La inflación fue uno de los principales problemas que atravesó la gestión de Frente de Todos y una de las deudas pendientes a poco de terminar los primeros cuatro años de mandato. Durante los años transcurridos, la pérdida salarial acumulada por trabajador llegó a los $233.000, una cifra que mejoró la evolución de ese indicador durante la gestión de Mauricio Macri, pero que quedó muy lejos de lo sucedido durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Los datos se desprenden de un informe elaborado por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), que suele reflejar el comportamiento de los salarios promedio en Argentina. Se trata de un indicador que expone cómo le fue a los trabajadores durante cada gobierno, y para este caso en particular, cómo afectó el fenómeno inflacionario, que para agosto tendrá un nuevo pico histórico.
La devaluación post Paso tuvo un impacto demoledor sobre los precios de la economía y aquellos que componen la Canasta Básica Alimentaria (CBA) no fueron la excepción. Según el último estudio de la Usina de Datos de la UNR, la CBA de agosto en Rosario tuvo un salto del 25,8%, con fuerte impulso de verduras, pan y carnes.
Si bien lo sucedido el mes pasado rompió todos los registros, en medio de un clima de incertidumbre electoral, los constantes aumentos fueron moneda corriente en los últimos años. Con esa inercia, en los 43 meses de la gestión de Alberto Fernández y a valores de julio de 2023, los salarios promedios perdieron $233.000.
El dato mejora notablemente el mismo indicador salarial entre 2015 y 2019, cuando el gobierno de Mauricio Macri provocó una pérdida acumulada de $1.694.000. Al mismo tiempo, el registro durante la era Fernández quedó muy lejos de los montos que acumularon los salarios durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
El informe de Mate también evalúa el comportamiento que tuvo el salario real promedio durante el último año de cada mandato, y allí queda en evidencia una notable pérdida de los trabajadores durante el último año.
Es que los números indican que este año el salario real sigue por debajo del nivel que tenía durante el final del gobierno de Macri, ratificando que con idas y vueltas nunca se pudo recuperar la notable perdida que tuvo el poder adquisitivo durante ese período.
Pero además, los salarios también se encuentran por debajo del nivel del último año del mandato de Ménem, en la década de 1990, y del salario de 2007, cuando Néstor Kirchner dejó la presidencia.
Incluso para los del sector público fue difícil lograr una recuperación en sus ingresos en estos años. En los últimos ocho años, este sector no hizo más que ceder en su poder adquisitivo, en parte como consecuencia de un acuerdo con el FMI de por medio.
En los dos primeros años del gobierno el salario real en el sector público se deterioró. Hubo una recomposición en 2022, pero en 2023 se evidenció nuevamente un retroceso. Actualmente es 8,6% más bajo que el salario del último año de Macri y 26% más bajo que 2015.
Más allá de algunos anuncios por parte del gobierno nacional, tras el impacto devaluatorio, difícilmente se de una recuperación abrupta del poder adquisitivo. Es que al elevado piso inflacionario de junio y julio, se sumó el efecto de las exorbitantes remarcaciones post Paso presidencial, que prometen una inflación de dos dígitos para agosto.
Si bien entre abril y mayo hubo una leve desaceleración, entre junio y julio se dio un repunte, que darán un nuevo salto. A esto se le sumaron luces de alerta en el mercado laboral y en la actividad económica.
El empleo registrado en el sector privado alcanzó un pico histórico en marzo, pero desde allí comenzó un leve retroceso, acorde a la situación macroeconómica del país. Actualmente hay 300.000 trabajadores registrados en el sector privado más que al comienzo del gobierno.
Durante junio, último dato disponible, y por tercer mes consecutivo se registró una fuerte caída de la actividad económica, explicada principalmente por el impacto de la sequía, pero no únicamente por ella.
La mayoría de las actividades continúan con signos positivos de variación. Si bien la agricultura es, por lejos, el sector de peor evolución, también se destaca el retroceso en otras actividades importantes como la industria.