La lista de víctimas del inescrupuloso médico Aníbal Lotocki sigue en ascenso y ahora se sumó la ex pareja de Diego Maradona y madre de su hijo más pequeño, Dieguito Fernando. Verónica Ojeda se operó con Lotocki en 2013, tiempo después de haber dado a luz a su hijo, y en esa intervención, el médico le habría aplicado el mismo producto que, tras una serie de complicaciones, terminó con la vida de Mariano Caprarola y Silvina Luna.
Por ese entonces, la ex pareja del futbolista había sufrido complicaciones porque perdió mucha sangre tras el procedimiento estético-quirúrgico que, como cuentan la mayoría de las víctimas, se realizó en un consultorio que no estaba en condiciones para ese tipo de intervenciones. Sin embargo, aún no se sabía de los dolores y las consecuencias que quedaron en su cuerpo luego de aquella intervención.
Según informaron en América Noticias, Ojeda confirmó que tiene “granulomas encapsulados, dolores en la cintura y durezas en la zona de los glúteos”.
Ojeda se había realizado “una lipoaspiración en abdomen, cintura y espalda para quitarle exceso de tejido graso, y relleno de glúteos. Los médicos le aconsejan no hacer ningún tipo de gimnasia para que no fuerce lo que tiene que ver con la cintura o con los glúteos y así no provocar cierto dolor en esa zona”.
Ojeda no denunció en la Justicia a Lotocki porque ya habría prescripto su causa, pero habló en el programa LAM cuando Silvina Luna aún luchaba por su vida y reveló que ningún cirujano había querido operarla: “Cuando tuve a Dieguito, había engordado mucho, y como me sentía con exceso de peso decidí operarme. Fui a un montón de cirujanos plásticos, pero ninguno quería hacerme la cirugía porque todos me decían que tenía que esperar por lo menos un año, que es el tiempo indicado después de un parto. Hasta que una amiga en común del ambiente me recomendó a este hombre. Cuando lo fui a ver, obviamente me dijo que sí podía operarme y que podía hacerlo enseguida, a la semana siguiente”.
“Me hice una lipo pero después él me agregó un poco de relleno en las caderas porque no tengo nada en esa zona. El tema es que yo no se lo había pedido, lo único que le pedí fue una lipo absoluta, porque me veía mal y él me agregó cosas en otros lugares que yo no le había pedido. Después de la operación me interné en una clínica porque no estaba bien. En un momento me sentí muy mal y quise ir al baño, pero cuando intenté levantarme de la cama me desvanecí. No había ni una enfermera y yo perdía mucha sangre. En ese momento, toda mi familia me trasladó a otra clínica en Ezeiza, donde me hicieron una transfusión de sangre. Ahí me dieron el alta y regresé a mi casa a seguir el reposo absoluto pero me volví a sentir mal y me internaron en el Sanatorio Los Arcos. Otra vez me realizaron una doble transfusión de sangre. La pasé muy mal, después de eso no me quise hacer nunca más nada”, había contado Ojeda.
“Cuando empecé a ver todos los casos de las chicas que había operado fui a hacerme un montón de estudios. Lo fui a ver al doctor Cahe y le expliqué que tenía dolores, que sentía durezas en varias partes del cuerpo. Me acuerdo que me hizo muchos ultrasonidos hasta que me compré el aparato para poder hacérmelo yo misma en mi casa. Supuestamente, Lotocki me iba a poner la misma grasa de mi cuerpo, pero es el día de hoy que me sigue doliendo y todavía no se sabe qué me puso. Constantemente me hago chequeos, yo estoy bien, pero los dolores están y tengo granulomas en diferentes partes del cuerpo”, concluyó.