían asiento asignado lo abandonaron y se dejaron llevar por el ritmo que las hizo olvidar del atolladero que, más allá de los operativos de tránsito, se habían dado en la entrada dada la cantidad de gente y vehículos.

Después de “Volverás”, segundo tema y primer cimbronazo emotivo de la noche, Ricky saludó a los presentes y les agradeció por estar. “Me llevo sonrisas, miradas y unos recuerdos hermosos. Esta noche traigo alegrías y tristezas, traigo mis emociones. Es una noche muy especial, nos despedimos”, dijo después de otro clásico “Gracias por pensar en mí” y haciendo mención al final de la gira que pasó por Buenos Aires, Mendoza y Villa María.

En distintos momentos del show, temas como “La bomba”, «Livin’ la vida loca» o «Vente pa’ca» le pusieron ritmo a la velada cuya particularidad fue hacer convivir a una orquesta sinfónica con canciones de pop-latino. Dos lenguajes sonoros distintos entre los que el pop y las baladas ganaron la pulseada por momentos, pero en los que pudieron apreciarse grandes solos de guitarra y saxo, y el protagonismo que tomaban cuerdas y percusiones en las introducciones.

La lista de temas contabilizó una veintena de canciones, casi todos hits de antaño como “Asignatura pendiente”, “Vuelve”, “Tal vez”, “Lola” y “Tu recuerdo”, pero también el recientemente estrenado “Ácido sabor”, un adelanto de su próximo disco Play.

Con el homenaje a la selección argentina de fútbol, los jugadores en las pantallas gigantes y entonando “La copa de la vida”, canción oficial de la Copa Mundial de Fútbol de 1998, el músico salió de escena bailando. “Argentina los quiero mucho, muchas gracias”, dijo quien para los bises reservó los temas “Tal vez” y “Tu recuerdo” y un mensaje: «Argentina y Puerto Rico unidos por la música una vez más, que se repita muchas veces». Las dos baladas de los primeros años dos mil hicieron que la presentación terminara con un aire más romántico y que los presentes emprendan el camino de regreso a casa con, seguramente, algún recuerdo hecho presente.

10