Adrián Boccia fue el nombre propio de la segunda final de la Superliga rosarina. Desde lo anímico su inclusión le llevó calma a su equipo y desde lo basquetbolístico desarrolló una tarea brillante para ser el argumento principal de la victoria de Provincial ante Sportsmen para empatar la serie definitoria.
“Había que dar un golpe de carácter. No entramos con la mejor actitud el otro día y nos hicieron 28 puntos en un primer cuarto. No se juegan finales todos los días. Hoy se entró con otra actitud y se ganó bien”, explicó el experimentado jugador en charla tras el partido y luego se refirió al juego de Sportsmen, pero dejó en claro su molestia con algunas situaciones que se viven en la Rosarina: “Nosotros sabemos que ellos tienen una manera de jugar en la que te llevan al error, es su sello por así decirlo. A nosotros nos tocó perder el otro día y no hubo ningún tipo de problemas, aceptamos la derrota. Y hoy todos sabemos lo que pasó, no nos hagamos los boludos. La respuesta que te dan los árbitros es que en Rosario se juega así y me parece que nos quedamos en los 80 o en los 90. Yo no lo veo al básquet así y me molesta que se vean como naturales que no lo son. Habrá que adaptarse porque es una final”.
Cuando se le consultó sobre el riesgo de sufrir una lesión, Boccia explicó que es algo que sucede “todo el tiempo”.
“Cuando se los digo a los árbitros me dicen que en Rosario se juega así. Habría que hacer una autocrítica. No sé cuántos años más voy a jugar, amo a mi club, estoy jugado por mi club, pero no es casualidad que en todas las canchas se está siempre al borde de que pase algo”, contó.
Y después aportó una mirada positiva sobre el momento que vive, en su club y en una final: “Todo es especial, estar jugando una Liga Argentina, una final de Rosario. Le decía a Pablo (Fernández) cuando estaba en América que quería venirme a jugar con él y hoy, poco tiempo después, puedo jugar por estos colores. Es un sueño estar en esta cancha y con este marco”.