Un oficial de la subcomisaría 21ª, de 49 años, fue detenido este viernes por la noche luego de que una víctima de una tentativa de homicidio lo reconociera como quien pasaba a cobrar al búnker de zona noroeste, propiedad de los transeros que lo intentaron matar. La causa se dividió en el fuero federal por los delitos de infracción a la ley de drogas (23.737) y en el provincial donde el policía, con 22 años de servicio, quedó apresado por incumplimiento de los deberes de funcionario público y resistencia a la autoridad. La fiscal de Flagrancia Viviana O´Connell está a cargo de la pesquisa y también ordenó al personal de la Agencia de Control Policial (ACP-ex Asuntos Internos) que incautara los celulares de todo el personal de la dependencia policial, ubicada en Ayala Gauna 7951, de barrio 7 de Septiembre.
La pesadilla de la víctima no empezó en las últimas horas sino dos meses atrás, según reconstruyó a los detectives de la ACP en la madrugada de este sábado en una entrevista que se llevó a cabo en la comisaría 17ª para resguarda su integridad.
Los voceros policiales indicaron que en la denuncia explicó que hace unos dos meses fue captado por los transeros para que vendiera drogas en un búnker de Juan B. Justo al 8300, de barrio Fisherton Norte. Dijo que lo mantuvieron cautivo y que los transeros lo habían amenazado con armas de fuego en reiteradas ocasiones luego de que logró escapar.
En una de esas «advertencias» y para que supiera el poder que tenía, el jefe de la gavilla le manifestó que le pagaba a modo de protección a policías de la subcomisaría 21ª y aseguró, siempre según la denuncia, que el trato lo tenía con el sumariante y el jefe de la misma.
Los hostigamientos continuaron escalando hasta este viernes cerca de la medianoche cuando los transeros del búnker de Juan B. Justo intentaron asesinarlo en inmediaciones de Schweitzer al 8500, casi en la esquina con Acevedo y a la vera del arroyo.
La escena del ataque está a cuatro cuadras del punto de venta de drogas, el cual queda a sólo seis de la subcomisaría 21ª, para dar un contexto de los escenarios involucrados.
La víctima fue socorrida por el personal de Comando Radioeléctrico y como es su jurisdicción, llevada a la sub 21ª, quien se encontró a un policía, a quien reconoció por su rostro y voz como el que fue a buscar la coima al bunker mientras él era obligado a comercializar drogas.
En medio de esta situación, se negó a brindar sus datos personales por temor a represalias mientras que el uniformado señalado, identificado como Fernando Abel M. y con 22 años de antigüedad en la fuerza, lo insultaba. También intentó golpearlo, al grito de: «Salí afuera si tenés huevos».
Los policías de Orden Público trasladaron a la víctima para resguardarla a la comisaría 17ª y luego quedó bajo la cobertura del personal de la Gendarmería por orden del titular de la Fiscalía federal 2, Claudio Kishimoto en base a que la denuncia presentaba es en clara infracción a la ley 23.737.
En paralelo y tras ser informada de la situación, la fiscal O´Connell ordenó que los investigadores de la Agencia de Control Policial se presentaran en la sub 21ª para el secuestro de los celulares de los uniformados que estaban presentes.
Había tres suboficiales que acataron la orden al instante mientras que el oficial denunciado se negó a entregarlo y comenzó a tener una actitud «hostil» para con el superior a cargo del operativo de la ACP. Los pesquisas usaron la fuerza mínima para sacarle el teléfono y lo detuvieron por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público junto a la resistencia de la autoridad.
Ahora el policía quedó incomunicado hasta la audiencia imputativa donde se conocerá su situación procesal.