Roland Garros tiene a un argentino en los cuartos de final. El platense Tomás Etcheverry venció al japonés Yoshihito Nishioka por 7-6 (8), 6-0 y 6-1. En tanto, Francisco Cerúndolo cayó en cinco sets con Holger Rune (6°) por 6-7 (3), 6-3, 4-6, 6-1 y 6-7 (7).
Etcheverry salió con todo y logró conseguir un break ante su rival, mostrando su mejor tenis. El asiático, por su parte, ingresó frío al partido, algo errático, hecho que fue aprovechado por su adversario. Pero con el platense arriba 4-2, Nishioka reaccionó y se colocó 5-4, poniendo en riesgo el set. Etcheverry retomó el saque, se mostró sólido y empató 5-5. No obstante, el japonés, más aplomado, no le dio opciones en el siguiente game: 6-5. Tommy le respondió con la misma medicina: llegó al tie break sin ceder un punto con su servicio.
Y en una definición cambiante, en la que ambos tuvieron la posibilidad de resolver en su favor, Etcheverry se impuso por 10-8 para firmar el 7-6 en 59 minutos de duración del primer set que supone un importante empujón de confianza. Y así fue, porque quebró el saque de su rival en el comienzo y arrasó. No lo dejó reaccionar al impacto del tropiezo en una manga tan reñida como la inicial y cerró un 6-0 que describe lo que sucedió sobre la arcilla.
Tommy usufructuó que Nishioka siguió groggy, errático, mientras él exhibió todo su arsenal de golpes. Sumó con su saque en el primer game del primer set y luego quebró para asegurarse un break y saborear el 2-0. Inmediatamente, a pura potencia y ubicuidad, defendió su servicio y tomó distancia de tres. El japonés debió ser asistido por el fisioterapeuta por una dolencia muscular. Pero el resultado no se alteró. Etcheverry volvió a quebrar el servicio de su rival y la ventaja aumentó a cuatro.
Nishioka tuvo un halo de orgullo propio y pudo mantener su saque después de mucho tiempo. Eso le dio la chance a Etcheverry de ganar el partido con su servicio. Y así lo hizo. Debió transpirar más de la cuenta en el último game, pero el destino del platense estaba escrito.
Cerúndolo no pudo con Rune
La primera manga comenzó con un fuerte inicio por parte Holger Rune con un quiebre temprano que le dio la ventaja de 4-1. Lejos de bajar los brazos, Francisco Cerúndolo mantuvo su saque y logró el break en el momento justo para lograr la paridad de 5-5. Además peleó el undécimo game del encuentro hasta llevarlo al deuce, pero el danés estuvo firme para mantener su servicio. El argentino hizo lo propio y forzó el desempate en el capítulo inicial. Ahí el europeo sacó a relucir toda su potencia y se llevó el desempate por 7-3.
Para el segundo set, los protagonistas bajaron la intensidad y el platense aprovechó el momento de distracción de su oponente para forzar el break en el tercer juego para estirar la ventaja a 4-1. Fran se concentró en cuidar su saque a toda costa y pudo cerrar la manga por 6-3 en 38 minutos.
En el tercer capítulo la polémica se adueñó del encuentro en el cuarto juego cuando Cerúndolo pidió, con razón, un doble pique. El umpire no visualizó el segundo bote y le otorgó el punto a Holger generando el enojo del argentino. Luego de una breve discusión, el duelo se reanudó y el platense perdió su servicio en el siguiente intento. Francisco sacó toda su actitud y recuperó el quiebre en el séptimo para estampar el 4-3. Sin embargo, Rune se hizo fuerte en el décimo y se llevó la manga por 6-4 en 47 minutos.
En la cuarta manga el nacido en La Plata salió en búsqueda de la igualdad y ya en el primer game consiguió el quiebre. Cerúndolo siguió presionando, inclinó la cancha a su favor y logró romper el servicio del danés otra vez para estampar rápidamente el 3-0. El europeo cedió totalmente el set y en un instante cerró el 6-1.
Para la definición, ambos cuidaron mucho su saque hasta la recta final del encuentro. En el octavo juego, Francisco contó con tres oportunidades de quiebre pero no pudo aprovecharlos y el duelo marcó el 4-4 a las tres horas y media. Rune se hizo fuerte luego de salvar su servicio y logró el break en un momento clave para quedar muy cerca de cerrar el partido. Pero Cerúndolo no bajó los brazos en ningún momento, batalló en décimo para regresar la igualdad y todo se definió en el super tie-break.
Las piernas comenzaron a pesar y el mínimo error podía costar el partido. Aunque Fran estuvo dos veces con un mini break a favor, no logró materializarlo a la hora de aprovechar la ventaja y Holger los recuperó de manera instantánea. Cerúndolo falló con el resultado 8-7 a favor del europeo y el cansacio pesó: error no forzado y victoria por 10-7 para Rune en cuatro horas de partido.