La Escuela de Deportes Inclusivos Rosario (EDIR) es un espacio donde aquel que quiera hacer deporte puede hacerlo, sin miedos ni restricciones: natación, nado sincronizado, fútbol masculino y femenino, zumba, tenis y tenis de mesa. La mayoría de su alumnado está compuesto por personas con discapacidades: la búsqueda de la organización consiste en motivar a cada uno de ellos a lograr sus objetivos y a superarse día a día.
Adriana Shea, junto a Carlos Conforti y Hernan D’avanzo, dieron vida a EDIR a finales de 2016. “Con Charlie, uno de mis socios, estábamos trabajando en una ONG sin fines de lucro que se llamaba Olimpíadas Especiales, que existía acá en Rosario. Tenían atletismo, natación y fútbol adaptado. En 2016, la ONG cerró y dejó a unos 70 atletas sin espacio”, contó la profesora.
Ahí fue donde surgió la necesidad de reinventarse y crear un lugar para “darles la oportunidad a los chicos de hacer un deporte”. “A finales de 2016 abrí mi escuela de natación. En ese momento tenía 6 o 7 chicos que me buscaron luego de que cerró la ONG. Entonces dije dale, sigamos con la natación adaptada”, explicó.
“Al poco tiempo Charlie (Carlos Conforti) me propuso sumar fútbol a la escuela que me había armado. De ahí salió buscarle un nombre nuevo y terminó quedando EDIR. Empezamos a juntarnos a diseñar todos los espacios. Habíamos planteado tener una reunión de padres, teníamos que convencer con nuestra propuesta. Empezaron a venir los chicos. Después, esa misma gente empezó a reclutar a otra gente y se fue esparciendo un poco la voz. Al día de hoy, a veces, me parece increíble que un montón de gente sepa de nuestra existencia”, detalló Shea.
Con 6 años de vida, la comunidad de EDIR está conformada por casi 200 personas, entre alumnos y profesores. A medida que la escuela fue creciendo las necesidades espaciales también comenzaron a apremiar. De Temperley a Atlantic al Complejo Agua Dulce. Todos los deportes toman lugar en el corazón del barrio Refinería (Monteagudo 338), menos fútbol que tiene sede en el club Tiro Suizo (Raffo 5120).
Shea decidió dedicarse al deporte adaptado e inclusivo no como una decisión consciente sino más bien bajo la influencia de un impulso latente. Un poco también casi por grata casualidad. “Yo soy profesora de EGB pero nunca quise ejercer. Por cuestiones del puntaje que te da para estar en el escalafón en su momento hice el instructorado de natación. Ahí empecé a meterme en el deporte”, dijo.
“Siento que me llevó la vida. En su momento surgió la posibilidad de sumarme a Olimpiadas Especiales, que era un trabajo ad honorem. Trabajé muchos años sin cobrar nada pero porque me resultaba muy lindo y sencillo ponerme al frente de la clase. Me habían hecho varias entrevistas y no me convocaban, hasta que un día me llamaron para hacer una prueba y conocer a los alumnos”, relató.
Su hermana tuvo un rol clave a la hora de decidir dedicarse a esto. “Me acompañó a la entrevista, se quedó hablando con unas mamás afuera mientras me esperaba. Cuando salí me dijo «si vas a hacer esto no te podés ir, no podés dejar a los chicos». Las madres le habían planteado que los chicos necesitan constantes. Me acuerdo que eso me impactó mucho”, contó.
“Después me fui perfeccionando, hice una diplomatura en discapacidad, me hice entrenadora de natación. Nos fuimos formando en el camino. Se me dio la oportunidad de trabajar en algo que me resulta muy placentero. Es algo que uno hace con mucho amor, con mucha pasión”, aseguró.
Todos los deportes adaptados tienen competencias a nivel nacional y muchos de los atletas alumnos de EDIR participan de estas instancias competitivas.
Desde el mes pasado la escuela participa de numerosos encuentros deportivos. Por ejemplo, el Campus de Nado Sincronizado, que tuvo lugar del 17 al 19 de septiembre, el Torneo Nacional de Natación de Olimpíadas Especiales Argentina, que fue el fin de semana del 6 al 8 de octubre, en Santa Rosa, La Pampa. El sábado 14 de octubre tuvo lugar la segunda fecha del Ranking Argentino de Tenis de Mesa, y el próximo 20 y 21 de octubre será el 2do Nacional de Tenis SD en la provincia de Córdoba -ambas competencias organizadas por organizada por FADASD (Federación Argentina de Deportes para Atletas con Síndrome de Down)-.
“Hay deportes que son muy convocantes y hay otros en donde las delegaciones son muy chiquitas. Por ejemplo, el finde largo pasado se organizó el tri-21, que es una competencia de síndrome de down: hay 12 equipos, que implica más de 200 chicos de todo el país jugando al fútbol”, relató Shea.
Acerca del deporte, tanto en su versión convencional como adaptada, Shea aseguró: «La sociedad en general es medio cínica porque a todos solo nos gustan los ganadores. Cuando vienen los chicos con medallas nos encanta. Nos encanta que jueguen al hockey, a esto o a lo otro. Ahora para estar en el camino y crear estos espacios, no. Ningún club quiere estar, ningún sponsor, para ese deportista no existe nadie”.
“Nosotros siempre estamos luchando con el tema del transporte, porque es de lo más caro que existe y lo más difícil de conseguir. Acá en Rosario, como política social, no podemos tener siquiera un transporte propio”, explicó.
La fundadora EDIR también describió cómo se encuentra el panorama del desarrollo deportivo a nivel nacional: “En este país ya el deporte convencional de por sí no es una de las prioridades. Si después a eso le sumamos el deporte adaptado, imagináte vos”.
“El 60% de los deportistas, en cualquiera de sus versiones, que representa a nivel nacional a Argentina son de Santa Fe y no tenemos las condiciones. Por ejemplo, en natación. Las piletas son de hace 50 años, no tenemos pileta olímpica. Para rendir, para llegar y todo, se tienen que ir a entrenar al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) o a Buenos Aires, porque obviamente todo pasa allá”, afirmó.
En este misma línea, ejemplificó cómo funciona la centralización de los recursos para el entrenamiento y desarrollo deportivo: “Fuimos a La Pampa y había 40 deportistas, por lo menos un representante por provincia, pero en marzo, en el Sudamericano de tenis de mesa, la única representante del resto del país que no era de Buenos Aires era Clara, que es atleta de EDIR. La selección eran 6 personas y cinco eran de Buenos Aires”.
El objetivo que se propone EDIR a la hora de invitar a sus atletas a participar de este tipo de competencias es la ambición de superarse a ellos mismos, no solo hambre por ganar. “Siempre tratamos que las competencias que le proponemos a nuestros atletas sean sanas y nobles. Sobre todo si los vamos a exponer a estas cuestiones, donde los chicos tienen que manejar sus frustraciones, acostumbrarse a que no siempre van a ganar. Es un acto de superación”, expresó.
Y añadió: “Doblar sus esfuerzos, superar sus propios obstáculos, todas las cuestiones que conlleva la discapacidad. Queremos transmitirles a los chicos esas enseñanzas: superarse, hacer algo por ellos, algo que les guste”.
La invitación de EDIR a sumarse a cualquiera de los deportes está abierta a toda la comunidad. “Nuestra idea siempre fue que nuestras clases y grupos fueran inclusivos y no sólo trabajar con discapacidad”, explicó Shea. La fundadora de la escuela sostuvo que es costoso lograr tal conjunción: “Creo que tiene que ver un poco con el temor o la desinformación: creer que porque si comparto un entrenamiento con una persona que tiene discapacidad va a bajarme el nivel o no voy a estar a la altura de la cuestión”.
“Nos encantaría que la gente se sume a cualquiera de nuestras disciplinas y que no exista esa división, que todos los que quieran sumarse, tengan o no discapacidad, pueden hacerlo libremente. Nunca es tarde y siempre hay tiempo”, concluyó.
Se puede contactar a EDIR a través su cuenta de Instagram o vía WhatsApp al 3416915669.