Para cualquier jugador o jugadora de la ciudad que sueña con hacer del básquet su vida, poder hacerlo en Rosario en algunas de las dos categorías más relevantes de la Liga sería un ideal, concretar lo que durante mucho tiempo fue una utopía. Hoy es nuevamente posible gracias a Provincial en la Liga Argentina. Lo es para Boccia o Fernández, lo será para los pibes que aparecen y también para los que agarraron su bolso años atrás y se fueron a crecer lejos de casa.
Es el caso de Ignacio Bednarek, interno que apareció en Náutico para pasar a los seleccionados de Rosario y Santa Fe y que fue captado por Peñarol de Mar del Plata cuando era un nene. Hoy vuelve a su ciudad.
“Es hermosa la posibilidad de poder jugar en mi ciudad, con mis viejos, mi familia, mis amigos de cuando era chico, que a algunos hace mucho que no los veo, y también seguir jugando de manera profesional. Es volver de alguna forma a mi vieja vida, pero mantener la actual de jugador profesional”.
-¿Con qué jugador se va a encontrar la gente que te vio hace tiempo en la ciudad?
-Hoy soy un jugador completamente distinto. Siento que mejoré un montón en todo aspecto, sobre todo en el físico, porque si me veían a los 15 años antes de irme decía ‘este chico va a jugar contra los más grandes y se va a quebrar. También mejoré en lo físico y psicológico. Soy mucho más maduro que el chico que se fue a Mar del Plata.
-¿Cómo apareció la chance de Provincial y por qué lo decidiste entre las ofertas que tenías?
-Surgió una vez cerrado el plantel de Liga de Peñarol y como vimos con mi representante que iba a ser jugador 11 o 12 del equipo y no iba a tener minutos seguros. Apuntamos a Liga Argentina y yo tenía la sensación de que Provincial iba a aparecer como una chance, que iba a apostar por jóvenes y de la ciudad. Y salió.
-¿Qué te llevás de la larga estadía en Peñarol?
-Son buenas sensaciones, no puedo quejarme, tuve grandes referentes desde que llegué, como Nicolás Gianella, Leo Gutiérrez, Martín Leiva al Thornton. Estoy contento con lo que viví, me ayudó un montón a seguir mejorando.
A los 21 años, el interno de 2,05 metros le suma otro paso a su carrera profesional, que además de Peñarol lo tuvo a préstamo en la Liga Argentina en un par de chances que aprovechó, como la de Independiente de Oliva. Ya está otra vez acá.
