Unas marcas no figurativas realizadas con las manos son los grabados rupestres más antiguos conocidos obra de neandertales. Con una antigüedad de más de 57.000 años fueron descubiertos en una cueva de Francia y se hicieron antes de que el Homo sapiens entrara en la región.
La cueva de la Roche-Cotard, en el centro de Francia, presenta unas marcas no figurativas en la pared, que se interpretan como aleteos, hechas por manos humanas, según un estudio que publica Plos One.
Las investigaciones de las últimas décadas revelaron mucho sobre la complejidad cultural de los neandertales, pero se sabe relativamente poco sobre su expresión simbólica o artística. De hecho, solo se les atribuye una breve lista de producciones simbólicas, cuya interpretación suele ser objeto de debate.
El hallazgo estuvo a cargo de un equipo encabezado por Jean-Claude Marquet, de la Universidad de Tours (Francia). Los investigadores hicieron un análisis de trazado y utilizaron la fotogrametría para crear modelos en 3D de esas marcas, comparándolas con marcas humanas conocidas y experimentales.
La forma, el espaciado y disposición de los grabados hizo que el equipo concluyera que «son formas deliberadas, organizadas e intencionadas creadas por manos humanas”, señala la publicación.
Sin embargo, sobre estas marcas, al ser símbolos no figurativos, no está clara su intención.
El equipo también dató los sedimentos de la cueva y determinó que quedó cerrada hace unos 57.000 años, mucho antes de que el Homo sapiens se estableciera en la región.
En la cueva también se encontraron unas herramientas de piedra que son musterienses, una tecnología asociada a los neandertales. Ambos indicios son prueba, para los investigadores, de que los grabados fueron obra de ellos.
Las marcas ahora estudiadas tienen una antigüedad similar a la de los grabados rupestres realizados por Homo sapiens en otras partes del mundo, lo que viene a sumarse a la creciente evidencia de que el comportamiento y las actividades de los neandertales eran tan complejos y diversos como los de nuestros antepasados.
«Quince años después de la reanudación de las excavaciones en el yacimiento de La Roche-Cotard, los grabados han sido datados en más de 57.000 años y, gracias a la estratigrafía, probablemente en unos 75.000 años, lo que hace de ésta la cueva decorada más antigua de Francia, si no de Europa», resumieron los investigadores.