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A los 92 años murió Antonella Lualdi, ícono del apogeo del cine italiano de los 50 y 60

La también cantante, con una carrera plagada de títulos muy populares, apareció por última vez en la pantalla grande en 2010, en el film "La bella societa", de Gian Paolo Cugno, donde compartió elenco, entre otras, con Maria Grazia Cucinotta
Ícono del gran cine italiano, falleció en las últimas horas, a los 92 años en Roma, la actriz y cantante Antonella Lualdi dejando detrás una carrera que fue parte del espléndido cine italiano con papeles en films populares como Canzoni per le Strade, de Mario Landi.

Nacida un 6 de julio en Líbano bajo el nombre de Antonietta De Pascale, pero con una vida artística entera en Italia, la actriz supo rivalizar artísticamente y en el ideario colectivo con colegas de la talla de Gina Lollobrigida y Sophia Loren en los años 50 y 60.

Su primera aparición en pantalla grande fue junto a Orson Wells en El príncipe de los zorros, de Henry King, en la que el maestro de la dirección encarnó al malvado César Borgi; pero fue Mario Mattoli quien la convirtió en protagonista con Signorinella (1949), rodado al natural, según las reglas del neorrealismo, pero avalado por un elenco de veteranos del cine y el teatro.

Para Lualdi, sin embargo, ese set tuvo un aspecto privado mucho más importante: conoció a Franco Interlenghi, el protagonista de El Limpiabotas de Vittorio De Sicca, que fue el hombre de su vida y se casó con ella en 1955. La pareja permaneció unida hasta la muerte del actor en 2015, y tuvo dos hijos: Antonellina y Stella.

Así, llegó al set de películas como È più facile che un cammello… (Luigi Zampa), È arrivato l’accordatore (Duilio Coletti), La cieca di Sorrento (Nick Nostro), Solo per te Lucia (Franco Rossi) y Canzoni, canzoni, canzoni (Domenico Paolella, con Alberto Sordi y su marido Interlenghi), películas aplaudidas por el público, pero esquivas a la crítica.

Lualdi gozaba de una gran popularidad en los años 60, pero ella deseaba pasar hacia otro tipo de arte. Forjó amistad con los hermanos Totó y Federico Fellini y comenzó a frecuentar círculos más intelectuales de la reconstruida Italia de posguerra.

En esa década, Vittorio Cottafavi la llamó para El hijo del Cid; Franco Brusati para Il disordine, Ettore Scola para Hablemos de mujeres, con Vittorio Gasman, y Giovanni Grimaldi para Un caso di coscienza.

Sin embargo, no se quedó con su rol de actriz, sino que entre 1973 y 1988 grabó nueve simples y el disco Attim. En 2018, editó Voyages Extraordinaires, con Alessandro Orlando Graziano, su hija Antonella Interlenghi y Beatrice Sanjust.

Su última aparición en la pantalla grande fue en 2010, con un pequeño papel en La bella societa, de Gian Paolo Cugno, donde compartió elenco, entre otras, con Maria Grazia Cucinotta, heredera, de alguna manera, de lo que supo significar la figura y el talento de Lualdi.

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