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Increíble: Newell’s lo había empatado en el final, pero Racing se lo ganó en la última jugada

Errores defensivos y falta de picardía castigaron al equipo de Heinze que había llegado a la igualdad en el descuento con un cabezazo del uruguayo Guillermo May

Apostar a una idea y un estilo de juego no es fácil. El Newell’s de Heinze ya tiene incorporada esa idea, pero hay ocasiones donde el partido pide otra cosa y la obstinación es perjudicial. Newell’s perdió ante Racing en un partido con un final electrizante. Y la causa de la derrota fue complicarse en dos salidas por no reventar la pelota. Ese romanticismo lo dejó sin invicto y sin liderazgo, demasiado castigo por no transgredir una idea.

La tenencia de la pelota pasó a ser el gran objetivo de ambos equipos. Con ideas similares, Racing y Newell’s sabían que la posesión les iba a dar más comodidad en el partido. Pero no fue sencillo para ambos, ya que la presión alta sumada a un campo de juego acelerado por la lluvia puso en riesgo cada intento de salir jugando.

Así llegaron las situaciones más claras, primero con una pérdida de Martino que no resolvió bien Hauche. Luego con una pelota robada por Roger Martínez a Ortiz, para una corrida mano a mano del colombiano que fue bien atorado por Hoyos y permitió un buen cierre de Iván Gómez.

La Lepra tuvo más insinuaciones que situaciones reales. Se mostró intuitivo para recuperar pelotas, pero errático en cada cercanía al área, con Aguirre contrariado consigo mismo y Méndez y Sordo imprecisos a la hora de los centros. Y cuando logró combinar con precisión y velocidad puso a Ferreira de cara al gol, pero el remate del volante fue a la posición de Arias, que se lució e impidió la apertura leprosa.

La premisa del equipo de Heinze pasó más por incomodar al rival en su salida que en intentar jugar. Y lo logró en un primer tiempo donde los arqueros trabajaron poco.

Newell’s tuvo un momento de ahogo, el primer cuarto de hora del complemento. Racing apretó y la Lepra perdió la pelota, y también algo de postura. Quintero se adueñó de la pelota y la Academia puso en riesgo a Hoyos. Un remate de Hauche atajado por el uno leproso; una mala salida del propio Hoyos que no pudo aprovechar Martinena y un remate de Roger Martínez que atajó Hoyos fueron opciones claras de gol para el local.

Heinze entendió el mal momento y mandó a Portillo por un Aguirre que hizo poco y nada. Reacomodó el medio y apostó a alguna contra. Y la tuvo Sordo, tras un pase largo de Portillo que puso al atacante con buen perfil para exigir a Arias. Y enseguida apareció Mansilla para armar una línea de tres/cinco, aunque con Sordo de carrilero por izquierda.

Venía pifiado el partido para Newell’s. Y llegó el gol de Racing. Fue un blooper de la defensa leprosa. Una pelota que era de Hoyos se la sacó Velázquez, el paraguayo no quiso reventarla y la pelota quedó boyando cerca del área, Sforza la perdió dos veces por insistir con salir jugando, y Gómez se encontró con un regalo para mandar la pelota a la red.

Racing parecía tener todo controlado. Pero el partido le dio una nueva chance de la Lepra. Un pelotazo largo encontró una pésima salida de Arias lejos de su arco y May se presentó en sociedad con un cabezazo al gol. Era el empate en el descuento, lleno de felicidad. Pero otra vez Newell’s pecó de ingenuo. Ni siquiera aprovechó el hostigamiento de la tribuna local a sus jugadores.

Portillo tiró una rabona para despejar una pelota y le dio una vida más a la Academia, la pelota quedó cerca del área y derivó Martirena, que entró solo porque el carrilero era Schor, que no siente la función de marcar. Zapatazo al primer palo de Hoyos que no bancó la parada. Una derrota que duele y deja un mensaje para el futuro: a veces hay que ser más vivo.

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