El 5 de agosto de 1852 Rosario fue declarada ciudad. Es por ello que desde el 3 al 10 de este mes están programadas varias actividades en las que se podrá participar, aprender, recordar, disfrutar y compartir sobre la ciudad y su historia. Todos los eventos son gratuitos y sin inscripción previa.
Federico Dunger es el creador de la página Fotografías y Estampas de Rosario Antiguo (FyERO), tiene programas en radio (En Modo Tiempo) y televisión (ShowTime) relacionados a la historia de Rosario. Sin embargo, esos trabajos no son su sustento económico, pero su pasión por la ciudad hace que esté conectado y contando sobre el pasado rosarino.
“Hace siete años creé el grupo FyERO y para mí el 5 de agosto siempre fue una fecha muy importante por lo que pasó en la ciudad. La parte católica por ahí se inclina más al 7 de octubre, día de Rosario, pero el 5 de agosto es el día de la declaratoria como ciudad, con la importancia económica, política y cultural que conlleva eso”, expresó Dunger.
«El 5 de agosto de 1852, el entonces gobernador de Santa Fe, Domingo Crespo, a instancias de Justo José de Urquiza, decreta que Rosario deje de ser villa y obtenga el título de ciudad. Fue un antes y después en la historia local. Marcó el despegue de Rosario, siendo considera de gran importancia a nivel mundial», señala Federico desde su página en las redes sociales.
Federico, quien formó también la comisión por los 170 años de Rosario como ciudad, contó que este año se unió a la entidad Valor Rosario a cargo de Miguel Culacia, nieto de quién fuera dos veces intendente de la ciudad, y llevaron a cabo una amplia programación para conocer más sobre la ciudad.
Habrá eventos todos los días, desde este jueves 3 hasta el 10 de agosto. El sábado, 5 de agosto, la Municipalidad de Rosario también realizará un acto homenaje. “Hace unos cuatro años que por suerte la Municipalidad también se sumó a estos festejos, que cada vez tiene más repercusión”, indicó Federico.
Ese día se realizará el recorrido histórico ya habitual desde Urquiza y bajada Sargento Cabral y hasta la Plaza 25 de Mayo. Al finalizar el recorrido, se festejarán los 171 años de Rosario en el Museo Firma Mayor y Odilo Estevez con un brindis y la música de Miguel Ángel Milano y Daniela Ratti.
Día por día: conocer, recordar y añorar:
– Jueves 3
19 horas » Rosario, la bandera y el Monumento inconcluso «. Miguel Carrillo Bascary. Bolsa de Comercio. Paraguay 755
– Viernes 4
19 horas » Los primeros fotógrafos rosarinos «. Exhibición de fotos y disertación de Federico Dunger acompañado por Raúl Tinnirello. Liceo Avellaneda. Córdoba 655.
– Sábado 5
10 horas- » Puerto, río y ciudad». Recorrido histórico partiendo desde Urquiza y Sgto. Cabral y Urquiza hasta la Plaza 25 de Mayo
– Sábado 5
Al finalizar el recorrido festejamos los 171 años de Rosario en el Museo Firma Mayor y Odilo Estevez con un brindis y la música de Miguel Ángel Milano y Daniela Ratti. Santa Fe 748.
– Lunes 7
18 horas- Muestra de «Historias de Metal. Del taller a la ciudad». Recorrido guiado. Además » Explorar la Ciudad » proyecto interactivo. Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich. Bv. oroño 2361.
– Martes 8
19 horas » El ser rosarino y el 5 de Agosto». disertación con Pablo Mercado. Casa Vanzo. Cochabamba 2010
– Miércoles 9
17 horas «Mesa de Escritores Rosarinos» con la coordinación de Miguel Culaciati. Feria del Libro. C.C. Roberto Fontanarrosa. Sala Beatriz Guido 1erP
– Jueves 10
20 horas- » Actividad Coral » con el Coro del Centro Sadosky y el Coro de Fisherton. Basílica Nuestra Sra. de Lourdes. Santiago 1169.
Rango de ciudad
El historiador Miguel Angel De Marco (h) indicó que un 5 de agosto de 1852 Rosario fue elevada al rango de ciudad por el gobierno de la provincia de Santa Fe, a pedido del entonces Director Provisorio de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza, con la intención de crear un poderoso centro capaz de competir y compensar con el poder “del interior” a la hegemónica Buenos Aires.
Hasta ese momento, Rosario era un poblado de tres mil habitantes sin capacidad de autogestión, carente de recursos institucionales que colaboraran efectivamente con su desarrollo y sus intereses. Sin embargo, por sus condiciones naturales y ubicación geográfica, era un enclave comercial, político, y estratégico del litoral argentino.
Derrocado el gobernador porteño Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, en febrero de ese año las provincias vencedoras propiciaron la sanción de una Constitución Nacional y la organización del país en el molde republicano y federal. Urquiza creyó conveniente convertir a Rosario en un bastión que garantizara dicho anhelo y corresponder el respaldo de gran parte de sus vecinos a su pronunciamiento contra Rosas en 1851. Un apoyo que se concretó en la formación de dos batallones que lo acompañaron en la campaña que puso fin al rosismo, que se empeñaba en mantener cerrada la navegación de los ríos interiores en beneficio de la Aduana y puerto único en Buenos Aires, en detrimento del litoral.
El gobernador de la provincia de Santa Fe, Domingo Crespo, daba cumplimiento a un pedido expreso del entrerriano Urquiza, plasmado en la ley del 3 de agosto, al ordenar un 5 de agosto de hace 169 años que se reconociera a la entonces “Ilustre y Fiel Villa del Rosario” como “Ciudad del Rosario de Santa Fe”, otorgándole todos los fueros y prerrogativas que como tal a ella le correspondía.
Las ciudades asocian sus orígenes al momento en el que ellas se volvieron necesarias. En tal sentido, están las que nacieron como capital de una jurisdicción política, otras para la supervivencia y defensa de un territorio y otras como posta o ámbitos de paso en las comunicaciones.
Rosario ya era todo esto en el siglo XVIII: sede de la autoridad civil en el Pago de los Arroyos, un puerto natural, una región fértil y apropiada para vivir, una zona de paso obligado entre Buenos Aires y las provincias, un ámbito para la religiosidad popular, tal como lo demuestra la devoción por la Virgen del Rosario, cuya festividad se celebra la primera semana de octubre desde hace trescientos años.
Factores relacionados con la internacionalización del sistema económico, la necesidad de organizar la Nación bajo un nuevo patrón de crecimiento y una nueva política hizo que el hasta entonces poblado se convirtiera en ciudad abierta a la Argentina y al mundo.
El 5 de agosto de 1852 se formalizó el reconocimiento hacia los rosarinos que tanto habían dado en la lucha por la Independencia y la libertad. Ahora eran convocados para un proyecto de Nación que necesitaba “un puerto autónomo” de la Aduana de Buenos Aires, un “refugio humanitario” para los perseguidos políticos y un centro mercantil capaz de generar un mercado alternativo al rioplatense.
A partir de la institucionalización como ciudad: en apenas 15 años Rosario creció de tal manera que fue propuesta y designada por el Congreso de la Nación como capital de la República Argentina. A esto contribuyó haber sido el primer complejo ferroportuario del país y la gran región del cono sur, y que su población se elevara de tres mil a 23 mil habitantes en 14 años. De nuevo, los intereses del centralismo pudieron más y se le negó a través de vetos presidenciales lo que las provincias votaron soberanamente en el Congreso. Este fue el inicio de una larga lucha.
El 5 de agosto es una festividad eminentemente cívica, porque implica reconocer la capacidad de transformación de las decisiones políticas. Al poco tiempo de designarse ciudad, en el mismo 1852, se abrió su río Paraná al comercio internacional, se estableció la Aduana y se creó el puerto, la Jefatura Política, la primera inspección de escuela, se suprimió la comandancia militar y se la remplazó por un Juzgado de Paz, un Juzgado de Comercio y otro de Policía.
La ciudad se dividió en cuatro cuarteles o jurisdicción de policías, de los que dependieron las comisarios de Campaña: Arroyo Ludueña, Chacras, Bajo Hondo, y Saladillo. Meses después, vendrían las oficinas de correos y las nomenclaturas de las primeras calles. De las 15 calles con nombre, 10 hicieron alusión a las ciudades y provincias que comunicaban y cuatro a las actividades del momento: Mensajería, Comercio, Aduana, y Puerto. La única que no hacía alusión a Rosario como cruce de las comunicaciones nacionales era la que encerraba un valor político y una connotación histórica: la calle Libertad, en alusión a la caída de Rosas, la actual Sarmiento. Seis años más tarde, surgiría la Municipalidad con su rama deliberativa y ejecutiva, entre otros logros. La ciudad pudo dictar en adelante sus propias ordenanzas y los vecinos accedieron al gobierno de su patria chica.
A diez años de crearse Rosario como ciudad, su Municipalidad, reunida en Concejo, acordó dotarse de un escudo. En el centro del primer símbolo de la urbe naciente se elevaba “un brazo poderoso” que representaba a Manuel Belgrano sosteniendo la bandera azul y blanca, al momento de su izamiento en Rosario, el 27 de Febrero de 1812.
Rosario tiene el privilegio de que “su blasón”, lejos de recordar antecedentes nobiliarios, un conquistador o un ilustre hidalgo, o reproducir símbolos de imposición, exhibe su identificación con el general Manuel Belgrano y el emblema celeste y blanco, síntesis de la aspiración de una patria solidaria, libre e independiente.