En medio de las dificultades que atraviesa la economía argentina y con pronósticos poco auspiciosos para el corto plazo, la última revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó al descubierto algunas pretensiones que pueden complicar aún más la situación. Se trata de sugerencias puntuales que afectan nada más y nada menos que al universo de personas en condiciones de acceder a la moratoria jubilatoria y a quienes todavía cuentan con subsidios para las tarifas energéticas.
El comunicado del organismo, conocido tras las reuniones que mantuvo en Washington el ministro de Economía, Sergio Massa, con la número dos Gita Gopinath y con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, se metió de lleno en la gestión del gobierno nacional. Por un lado, pidió celeridad en la quita de subsidios a las tarifas energéticas para los sectores de mayor poder adquisitivo y comercios, al tiempo que exigió “limitar el impacto fiscal” de la moratoria previsional recientemente aprobada por el Congreso mediante “regulaciones estrictas” para que ingresen solo “aquellos de necesidad”.
Desde el FMI refirieron a las dificultades que traerá aparejada la sequía para la economía nacional y los desajustes que ocasionará en el acuerdo previsto para el 2023. En ese sentido, advirtieron sobre la necesidad de redoblar el ajuste para conseguir que el déficit fiscal se mantenga en el 1,9% del PBI, algo que en términos nominales seguramente va a subir debido al efecto de la inflación. Es decir, el número final podría ser más alto al previsto, pero siempre representando el 1,9% del PBI.
Estas menciones, que no cayeron para nada bien hacia el interior del Frente de Todos, se conocen pocos días después de que el Indec informara un nuevo aumento en el índice de pobreza para fines de 2022. Mientras que las previsiones anticipan que ese dato seguirá empeorando, desde el organismo internacional comienzan a meter presión para corregir los desajustes, incluso a costas de sectores que pueden engrosar aún más esos datos de pobreza.
“Dada la magnitud del shock climático, se justifican algunos ajustes a la baja en los objetivos de acumulación de reservas, aunque será necesario un paquete de políticas más sólidas para salvaguardar la estabilidad y mantener el papel de ancla del programa”, planteó la número dos del FMI en el comunicado, y agregó: “Será fundamental garantizar que las tarifas de energía para usuarios residenciales y comerciales de altos ingresos avancen para alinearse completamente con los costos, incluyendo para reducir la regresividad del sistema”.
En el organismo multilateral no ocultaron su malestar por la aprobación de la moratoria previsional que permitirá acceder a una jubilación, en principio, a 800 mil personas sin los aportes necesarios. En ese sentido, el escrito sostuvo sostuvo: “El costo fiscal de la nueva moratoria de pensiones debe mitigarse a través de regulaciones estrictas para apuntar la entrada solo a aquellos con mayor necesidad”.
La referencia a estos temas fue clara durante la redacción del memorándum de entendimiento firmado por la número dos del FMI y publicado luego de la última revisión sobre las cuentas argentinas. Ese texto hace clara alusión a distintos tipos de restricciones para la ejecución de la moratoria jubilatoria.
La primera de esas sugerencias, tiene que ver con una “fuerte verificación” de los ingresos y los recursos de los potenciales beneficiarios, para que ingresen quienes realmente tengan necesidad. La segunda es aumentar las deducciones (descuentos por las cuotas) de las jubilaciones. La tercera, y quizás la que genera más dolores de cabeza para el gobierno, es “permitir el acceso solo a quienes hayan realizado algunos aportes al sistema de pensiones, no estén recibiendo otros beneficios sociales y estén renunciando al acceso al tipo de cambio oficial”.
Hasta el momento, desde Anses no hubo referencias respecto a esta recomendación del Fondo, e incluso se puede ver en publicidades que el organismo estatal invita a los contribuyentes a adherir a la moratoria. Por ahora, para aprobar el ingreso, Anses cruzará datos con Afip, con el objetivo de corroborar información sobre ingresos, bienes y gastos. Específicamente, se tendrá en cuenta: ingresos brutos anuales percibidos por el solicitante; patrimonio surgido de la eventual declaración jurada del impuesto a los Bienes Personales; tenencia de vehículos terrestres, aviones y embarcaciones (según datos aportados por los registros de propiedad y organismos correspondientes), y gastos y consumos hechos con tarjetas de crédito y débito.
Tarifas, otro tema
Otro de los artículos polémicos tiene que ver con los subsidios a las tarifas de luz y gas. «Se espera que los subsidios a la energía disminuyan al 1,5 % del PIB en 2023, desde el 1,9% en 2022, mientras que se estima que mejore la recuperación del costo promedio, lo que refleja una combinación de costos de producción más bajos y tarifas reales más altas», detallaron en el escrito.
Respecto a la electricidad, desde el FMI aclararon: “Se prevé que los precios mayoristas promedio de electricidad, luego de permanecer constantes en 2022, aumenten entre un 25% y un 35% en términos reales durante 2023. Los usuarios comerciales subsidiados y residenciales de altos ingresos observarán un aumento real de 55% a 70%, mientras que otros usuarios subsidiados observarán una disminución real de entre 15% y 25%”.
Para el apartado de tarifas de gas, especificaron: “Se proyecta que los precios promedio mayoristas de gas natural caigan entre 3% y 6% en términos reales, con usuarios comerciales subsidiados y residenciales de altos ingresos, observando un aumento de entre 40% y 55%, compensando un 20% o 25% de disminución real para otros usuarios subsidiados”.
Todo indica que en mayo se daría el primer aumento importante para usuarios residenciales que no cuentan con el subsidio. En menos medida, se daría para los usuarios de grandes comercios. Se esperan nuevos incrementos para agosto y noviembre. Desde la secretaría, insistieron a quienes les corresponda, a anotarse en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (Rase) para evitar pagar tarifa plena a partir de mayo.