La Fiesta Nacional de las Colectividades de Rosario volvió a dar cuenta de los conflictos internacionales que acontecen en el momento de la celebración. Este año, la colectividad israelita decidió no presentar danzas o vender comida, sino que eligió montar su stand representando a las 245 personas que están secuestradas por la organización Hamas después de sus ataques en territorio de Israel del pasado 7 de octubre, en un conflicto cuyas represalias ya han elevado a más de diez mil las víctimas fatales, en su mayoría civiles palestinos de todas las edades. Por su lado, cuatro colectividades árabes, Irak, Palestina, Siria e Irán, se manifestaron en sus stands pidiendo por la paz en el Oriente Medio.
«Se pensó mucho qué hacer este año debido a la situación horrible que estamos pasando en Israel. Nadie estaba de acuerdo en hacer el stand de comidas que nos caracteriza y el stand con el escenario, con el espectáculo bailable”, contó a El Ciudadano Guillermo Rivelis, integrante de la organización de la colectividad israelita, y agregó que, desde la comisión del club de la Unión Sionista Rosario surgió la idea de mostrar “lo que está pasando en Israel y lo que estamos sufriendo nosotros con todas las personas que fueron asesinadas brutalmente por el grupo terrorista, y por todas las personas que ellos tienen ahora como rehenes».
El rincón de la Unión Sionista Argentina, que solía estar engalanado por mesas para los comensales, un escenario para las danzas típicas y puestos de venta de comida, cuenta en esta edición sólo con dos exhibiciones: tres mesas largas, que cuentan con 250 sillas vacías con los nombres y las fotos de las personas que está confirmado son rehenes de la organización Hamas en cada asiento.
La segunda muestra tiene que ver con sendos carteles estaqueados en la tierra con los nombres y las fotos de los secuestrados, y un código QR que, al ser escaneado, cuenta la historia personal de cada uno de ellos: «Decidimos volcar nuestro malestar en informar, que es lo único que podemos hacer, mostrar lo que está pasando y pedir por que esta gente vuelva a sus casas lo antes posible. Y, por supuesto, que se termine la guerra. Para todos es importante que se termine la guerra».
Los anuncios contienen la foto de los rehenes, sus nombres y una reseña con su edad y un código QR con el cual se puede acceder a la información de cada persona. Se trata de 245 secuestrados, de los cuales 21 son argentinos, entre los cuales se encuentra Kfir, de apenas 10 meses, lo que lo hace el más joven dentro de la lista de personas en cautiverio en poder de Hamas en la Franja de Gaza, uno de los territorios autónomos de Palestina. Algunos de estos carteles son enteramente negros “para que el espectador se vea reflejado”, con una leyenda: “Podrías haber sido vos”.
No es la primera vez que la fiesta de las Colectividades escenifica los conflictos internacionales. El año pasado, el distanciamiento entre los stands de Ucrania y Rusia llamó la atención, en el marco de la disputa entre ambos países en Europa oriental. Este año, la coyuntura, caracterizada por el enfrentamiento entre la organización Hamas y el estado de Israel, tuvo sus expresiones a través de diferentes carteles y flyers en las carpas y rincones de las colectividades árabes, pidiendo por la paz entre los países de Oriente Medio.
«Fue un golpe muy duro para toda la comunidad judía del mundo. Lo estamos sufriendo todavía, porque no son prisioneros de guerra, sino que son civiles, niños, mujeres, ancianos en manos de grupos terroristas y nadie sabe lo que pueden estar pasando», sostuvo el dirigente de la agrupación sionista.
Rivelis señaló que se mantienen informados por redes sociales y de las entidades formales de la comunidad judía en Argentina, y por eso eligieron solidarizarse con ellos. Además, están en conocimiento de la situación gracias al contacto que mantienen con familiares directos que viven en Israel, como es el caso del mismo Rivelis: “Tenemos familiares nuestros que están allá, que vivían en la zona cercana donde fue todo el problema y hoy no están en sus casas. Están este viviendo en otras partes de Israel como refugiados judíos».
El organizador definió a Israel como un país “multicultural y muy democrático”. Y añadió de inmediato: «Vos tenés una ciudad como Tel Aviv donde se hace todos los años el encuentro LGTB, y tenés una ciudad como Jerusalén, que es la meca de la religión. Israel es eso, es multicultural, democrática. No se vive la tensión ahí con el pueblo palestino, porque está controlada por el ejército, no porque no la haya. Pero dentro de Israel uno vive tranquilo. Los israelíes están acostumbrados a que dos por tres hay algún misil. No es tan seguido, pero pasa. Ahora, cuando uno va de visita, va todo el mundo y no se vive tensión con los palestinos».
En el predio, el stand sionista está separado por apenas aproximadamente 200 metros de distancia de la comunidad de Palestina. Al ser consultado sobre si hubo comunicación de alguna clase con los referentes de dicha colectividad, Rivelis sostuvo que no tiene constancia de que las instituciones hayan cruzado palabra: «Nosotros como institución israelita no tuvimos ninguna comunicación, para nada. Nosotros no tenemos nada con los palestinos, el problema acá son los terroristas que están ocupando territorio palestino y que no hay con quién hablar. No es el pueblo palestino el problema acá».