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Francesco Costabile, nacido en Calabria, filmó sobre la emancipación de la mujer en la mafia

El director italiano Francesco Costabile contó detalles y contexto de "Una Femmina", una película que se conoció el pasado jueves y que muestra la violencia de la organización criminal Ndrangheta
El director italiano Francesco Costabile nació en Calabria y, «de manera indirecta», sufrió la violencia de la organización criminal Ndrangheta, lo cual lo llevó a Una Femmina, film sobre el empoderamiento de la mujer en la mafia, que se estreno este jueves en salas de cine locales.

«Nací en Calabria y experimenté la cultura de la mafia indirectamente porque el papel del silencio y la vergüenza también caracteriza a la sociedad civil que vive fuera de la Ndrangheta. La ausencia del Estado, la violencia psicológica patriarcal, la sensación de desconfianza y la ausencia de perspectiva también han caracterizado mi vida», dijo Costabile en una entrevista con Télam, sobre el film que lo trajo a Buenos Aires en marzo para la Semana del Cine Italiano, el ciclo que difunde el séptimo arte de Italia en el mundo.

Aunque, a la vez, se apuró en aclarar: «Calabria también es otra cosa, fue el hogar de Magna Grecia (el territorio del hoy sur italiano conquistado por el Imperio Griego y heredero de su cultura), es una tierra rica en belleza y con una tradición etno-musical muy fuerte. Mi película también busca una redención de mi tierra, partiendo del universo femenino, que, como en el mundo entero, es una verdadera revolución».

Inspirada en el libro de Lirio Abbate Fimmine Ribelli sobre mujeres que han encontrado el coraje para rebelarse contra la Ndrangheta, la película de Costabile mezcla recuerdos, sueños y pesadillas en la vida de Rosa, una adolescente que en su niñez perdió a su madre de manera trágica. Sin recordar el momento que presenció, su intuición la lleva a sospechar de su tío y abuela en el asesinato de su progenitora. Sin embargo, la presión familiar y del pueblo evitan que pueda darle un cambio a su vida.

«Estas mujeres juegan un papel central en estas familias, muchas veces víctimas de violencia psicológica y física, que también guardan los secretos y las claves de la rebelión para destruir desde dentro el poder criminal», explicó Costabile.

La película recibió dos nominaciones a los Premios Donatello, los más importantes de Italia, a la vez que tuvo un aplaudido paso por el Festival de Cine de Berlín de 2022.

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La propuesta no escatima en violencia y las zigzagueantes callejuelas del pueblo hacen de espejo al laberinto por el que debe atravesar la protagonista en busca de su emancipación. Si bien la Ndrangheta es de Calabria, «por razones éticas», la película fue filmada en Verbicaro, en la vecina provincia de Cosenza, «una provincia absolutamente libre de mafia». Con vista al mar desde las tupidas montañas, los jóvenes persiguen anhelos que si bien no parecen lejanos, solo se pueden alcanzar si flanquean al poder criminal y a las complicaciones geográficas que la «bota italiana» presenta.

«La Ndrangheta ha crecido y consolidado su poder gracias al aislamiento cultural y político de determinadas zonas del sur de Italia. En Calabria, en particular, algunas áreas han permanecido fuera del Estado y sus leyes. Por eso el pueblo de Rosa es un viaje interior hacia una liberación y emancipación de todas las mujeres de un mundo violento y patriarcal», señaló el director.

«El paisaje -agregó- también contribuye al sentido claustrofóbico de la historia. Calabria es una tierra de mar y montaña, de luces y sombras, una tierra de contrastes. Visualmente estos contrastes quedan bien representados en el paisaje, por lo que las montañas adquieren un valor simbólico muy alto. Pero, como bien sabemos, la Ndrangheta es un poder que ha trascendido sus fronteras territoriales. Hoy, es una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo».

La organización criminal, familiar y social se entremezcla y es lo que convierte en algo prácticamente imposible el poder irse del pueblo porque, como toda situación individual, es el contexto el que la limita. Todo funciona como limitante y lo que sucede fuera del pueblo pareciera que no existe. Y es a través de la propia mafia por donde la protagonista intentará cambiar de vida.

«Rosa intenta escapar de su país y de su familia con la ayuda de Gianni, solo cuando ve su destino sellado por un matrimonio concertado por motivos del poder mafioso. No es fácil para estas mujeres encontrar la fuerza para dejar a sus familias. Saben que traicionar los códigos de honor equivale a una sentencia de muerte. La familia es en sí misma una estructura psicológica particularmente poderosa, en todo el mundo, no es fácil rebelarse y denunciarse. Esto sucede en todos los casos de violencia de género y en los feminicidios a nivel mundial», aseguró Costabile.

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