Una historia contada alguna vez, la anécdota que toma cuerpo y se multiplica en escena a partir del trabajo de uno de los creadores emblemáticos del teatro rosarino, el actor, director y maestro Héctor Ansaldi o Piripincho o Tahie, que en el marco de los festejos por los cincuenta años de su sala, la entrañable Caras y Caretas, que fundara junto a Mirko Buchín en 1973, estrenó recientemente su nuevo trabajo, titulado Errante, el musical.
De este modo, el teatro de Corrientes al 1500, donde habita una parte fundacional de la historia cultural de la ciudad, que fue espacio de resistencia no sólo en tiempos de la última dictadura cívico-militar sino que lo sigue siendo en el trabajo diario y en la decisión de decir “no” a la especulación inmobiliaria de la zona para que esa casona siga siendo un teatro, recibirá lo que Ansaldi llamó “la rapsodia de una leyenda urbana” donde, con la lógica del musical que siempre aparece de un modo u otro en sus propuestas, hace foco en un personaje de existencia real, uno de los tantos habitantes de la calle, al que suma la ficción para contar su periplo.
La concepción del espectáculo fue abordada a partir de la música original de Manu Ansaldi, quien también actúa junto a Carolina Rossi, Cecilia Murillo, Mariano Raimondi, Fernando Pellegrinet, Ainhoa Murillo, Matías Delaygue y el propio Héctor Ansaldi, también a cargo de la dirección general y puesta en escena, con la participación especial de la actriz y capocómica Liliana Gioia, su habitual compañera de escena desde sus comienzos en el teatro, a lo que suma el sonido de Heidi Gosparini, luces de Marcos Giordano y Francisco Gaspoz, diseño audiovisual de Maia Ferro y vestuario de Hania Betcher.
La calle, un lugar
“Errante, el musical es una síntesis de episodios que podrían haber vivido personas en situación de calle, personas que llegaron a esa opción no por penurias económicas sino por sufrimientos existenciales, pérdidas familiares o simplemente por el dolor de vivir; personas que cuentan con el talento de ejecutar música, de escribir un poema o de haber sido notables dibujantes, arquitectos o profesionales de las ciencias jurídicas. Estas personas, como diría el recordado psicólogo Alfredo Mofatt, hacen de la calle «su ley, su reino y su alivio»”, plantea el creador acerca de esta propuesta que además de la música utiliza en su narrativa un soporte audiovisual que dialoga con una serie de personajes a los que define como “desbordados, imprudentes o que hablan sin conocimiento y exponen el ridículo”.
“Este es un espectáculo muy a mi estilo, yo considero que tengo un estilo al que llamo «Tahiesco» porque no sé cómo definirlo de otro modo; a mí me llaman Héctor, que es mi nombre, pero también me dicen Piri (por su histórico alter ego Piripincho) y muchos me llaman Tahie, de ahí lo del estilo «Tahiesco». Tengo la sensación que después de tantos años es un género propio, un estilo mío donde aparece lo dramático pero también lo musical, que gusta mucho y que siempre tiene una presencia en mis obras. Ahora de lo musical se ocupa mi hijo Manu, y lo hace mucho mejor que yo, porque además de compositor es cantante y lo hace maravillosamente. Realmente esta obra es para él, porque lo musical tiene mucha preponderancia, hay música de distintos ritmos (rock, jazz, tango, bolero), distintas composiciones que dialogan con lo que pasa en la obra, con lo que transitan los personajes”, contó Ansaldi a modo de presentación de Errante.
Una anécdota prepandemia
Respecto del disparador de esta pieza, el actor y director contó: “Antes de la pandemia estuve en contacto con la hija de un vagabundo, un hombre que habitó las calles pero no por necesidad económica sino por una necesidad de libertad, de salirse de lo estándar, también, por alguna frustración, porque hay frustraciones, tristezas o agobios que te suelen arrojar a la calle. Son muchos los motivos por los cuales una persona termina en la calle y esta obra habla de esos personajes, de cierta marginalidad que los agrupa; esa marginalidad esconde las historias que más me interesan. Siempre digo que Piripincho es un poco eso, un marginal. Incluso es un tema que ya he transitado en otras propuestas, como pasó con mi versión de Así habló Zaratustra, de Nietzsche, Zaratustra también era un marginado, un iluminado y también un border. De algún modo, siempre me quedó esa idea, y aquella conversación disparó esta obra, donde se cuentan distintos momentos de ese personaje, porque la historia arranca en 1910”.
“Yo hago el personaje de esta historia cuando llega a la vejez; pero la historia que me contó aquella mujer arranca a principios del siglo XX con una familia aristocrática de Rosario que tienen en su casa trabajando a una gente de una comunidad originaria del sur del país que se instala en lo que es hoy el Parque Independencia cuando todavía no era un parque. Entonces son tomados casi como esclavos: las mujeres a trabajar a las casas, y los hombres de peones en el puerto. Finalmente, el chico de la casa de la familia aristocrática se enamora de la chica que termina ocupándose de las tareas domésticas, ella queda embarazada y la familia se ocupa de separarlos al mejor estilo Romeo y Julieta y no se ven nunca más. Ella vuelve a su lugar de origen adonde tiene a su hijo que termina con otro apellido; pasan muchas cosas, es una historia muy loca, incluso ella termina como cantante en un cabaret. Es una historia muy teatral, muy interesante de contar, porque ese es sólo el principio. Después de este hecho nace finalmente el niño que con el paso del tiempo termina en la calle”, detalló el creador.
Y sumó finalmente: “Es una historia donde van apareciendo distintos personajes, y donde vemos varios momentos de ese hombre que decide que la calle sea su lugar para vivir; es un hombre que sufrió mucho a lo largo de su vida: estuvo internado, sufrió electroshock, se fue en algún momento con un circo. Es una historia a la que incluso nos costó mucho encontrarle un título, porque ese título debía concentrar el sentido de lo que estábamos contando. Finalmente apareció «Errante», ya sobre el final, hace muy poco, y es un título que sintetiza muy bien el concepto de esta propuesta”.
Para agendar
Errante, el musical se presenta los sábados, a las 22, en Caras y Caretas, de Corrientes 1518, donde seguirá en cartel hasta el primer sábado de diciembre. Las entradas se adquieren en la boletería del espacio desde una hora antes de la función y se pueden hacer reservas previas a través del 341-3395398. Cabe recordar que la sala funciona a modo de concert, donde, previo a la función, se puede comer y beber.