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Nueva carta de Marcela Acuña: «Ni Emerenciano ni yo tenemos las manos manchadas de sangre»

La madre de César Sena, quien permanece detenida al igual que su hijo y su esposo, volvió a proclamar su inocencia y responsabilizó a “los medios sensacionalistas” de la acusación que pesa sobre los tres

Marcela Acuña, una de las principales detenidas por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, presuntamente calcinada en un campo en la ciudad chaqueña de Resistencia, difundió este jueves una nueva carta en la que indicó que ni ella ni su esposo, Emerenciano Sena, tienen “las manos manchadas de sangre”.

“Bajo ningún concepto, dado todo punto de vista, ni Emerenciano ni yo tenemos las manos manchadas con sangre, no hay antecedentes, ni historias que puedan justificar semejante barbaridad”, expresó la ex candidata a intendenta de Resistencia, detenida en la comisaría 6ta. del barrio Santa Inés, en una carta dirigida a la comunidad, a la que accedió Télam.

Para la mujer, “la justicia parece desconocer no solo nuestra forma de pensar y de vivir que da testimonio de lo que somos, sino también desconocen las pruebas que muestran a las claras nuestra inocencia”.

“Ahora, si la fiscalía supiera o sabe que somos inocentes, ¿Por qué desde un primer momento instaló contra Emerenciano y quien escribe otras versiones?”, se preguntó Acuña.

La madre de César Sena, esposo de Cecilia y uno de los principales sospechosos del femicidio de la joven, aseguró que ni ella ni su esposo “jamás asesinaron a nadie”, y culpó a “los medios sensacionalistas” que “así lo señalan”.

En otro de los fragmentos de la misiva, la mujer comparó a Emerenciano Sena con la dirigente social jujeña Milagro Sala, condenada a 13 años de prisión por el delito de «fraude a la administración pública, asociación ilícita y extorsión que fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia».

“El milagro de Emerenciano de haber construido casas, bibliotecas, escuelas, jardín de infantes, centros recreativos, es el mismo castigo que le dan a Milagro Sala en Jujuy. Es lo mismo, la diferencia es el adjetivo calificativo, Milagro es chorra, Emerenciano es asesino, que aunque se demuestre que no lo es, igualmente es el padre del que podría ser asesino”, indicó.

Anteriormente, Acuña escribió otra carta, fechada el 14 de julio y publicada por el portal del Diario Norte, que está dirigida directamente a su esposo, en la que le dice que siente que lo defraudó por «cubrir a César».

«Te quiero mucho Emerenciano, te pido que tengas la valentía de siempre, la que enseñaste y que hoy me mantiene firme en mis convicciones y en el amor. Sabés, me siento muy triste, pienso en César en todo lo que estará pasando y sufro mucho, pero dejo en manos de Dios y la Virgen que me lo cuiden hasta que pueda salir de aquí”, expresó la mujer.

«Siento que te fallé por cubrir a César, y no puedo vivir con eso», le confiesa Acuña a su esposo y agrega en otro tramo: «Ojala pronto llegue tu libertad. Yo no, yo lo cubrí a César, lo protegí. Te oculté para no involucrarte y salió todo mal, y mucha gente inocente está presa, empezando por vos».

Acuña le pidió al ex candidato a diputado provincial que si es excarcelado antes que ella “no lo abandone” al hijo que tienen en común, porque “está muy solo» y porque tiene «miedo que atente contra su vida”.

“Solo quiero decirte que todos los días tomalo como una victoria contra la muerte, sonreí, rezá, soñá, movete, y alimentate, tu pastilla tomala con la comida, con la cena, no antes ni después», sostuvo.

“Yo no tengo a nadie y mi hijo está preso, el único que tengo y amo, sabes cómo duele, hasta he llegado a pensar que si le pasa algo yo me voy con él, ya no me quedará nada”, escribió en otro fragmento de la carta.

Cecilia fue vista por última vez a las 9.16 de la mañana del 2 de junio último, cuando una cámara de seguridad registró su ingreso en compañía de su marido, a la casa de sus suegros, Emerenciano y Acuña, en la calle Santa María de Oro 1460, de Resistencia.

Según la resolución de los fiscales, Cecilia fue asesinada entre las 12.13 y las 13.01 en una de las habitaciones de la casa aparentemente por estrangulamiento en momentos en que se hallaba junto a César, Emerenciano y Acuña.

Su cuerpo fue luego trasladado por Obregón y César Sena envuelto en una frazada a bordo de una camioneta hasta la chanchería, propiedad de los principales imputados, donde fue calcinada.

Finalmente, sus restos fueron esparcidos en distintos sectores, entre ellos junto a una de las márgenes del Río Tragadero, que linda con la chanchería de los Sena.

Además de los tres integrantes del denominado Clan Sena, por el caso permanecen con prisión preventiva Gustavo Obregón y su esposa Fabiana González (ambos asistentes de los Sena), y Gustavo Melgarejo y su mujer Griselda Reinoso (caseros de la chanchería, propiedad de los principales acusados del femicidio).

La causa es investigada por el Equipo Fiscal Especial (EFE) conformado por Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez, quienes imputaron con prisión preventiva a la familia Sena por el delito de homicidio triplemente agravado por el vínculo, por femicidio y por el concurso premeditado de dos o más personas, mientras que a los restantes acusados por el «encubrimiento agravado» del hecho.

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