La poliposis nasal se define como una rinosinusitis crónica con presencia de pólipos nasales. La rinosinusitis es una enfermedad inflamatoria recurrente de la mucosa y los senos paranasales y se calcula que afecta a entre el 3% y el 6% de la población. En 1 de cada 5 personas con esa condición, el cuadro se presenta además con pólipos nasales. De este grupo, sólo el 2% tendría diagnóstico formal, a pesar de todo el impacto que generan sus manifestaciones, entre las que se destacan la pérdida parcial o total del olfato, obstrucción y congestión nasal, bilateral generalmente, secreciones nasales, estornudos, dolor y presión facial, los cuales dificultan el sueño y múltiples actividades diarias.
En el Día Mundial de la Poliposis Nasal, que se conmemora este jueves 20 de abril, expertos alertaron sobre esta problemática y remarcaron la necesidad de sospechar el diagnóstico, sobre todo a partir del síntoma de la congestión nasal y pérdida de olfato, si coexiste con otros síntomas nasales, y confirmándolo con una endoscopía nasal y una tomografía computada.
“Las personas con poliposis nasal pasan buena parte del año con síntomas y, lo que generalmente más les incomoda es vivir sin olfato. Llegan a la consulta tras varios años de sostener esa situación, creyendo que tienen una alergia crónica, pero el cuadro de poliposis nasal es diferente, es desencadenado por otros mecanismos y se trata de otra manera”, explicó la Dra. Anahí Yáñez, médica especialista en Alergia e Inmunología Clínica, Directora Médica e Investigadora Principal del Centro de Investigación en Alergias y Enfermedades Respiratorias (INAER) y asesora científica de la Asociación Argentina de Pacientes con Asma y PN (AAPA).
El tratamiento por excelencia para la poliposis nasal es el quirúrgico. Sin embargo, alrededor de un 20-35% de los pacientes experimentan recurrencia de pólipos post-quirúrgicos a los 6 meses y 40 % a 18 meses16. Un tercio de los pacientes requieren cirugía 12 años después de la cirugía inicial y aproximadamente un 20% de los pacientes requiere múltiples cirugías de revisión, sometiéndose a 4, 5 o más veces, a cirugías de este tipo sin lograr un control efectivo y sostenido en el tiempo.
La recurrencia de la rinosinusitis crónica con pólipos luego de la cirugía es, sin dudas, un signo de severidad y mal pronóstico en el manejo de la sintomatología y el postoperatorio. Esta es una enfermedad crónica y la cirugía es un paso en el manejo de la enfermedad. El objetivo principal es crear mejores condiciones para el tratamiento local. Tras el procedimiento quirúrgico es imprescindible el tratamiento médico continuo.
“Otra opción terapéutica es el uso de determinados antibióticos que no han demostrado su eficacia a largo plazo, irrigaciones nasales o el uso de corticoides sistémicos, que son muy efectivos para controlar el cuadro inflamatorio, en la reducción del tamaño de los pólipos y los síntomas nasales pero su uso reiterado, a largo plazo, genera múltiples complicaciones severas en el organismo. Por eso se desaconseja su empleo, salvo en períodos cortos o en casos de obstrucción nasal grave, como medicación de rescate, en casos no controlados con medicación convencional o como ‘polipectomía médica’ asociados a esteroides intranasales. Los esteroides intranasales mejoran los síntomas y los resultados de los pacientes, las medidas objetivas de la ventilación nasal y se asocian sólo con efectos secundarios menores”, sostuvo el Dr. José Ernesto Cafaro, Médico Otorrinolaringólogo, Profesor de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la UBA y experto de la CONEAU.
Actualmente, existe una opción terapéutica más moderna, que ya está incluida en las guías internacionales de referencia para el diagnóstico y tratamiento de la poliposis nasal, que consiste en la indicación de medicamentos biológicos que inhiben el mecanismo que origina los pólipos y los síntomas característicos de esta patología, denominado inflamación de tipo 2. Este tipo de inflamación está presente en 8 de cada 10 casos de poliposis nasal, involucrado también en el 75% de los casos de rinitis alérgica, el 80% de los de asma y también es determinante en la dermatitis atópica.
El sentido del olfato en nuestra vida
Acaban de presentarse los resultados de una encuesta internacional sobre el valor del sentido del olfato. El trabajo de campo se realizó durante diciembre de 2022 e incluyó a 6 mil participantes (mil por cada país) de Francia, Alemania, Italia, España, Japón y Estados Unidos. Poco más de un cuarto de los encuestados presentaba congestión nasal recurrente.
9 de cada 10 encuestados reconocieron el valor clave del olfato para evocar recuerdos vividos, pero también asociado al reconocimiento de potenciales situaciones de peligro como la presencia de humo o pérdidas de gas. Entre los aromas que hacían felices a los participantes, casi 4 de cada 10 mencionaron al océano, especias y otros condimentos de cocina, y el aroma de su pareja; entre los aromas favoritos, destacaron al café, al pan recién horneado y otros manjares de panadería (45%); y entre los aromas que producen nostalgia, cerca del 45% mencionó recetas familiares, seguidas por la lluvia y el rocío (24%).
Casi 7 de cada 10 participantes reportaron temor a perder el sentido del olfato y, justamente, eso es algo que atraviesan muchos de los pacientes con poliposis nasal y, como en otros órdenes de la vida, uno dimensiona y valora algo cuando ya no lo tiene.
“El olfato es fundamental en términos de nuestra conexión con lo que nos rodea. Por eso, como profesionales de la salud, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que nuestros pacientes conserven o recuperen este sentido crítico y puedan llevar una vida plena”, reconoció la Dra. Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga, experta en olfato y alergista, Directora del Consultorio de Vanguardia, Trastornos del Olfato y gusto (CVOG).