Especial para El Ciudadano
El sábado 30 de septiembre se realizará en Mar del Plata el 3° Encuentro Plurinacional de Activismo Gordo. Hablamos con dos referentes nacionales e internacionales, que se encuentran en la organización del mismo. Por un lado Laura Contrera, integrante del Colectivo de Gordes Activistas de Argentina (CGA), abogada, profesora de Filosofía, doctoranda en Estudios de Género. Co-compiladora de los libros «Desbordar los pupitres. Sin pedagogía gorda no hay ESI» y «Cuerpos sin patrones». Por su parte Brenda Mato, modelo de talles grandes, creadora de contenido, Activista por la Diversidad Corporal, parte del Colectivo de Gordes Activistas de Argentina, impulsora de la Ley de Talles y estudiante de Sociología en la UBA. Ambas activistas nos brindaron su tiempo para contarnos sobre este encuentro y compartieron toda la información necesaria para participar del mismo.
Laura:
—¿Qué es el activismo gordo, cuando surge?
—El activismo gordo lucha por la dignidad de las personas gordas, para decirlo resumidamente, por su acceso a derechos. En todo el mundo y desde hace muchas décadas, las personas gordas somos estigmatizadas, discriminadas, violentadas y patologizadas solo por el hecho de tener el cuerpo que tenemos. Por eso se inicia a partir de finales de los años 60 y comienzos de los 70 en los Estados Unidos un movimiento que, similarmente al modo en que otros movimientos por los derechos civiles como el de las personas negras, los feminismos, los movimientos de personas gays y lesbianas; empiezan a luchar por esa opresión específica y plantearla también en términos de acceso a derechos. En el caso del activismo gordo, que arranca en Estados Unidos para esas fechas, se empieza a pensar que una de las especificidades de la opresión hacia las personas gordas tenía que ver justamente con ocultar el desprecio, el asco y demás juicios morales y estéticos que implicaba muchas veces la cuestión de la gordura bajo el paraguas de la salud. Este es como el primer hallazgo de los activismos gordos del norte global del siglo pasado.
—¿Qué características tiene en Argentina?
—En Argentina, como en la mayoría de los países de habla castellana, los activismos son propios del siglo XXI. En nuestro caso particular, podemos fechar alrededor del año 2011, donde empieza a haber una serie de personas que se identifican como activistas gordes y se empiezan a producir material en torno a esas reivindicaciones, ir en contra del estigma, la discriminación, la violencia y la patologización de las personas gordas y a discutir incluso la senda trazada por los activismos internacionales, pero con particularidades propias de Argentina. Esto se ve, sobre todo, en el tema de la patologización de la gordura, que tendrá preponderancia, ya que el activismo argentino, en su gran mayoría, va a estar integrado en principio por personas que vienen también de activismos LGTBIQ+, de los feminismos y de otros movimientos por los derechos humanos, característicos de Argentina. Entonces el activismo local por un lado va a tener todas esas experiencias de lucha y va a poder plantear sus demandas, por ejemplo, de despatologización en un lenguaje, en una retórica que es característica de Argentina, que es la de los derechos humanos. Y por el caso de despatologización, tiene también el ejemplo y la lucha fresca de los colectivos travesti trans que lograron en 2012 la sanción de la ley de identidad de género. Entonces el concepto de despatologización es un concepto que, si bien es complejo, es algo que ya estaba instalado por ahí en nuestra región de manera bastante actual.
—¿Por qué surge la idea de realizar un encuentro nacional?
—La idea de realizar un encuentro como este, que va a ser el tercero, en Mar del Plata y que el año pasado se realizó en Rosario y el primero se realizó en la localidad del conurbano bonaerense oeste Morón; surge a partir de una preocupación que teníamos dentro del grupo CGA, colectivo de Gordes Activistas de Argentina, que era la cuestión de la federalización del activismo. Sumado a esto la interseccionalidad de las luchas y una agenda que incluyera las cuestiones del estigma, la violencia, la discriminación y la despatologización, pero que se articulara de manera interseccional y también de manera federal. A sabiendas de la preeminencia que tiene muchas veces en la discusión política lo que sucede en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y en el AMBA, más precisamente incluyendo también la zona metropolitana de la provincia de Buenos Aires, esto implicaba intentar reunir y crear una agenda que tuviese en cuenta todo lo que sucedía en la región, con las particularidades de grupos o de personas que están activando en este extenso país. Por cuestiones de logística el primer encuentro se hace en Morón, pero siempre la vocación fue esta: federalizar. Siguiendo la senda de los talleres de activismo gordo que se realizan en el marco del encuentro plurinacional de mujeres, bisexuales, travestis, trans, lesbianas desde el año 2017, cuando hay por primera vez un taller de activismo gordo en la grilla oficial del encuentro. En ese caso, lo activamos y solicitamos que exista ese espacio específico de reflexión sobre activismo gordo y la experiencia de estigma y patologización de la gordura. Ante la importancia de las discusiones que allí se dieron, nos pareció que además de sostener ese espacio de talleres todos los años en el marco de los encuentros, había también que generar un espacio propio para los activismos gordes y que sea exclusivamente sobre gordura. La idea siempre es encontrarnos, escucharnos, ver que tenemos reivindicaciones que son comunes, por ejemplo, la despatologización, la necesidad de pensar una ESI que incluya la diversidad corporal, la falta de representación de personas gordas en todos los ámbitos, la vulneración de nuestros derechos, todo eso que hacen a los ejes del encuentro. Pero lo cierto es que es importante tener un espacio propio donde se ejerza una escucha y se ejerza también la reflexión, porque allí recibimos a personas gordas que quizás están viviendo su primera experiencia en cuanto al activismo y que están necesitando justamente una escucha muy atenta, muy activa, y también recibimos a personas que son activistas desde hace muchos años o que son personas aliadas y que van también con esta idea de escuchar y de aportar. Entonces era necesario intensificar estos espacios que ya existen, como dije, desde 2017 en los encuentros plurinacionales, y de generar también el afianzamiento de una idea de comunidad política. Generar un espacio de libertad para los cuerpos, junto a un trabajo activo en torno a nuestras vergüenzas, en torno a las limitaciones que nos impone la sociedad. Es importante para este joven activismo, que como dije nació hacia el año 2011, crece y además se fortifica en este tipo de encuentros.
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Brenda:
—¿Cuáles son los ejes del encuentro?
—Los ejes del encuentro principalmente están muy conectados con las demandas que tiene el activismo gordo, por lo menos acá en Latinoamérica y puntualmente en Argentina. Cosas que realmente nos interpelan y nos atraviesan en un montón de espacios. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con despatologización. Esta idea de poder acceder a atención médica de calidad sin ser prejuzgados por nuestras corporalidades, la implementación urgente de la Ley de Talles, que fue aprobada en 2019, reglamentada en 2021, y que todavía seguimos sin tener noticias de qué pasa y por qué no se aplica.
Los ejes del encuentro son:
Basta de estigma, violencia y discriminación contra las personas gordas; despatologización de los cuerpos gordos ya: por un acceso a la salud sin sesgos; implementación urgente de la Ley de Talles; queremos infancias libres de gordofobia y una ESI con perspectiva de diversidad corporal; ciudades y espacios públicos accesibles y adaptados a diversas corporalidades; sin gordes no hay feminismo
Basta de estigma de peso violencia y discriminación contra las personas gordas, tiene que ver básicamente con terminar la gordofobia, que es algo que por supuesto nos perjudica directamente, porque esa violencia diaria la vivimos de forma estructural y sistemática en todos los ámbitos de los que participamos y es esa violencia que nos deja fuera de trabajos, de poder comprarnos ropa, de poder tener relaciones saludables, de poder tener una vida medianamente saludable sin sentir todo el tiempo que tenemos que estar pidiendo disculpas simplemente por el cuerpo que tenemos. La despatologización, como mencioné antes, refiere a que no es que las personas gordas no queremos salud y queremos que todo el mundo sea gordo y que nadie nos diga nada, nosotros también queremos aspirar a la salud pero una salud real, a una salud concreta, que nos traten igual que tratan a los pacientes flacos cuando se van a atender y que no directamente cuando entramos a un consultorio nos digan que estamos enfermos simplemente por cómo nos vemos e irnos con una dieta y no con un diagnóstico. Una dieta no es un diagnóstico ni un tratamiento, una dieta es gordofobia, es no pensar realmente en las personas que somos porque no somos revisadas atendidas igual que otro paciente. En cuanto a las infancias libres de gordofobia y una ESI con perspectiva de diversidad corporal, es atacar los espacios de las próximas personas que van a habitar este mundo, para hacer un mundo más ameno un mundo más amable. Hablar de diversidad corporal para dejar de discriminar para entender que las personas venimos en todos los tamaños y que ninguna persona es más valiosa que otra simplemente por el tamaño que tiene. Cómo educar a las infancias libres de gordofobia, qué les vamos a enseñar a esas próximas generaciones y por qué hoy en día el bullying sigue existiendo. Es responsabilidad de las personas adultas que criamos a esas infancias. Poder utilizar esta herramienta maravillosa que tenemos en Argentina como la Ley de Educación Sexual Integral, es primordial para poder hablar de diversidad corporal no sólo como un tópico pequeño, sino como una posibilidad real que va a mejorar la calidad de vida de las personas. El punto de ciudades y espacios públicos accesibles es lo diario. Está relacionado bastante con el primero que tiene que ver con el poco acceso y lo poco pensado que está todo para otras corporalidades que no sean las delgadas: desde los asientos en espacios públicos, en los servicios públicos como los colectivos o en los subtes o teatros y cines. Para muchas personas es muy difícil poder acceder a esos lugares porque no entran en los asientos de los aviones, hasta los cubículos de los baños que, incluso yo siendo una gorda bastante moderada en tamaño me choco el culo cada vez que entre un cubículo de un baño. Esas cosas tan mínimas que son diarias y que están en todos lados. Empezar a crear a exigir que las ciudades y los espacios estén creados para nuestras corporalidades y que no tengamos que quedarnos afuera todo el tiempo porque no entramos. Por último, sin gordes no hay feminismo, me parece que también es algo que atraviesa muchísimo porque la gordofobia está muy ligada en parte a todo lo que tiene que los sesgos de género. Cuando construimos los estándares de belleza y hablamos de género, me parece que es primordial también hablar de esto y no creer que esto es una tontera y que es una boludez, que no tiene sentido, sino que realmente está muy ligado y que los feminismos que excluyen no son realmente feminismos. Esos feminismos blancos de personas que solamente teorizan y que hablan entre ellas no es un feminismo real, eso no incluye. Si los feminismos no nos tienen a todas adentro no están haciendo las cosas bien. Nuestro reclamo como mujeres y como personas disidentes en un montón de espacios, como mujeres, como lesbianas, como trans, como personas no binarias; también es un reclamo real que tiene que estar incluido en la lista del feminismo. No solamente pensar en ese feminismo que excluye, sino también que sea un feminismo que nos tenga a todas las personas adentro y a eso apuntamos
—¿Qué expectativas tienen?
—Con respecto a las expectativas son muchas. Desde el primer encuentro en Morón, que no esperábamos prácticamente nada y fuimos casi 200 personas, lo cual fue realmente una locura maravillosa y nos superó a nosotras en expectativas. Era una conversación que faltaba dar y que se está dando y que logramos que eso se instale. Después el segundo, haciéndolo en Rosario porque nos dimos cuenta la importancia de federalizar también esta discusión que no sólo sucede en Capital Federal sino poder abrir este espacio. Haberlo hecho en Rosario y poder también generar un montón de lazos con personas que no viven en Capital Federal y poder escuchar también otras opiniones con respecto a lo que está pasando en otras partes del país nos parece sumamente principal. Ahora Mar del Plata, con las expectativas que ese número siga creciendo, poder llegar también a otras voces que dentro de las interseccionalidades a veces quedan un poco ocultas. Nos gustaría poder escuchar voces de personas gordas que son trans, personas gordas negras, personas gordas migrantes, personas gordas no binarias, masculinidades gordas. En la mayoría en los encuentros somos feminidades, entonces, mujeres cis o trans, pero seguimos siendo la mayoría mujeres y feminidades, entonces, poder también escuchar otras palabras, otras vivencias para poder entender en qué podemos ayudar, pero sobre todo el unirnos, el encontrarnos y el empezar a generar realmente cambios reales para que sean positivos en nuestra vida, no solamente poder compartir nuestras experiencias y poder abrazarnos. Para entender que al final el problema no era nuestro cuerpo ni éramos nosotres, pero a la vez que ese compartir se pueda sumar, se pueda transformar en una lucha, en una realidad, en lo que somos, en el movimiento que somos y poder escucharnos en nuestras diferencias, en nuestras cosas que coincidimos, pero hacerlo siempre pensando en mejorar la vida de todas las personas gordas.
AGENDÁ
Sábado 30 de septiembre
Espacio Unzué, Rio Negro 3470, en Mar del Plata
Horario es de 11 a 19 horas
Organizan: Colectivo de Gordes Activistas de Argentina (CGA), Existencia Gorda, Gordes Conurbanes y activistas independientes
Para más información: AQUÍ
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*Licenciada en Ciencia Política (UNR), militante por la diversidad corporal, anticapacitista, docente de Problemáticas de la Discapacidad, Sociología de la Discapacidad, y de Metodologías en la UGR, trabajadora en la Secretaría de DDHH de la UNR. Columna de opinión “Cuerpas mutantes”. Miembro fundacional de IG: @alicya.para.iberoamerica (Asociación por la liberación corporal y alimentaria para Iberoamérica). IG: romina.sarti