Septiembre

Asociación del magisterio: un gremio con capacidad organizativa y de movilización

Guillermo Ríos, autor del libro “Hora de abrir los ojos. El proceso de sindicalización docente en la provincia de Santa Fe 1969-1976” repasa la capacidad de la docencia para marcar líneas de acción con demandas colectivas


La movilización y paro del 22 de junio pueden parecer una rareza si se piensa en la convocatoria multisectorial que lo animaba, pero la historia del gremio docente tiene un respaldo que demuestra su capacidad organizativa y de movilización.

Guillermo Rios, doctor en Ciencias Sociales y autor del libro Hora de abrir los ojos. El proceso de sindicalización docente en la provincia de Santa Fe 1969-1976, de la editorial Homo Sapiens, repasa en la historia reciente la capacidad de la docencia para marcar líneas de acción con demandas colectivas.

“La asociación del magisterio en sus distintas versiones siempre fue articuladora, desde su nacimiento. Las primeras organizaciones gremiales que aparecieron en el siglo XX y ya atravesando el siglo, tuvieron momentos en los que se sumaron a otras demandas. En la década del 20, tuvieron lugar las luchas agrarias, y se articularon con el movimiento allí. En la década del 50, también se construyó una intergremial liderada por las asociaciones de magisterio. Y en la década del 70, también hubo una expresión del sindicalismo combativo dentro del sindicalismo docente que participó en las intergremiales”, afirma Ríos, tomando el eje de las protestas docentes y las organizaciones gremiales.

Haciendo un recuento, Ríos marca también el momento histórico de la Carpa Blanca. “La carpa blanca se constituye en un espacio de resistencia y lucha contra las políticas neoliberales. Hubo un momento previo a la carpa blanca, que fueron las primeras huelgas de hambre que se llevaron a cabo en Rosario y en Santa Fe, y luego se constituyó la Carpa Blanca. Es decir, hay un aprendizaje y un desarrollo del gremialismo docente santafesino, que por un lado acompañó, y por otro fue el actor de una protesta más general. Son rasgos característicos del gremialismo aquí en la provincia de Santa Fe”, resalta Ríos.

Ríos también destaca la participación del gremialismo docente en el movimiento de mujeres. “Si pensamos en los gremios no docentes o en el movimiento obrero, tardaron en construir espacios que incorporaran la perspectiva de género; no les fue fácil conseguirlo, mientras que en el gremio docente ya estaba de alguna manera constituido. No ocurrió lo mismo en el movimiento obrero, y fue necesario mucho trabajo. Creo que la constitución identitaria del gremialismo docente contribuyó a este progreso”, rescata Ríos.

Por último, en relación con el momento actual, el investigador refiere:

“En otros momentos, había un fuerte acompañamiento de la sociedad y del movimiento obrero. Creo que ahora hay un contexto que permite y habilita este diálogo con otros gremios, y en su historia, el gremialismo docente ha ejercido la construcción del diálogo con otros sindicatos”, concluye Ríos.

 

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