El agónico grito de gol de Giaccone a poco para el final terminó maquillando, al menos desde el resultado, una muy floja producción de Central en el Gigante. Fue empate 1-1 ante Unión. Perderlo hubiese sido mucho castigo, ganarlo mucho premio. El empate terminó siendo justo, porque a pesar de que llegó a la igualdad sobre el final el rival no tuvo muchas virtudes.
Fue un mal partido, el peor jugando en Avellaneda y Génova. Sin embargo pudo llegar a repartir puntos gracias al golazo de Giaccone a los 42 del complemento. Le costó muchísimo ante un Unión que terminó pagando el hecho de cuidar mucho la ventaja y olvidarse casi por completo del arco de enfrente.
Poco, poquito. El primer tiempo fue para dormirse y para darle la razón aquellos que sufren la depresión de los domingos a la noche. Un espectáculo paupérrimo fue el que dieron Central y Unión. No se lastimaron, no se sacaron ventaja y lo único que tuvieron como armas para inquietarse fue algún arresto individual pero nunca ocurrió de un lado, ni del otro. Central no presionó como en otros partidos y esto le dio comodidad al rival para salir con la pelota, pero todo terminaba en la mitad de la cancha.
Munúa jugó sin un referente del dentro del área y a pesar de que ni Quintana ni Mallo tuvieron un delantero fijo para marcar esto no le trajo casi inconvenientes a dupla de zagueros canallas. Central de mitad hacia arriba, lo de siempre. Infantino no inquietó por derecha y Malcorra tampoco pudo por la zurda. Solamente algunas cositas de Campaz, como para insinuar algo en ofensiva y nada más.
Cuando el partido parecía que se iba al descanso sin emociones, Malcorra se equivocó en entregar una pelota atrás, la pelota derivó en Luna Diale que la cruzó al segundo palo y dejó a Broun sin poder poner resistencia, ¿mucho castigo para Central? Tal vez, pero en un partido chato donde los detalles importan y mucho, el Canalla falló y lo pagó carísimo. Encima antes de que terminase Unión elaboró una buena contra, pero Fatura impidió lo que era el segundo. Central también contó con una oportunidad para igualar, pero la pelota se fue afuera.
Por lo hecho en la primera parte la lógica indicaba que Central tenía que salir a jugar el epílogo con variantes, y así fue. Russo dejó en el vestuario a Malcorra y a Véliz y le dio semáforo verde a Martínez Dupuy y a Bianchi, así Campaz retrocedió unos metros para ubicarse por la izquierda.
Más allá de que le sacaron en la línea el empate a Bianchi, cuando iban 12 minutos, Russo volvió a mover el banco y mandó a la cancha a Giaccone en lugar de Infantino. Es que más allá de los primeros retoques y de la chance del delantero que lleva en su espalda el 24, a Central le seguía faltando para sacarse un aprobado y poder llegar a la igualdad. Unión intentó siempre manejar la bocha con sus mediocampistas y si bien no logró llevar peligro el primer cuarto de hora estuvo cómodo.
En los minutos que siguieron el partido le exigió a Central otra forma de jugar y algo más. Pero el Canalla se vio incapacitado de hacerle caso a lo que el juego pedía y tuvo un desenlace sombrío como todo el partido. Sin juego, sin tener una idea clara de cómo llegar a la igualdad y varios jugadores con flojo nivel, esto no hizo otra cosa que favorecer al rival. Un Unión que se cuidó bien y apostó hasta el final a alguna contra para liquidar el pleito.
En la última parte llegó a la igualdad tras un buen zurdazo de Giaccone, al cual Russo lo ubicó por dercha. El tanto del pibe le dio justicia al marcador porque perder hubiese sido mucho castigo. En una de las últimas Mele evitó el segundo y también terminó poniendo justicia al encuentro, porque si Central lo ganaba hubiese sido muchísimo premio.
Broun, que tuvo una muy buena en el primer tiempo, volvió a evitar el gol y terminó erigiéndose en figura. Le costó, estuvo a minutos de caer, pero el empuje de su gente contagió al pie del número 22 que hizo lo muy pocos hicieron: patear al arco. Mucho por corregir, mucho para mejorar, esta vez no pudo quedarse con los tres puntos en el Gigante porque no tuvo con qué hacerlo.