Israel y Hamás iniciaron este viernes un alto el fuego de cuatro días en Gaza y, en las primeras horas después de que entrara en vigor, no se registraron bombardeos, ataques de artillería pesada o cohetes. Es la primera pausa en una guerra de 48 días que devastó el enclave palestino.
La tregua comenzó a las 7.00 (05.00 GMT) e incluía un alto el fuego general en el norte y el sur de Gaza, la liberación por parte de los militantes de 13 rehenes israelíes (mujeres y niños) a lo largo del día y la entrada de ayuda en el territorio asediado. A cambio, se iban a liberar a varios prisioneros palestinos retenidos en cárceles israelíes.
Un corresponsal de Reuters cerca del norte de Gaza no oyó ninguna actividad aérea israelí en el cielo ni vio las estelas de condensación típicas de los lanzamientos de cohetes palestinos.
La televisión libanesa al-Mayadeen informó de que, desde el inicio de la tregua, no se habían oído bombardeos en Gaza. Sin embargo, afirmó que las fuerzas israelíes estaban impidiendo a los residentes regresar a sus hogares en la densamente poblada zona norte del enclave.
Según Al Jazeera, hubo un incidente en el que algunos soldados abrieron fuego, pero no hubo indicios de que se produjeran víctimas.
No hubo comentarios inmediatos por parte del ejército israelí, que anteriormente había hecho un llamamiento a los palestinos para que se mantuvieran alejados del norte de la Franja de Gaza, que describió como una «peligrosa zona de guerra».
En dos pueblos israelíes situados fuera del sur de la Franja de Gaza, sonaron sirenas advirtiendo de la posible llegada de cohetes palestinos. Un portavoz del gobierno israelí dijo que Hamás había lanzado un cohete en violación de la tregua, pero no hubo informes inmediatos de daños.
En la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, donde las calles estaban llenas de gente, el palestino Jaled Abu Anzah dijo a Reuters: «Estamos llenos de esperanza, optimismo y orgullo por nuestra resistencia. Estamos orgullosos de nuestros logros, a pesar del dolor que esto ha causado».
Los combates se habían recrudecido en las horas previas a la tregua y representantes del enclave gobernado por Hamás afirmaron que un hospital de la ciudad de Gaza se encontraba entre los objetivos bombardeados. Ambas partes señalaron también que la pausa sería temporal antes de que se reanudaran los combates.
El Hospital Indonesio se tambaleaba bajo los incesantes bombardeos, funcionaba sin luz y estaba lleno de ancianos postrados en cama y niños demasiado débiles para ser trasladados, según las autoridades sanitarias de Gaza. Al Jazeera citó a Munir al-Barsh, director del Ministerio de Sanidad de Gaza, diciendo que un paciente, una mujer herida, había muerto y otros tres habían resultado heridos.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, Majed al-Ansari, declaró en Doha que a las 16.00 horas (14.00 GMT) comenzaría a llegar ayuda adicional a Gaza y que los primeros rehenes, entre los que había ancianas, serían liberados.
Alrededor de una hora y media después del comienzo de la tregua entraron camiones de ayuda en la Franja de Gaza desde Egipto, según mostraron imágenes de Reuters TV.
Egipto dijo que 130.000 litros de gasóleo y cuatro camiones de gas se entregarán diariamente a Gaza cuando comience la tregua y que 200 camiones de ayuda entrarían diariamente en Gaza.
Se espera que los palestinos sean liberados de las cárceles israelíes, dijo el portavoz qatarí a los periodistas. «Todos esperamos que esta tregua permita iniciar un trabajo más amplio para lograr una tregua permanente».
Hamás confirmó en su canal de Telegram el cese de todas las hostilidades por parte de sus fuerzas.
Tregua temporal
Aun así, Abu Ubaida, portavoz del brazo armado de Hamás, se refirió más tarde a «esta tregua temporal» en un mensaje de vídeo en el que pedía una «escalada de la confrontación con (Israel) en todos los frentes de la resistencia», incluida Cisjordania, territorio bajo ocupación israelí, donde la violencia se ha recrudecido desde que estalló la guerra de Gaza hace casi siete semanas.
El ejército israelí dijo que sus tropas permanecerían detrás de una línea de alto el fuego dentro de Gaza, sin dar detalles de su posición.
«Serán días complicados y no hay nada seguro», dijo el portavoz militar israelí Daniel Hagari.
«El control sobre el norte de Gaza es el primer paso de una larga guerra, y nos estamos preparando para las siguientes etapas», añadió. Israel había recibido una lista inicial de los rehenes que iban a ser liberados y estaba en contacto con las familias, dijo la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.
En un mensaje en árabe en las redes sociales, un portavoz militar israelí advirtió a los palestinos: «La guerra aún no ha terminado. La pausa humanitaria es temporal. El norte de la Franja de Gaza es una zona de guerra peligrosa y está prohibido desplazarse hacia el norte. Por su seguridad, deben permanecer en la zona humanitaria del sur».
Israel lanzó su devastadora invasión de Gaza tras el ataque de que hombres armados de Hamás irrumpieran a través de la valla fronteriza el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y apresando a unos 240 rehenes, según los recuentos israelíes.
Desde entonces, Israel bombardeó el minúsculo enclave, matando a unos 14.000 gazatíes, alrededor del 40% de ellos niños, según las autoridades sanitarias palestinas. Cientos de miles de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han huido de sus hogares para escapar de la violencia, pero las condiciones son cada vez más desesperadas.
Antes del alto el fuego, los combates se intensificaron más el jueves: aviones israelíes atacaron más de 300 objetivos y las tropas libraron intensos combates en los alrededores del campo de refugiados de Jabaliya, al norte de la ciudad de Gaza.
«La gente está agotada y está perdiendo la esperanza en la humanidad», declaró el jueves Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), tras haber visto «un sufrimiento indescriptible» durante una visita a Gaza.
«Necesitan un respiro, merecen dormir sin la angustia de saber si sobrevivirán por la noche. Esto es lo mínimo que cualquiera debería poder tener», agregó.
La alarma internacional se centró en el destino de los hospitales, especialmente en la mitad norte de Gaza, donde todas las instalaciones médicas dejaron de funcionar con pacientes, personal y desplazados atrapados en su interior.