El diagnóstico de la llamada «enfermedad silenciosa», en referencia a la hipertensión arterial, que afecta a uno de cada cuatro argentinos y a más de 1.400 millones de adultos en el mundo, mejoró en un 50% gracias al uso de tensiómetros digitales automáticos, un uso respaldado por estudios de campo en los que se afirma que evita errores de medición y permite mayores tomas diarias.
En el marco del día del Hipertenso, que se celebra cada 14 de septiembre, un especialista de la Federación Argentina de Cardiología (FAC) explicó a Télam sobre los beneficios que implican para el diagnóstico y el tratamiento contar con un tensiómetro digital automático.
«Cincuenta de cada cien argentinos son hipertensos, de los cuales 25 (la mitad) están controlados y de la otra mitad, 12 no saben que son hipertensos y los otros 12, saben pero no están controlados adecuadamente. Es decir, uno de cada cuatro personas en la Argentina no sabe que es hipertensa y uno de cada cuatro personas sabe que tiene la enfermedad pero no controla su presión correctamente», indicó el especialista en cardiología e hipertensión arterial, Joaquín Caputo.
Caputo, también miembro de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, afirmó -en una publicación en el boletín de la FAC- que «tal como se informa en la Declaración de Posición de la Comisión Lancet de Hipertensión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se mejoró en un 50% el diagnóstico en los pacientes con hipertensión debido a cambios que se realizaron en el método de toma de la presión».
«Las mediciones exactas de la presión arterial son esenciales para controlar la hipertensión porque una determinación imprecisa puede afectar de forma significativa el diagnóstico y el tratamiento», dijo a Télam el cardiólogo, quien indicó que desde la FAC se analizaron los diferentes estudios existentes y las recomendaciones de los principales entes de salud, para brindar información a la población que ayude en el proceso de diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial.
Cómo elegir un tensiómetro digital
Respecto a las características de los tensiómetros digitales automáticos, que recomiendan los especialistas, se indica que estén bajo las normativas de seguridad ISO, deben poseer logo de la Sociedad Argentina de Hipertensión arterial, de la FAC o de la Sociedad Argentina de Cardiología.
«Otra cosa muy importante es que el tensiómetro que uno compre, tiene que ser de brazalete y que sea el correcto, porque el aneroide tiene un tamaño estándar, que no se puede modificar mientras que el digital viene con distintos tamaños, de acuerdo al diámetro del brazo, porque sino no sirve», explicó el médico.
En esa línea, el profesional precisó que se desaconseja el uso de dispositivos automáticos de muñeca porque el brazalete se coloca sobre la arteria radial y da mediciones inexactas.
Y agregó que «en especial si el brazo no se mantiene al nivel del corazón durante la medición y la arteria radial no se comprime de un modo uniforme».
Los beneficios
Otro beneficio mencionado y recomendado en consultorios médicos, respecto de tener en los hogares un tensiómetro digital y automático para la toma de la presión, es que «evita el error del operador, si escucha o no el primer latido más fuerte, que es el que hay que fijarse; el digital no redondea la presión, además se pueden hacer numerosas tomas de medición y no hay variabilidad».
«Es como un ecógrafo, que toma la sensibilidad del latido a través de la piel», indicó el especialista.
A su vez, el cardiólogo recomendó corroborar nombres y modelos de tensiómetros del brazo superior, para la toma de presión en el hogar, en un listado aprobado por las diferentes Federaciones sobre la afección, www.saha.org.ar/files/documents/tensiometros.pdf
«Con este cambio de tensiómetro, la prevalencia de la enfermedad se modificó del 22% al 53%, que es la cantidad de veces que diagnosticamos la hipertensión en personas que se creía que no eran hipertensas y terminaron siéndolo», informó.
Los factores de riesgo
A modo de difundir información confiable y ayudar en el cuidado de su salud cardiovascular, desde la FAC desarrollaron campañas de prevención donde se facilita su información en la página web destinada a la comunidad.
«La hipertensión arterial y el tabaquismo son dos de los factores de riesgo más importantes para padecer eventos cardiovasculares tales como infarto o accidente cerebro vascular (ACV)», indica la campaña que invita a tomarse la presión.
Y agrega que hay riesgo cardiovascular aún fumando solo dos cigarrillos por día, ya que al fumar un solo cigarrillo, la presión arterial aumenta entre 15 a 30 minutos, así como la frecuencia cardíaca y los niveles plasmáticos de colesterol LDL».
«Cuando dejamos de fumar, el riesgo de padecer ACV o infartos disminuye rápidamente el primer año, igualándose a quien nunca fumó en 15 años», apuntó el mensaje de la campaña.
Otros mensajes hablan sobre la variedad de factores de riesgo tales como la obesidad, la diabetes y el sedentarismo.
En tanto, la médica del Laboratorio de Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Analía Aquieri, recordó esos factores de riesgo y agregó «el aumento en la ingesta de alimentos con alto nivel de sodio y el estrés como las causas más frecuentes de la hipertensión arterial».
Al ser una afección que no tiene síntomas, resulta clave el autoconocimiento y el autocuidado.
Para prevenir riesgos, conocer los valores personales de presión arterial representa también una ayuda, según las recomendaciones de Aquieri, quien sugirió realizar controles diarios.
«Si no hacemos controles periódicos de nuestros valores de presión arterial, es muy difícil detectarla», explicó.
Qué es la hipertensión
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos, explicó la médica, y agregó que se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y se expresa con dos números, como por ejemplo 110/70 mm Hg.
Para la mayoría de las personas, la presión arterial debe estar por debajo de 140/90 mmHg, aunque hay ciertas situaciones que obligan a tener valores incluso más bajos, como por ejemplo, si la persona padece una enfermedad cardíaca, del riñón o diabetes.
«Lo peligroso de esta situación es que la presión arterial alta o hipertensión suele no dar síntomas», puntualizó Aquieri, y por eso se le llama una enfermedad silenciosa.
Además de los factores de riesgo mencionados, el envejecimiento y la rigidez arterial en la etapa adulta mayor, también pueden ser causantes de hipertensión, aún en pacientes que tuvieron presiones normales con anterioridad.
«En nueve de cada diez casos, no hay un único agente causal, sino que pueden estar involucrados mecanismos renales, endocrinos y vasculares, entre otros, y la predisposición genética de la persona. Esto se conoce como hipertensión primaria, y se diferencia de la hipertensión secundaria, porque esta última es consecuencia de una afección determinada, por ejemplo, desórdenes endocrinos, insuficiencia renal, apneas del sueño o el consumo de ciertos fármacos o drogas», señaló la médica.
Para evitar que las personas con factores de riesgo y antecedentes familiares sean futuros hipertensos, se recuerda y recomienda incorporar la actividad física aeróbica regular, evitar el sobrepeso y la obesidad, especialmente de abdomen y tronco, mantener una alimentación saludable, rica en vegetales, frutas, granos integrales, pobre en harinas, grasas saturadas y sodio, el tabaco (pasivo y activo), reducir la ingesta de alcohol y no consumir drogas.