Por: Enrique Genovar
A veces los jugadores de fútbol, al igual que el resto de las personas, sufren problemas personales y éstos en ciertas ocasiones le juegan en contra en cuanto a su rendimiento. En el partido del sábado ante Unión en Santa Fe, Diego González fue un claro ejemplo de ello.
El mediocampista central tuvo un flojo rendimiento, algo que llamó la atención porque en sus últimas presentaciones había sido uno de los mejores jugadores del equipo que conduce Héctor Rivoira.
La sinceridad del futbolista se hizo presente, una vez más, cuando terminó el encuentro. “Me parece que les falté el respeto a todos mis compañeros. Yo tendría que haber hablado con el entrenador para decirle que no estaba a disposición para jugar”, se despachó el Pulpo una vez terminado el encuentro en la capital de la provincia.
Y rápidamente añadió: “Esta semana tuve un par de golpes muy duros y en el partido quedó demostrado. No jugué bien”.
Diego González quien había dicho en su momento “no jugamos a nada” cuando el equipo era dirigido por Reinaldo Merlo, y ahora volvió a declarar con un llamativo grado de sinceridad. Pero esta vez no habló del rendimiento colectivo, sino que realizó una fuerte autocrítica en lo personal.
Al ser consultado sobre el motivo de sus problemas, el volante respondió: “Las cosas que estoy viviendo no son de las mejores. La gente cercana a mí sabe que no estoy bien en lo personal”.
Si bien no se sabe cuál es el problema que lo aqueja y que actuó como atenuante de su rendimiento en el empate en Santa Fe, sí se supo que durante la semana sufrió un inconveniente personal que no lo dejó pensar en el compromiso del sábado.
“Me parece que mi trabajo no fue bueno. No estoy conforme conmigo mismo. Me siento mal porque las cosas no me salieron bien. Si el técnico me hubiera sacado en el entretiempo también hubiera estado bien”, dijo el futbolista volviendo a cargar contra sí mismo.
Más allá de los sucesos que tienen en vilo al propio jugador, la sinceridad con la cual se expresó es digna de destacar y no es materia de todos los días en el ámbito futbolístico.
“Me duele mucho por mis compañeros que tuvieron que jugar contra los rivales, contra el árbitro y encima con un jugador menos. No estuve concentrado en ningún momento. No me pude meter en el partido”, recalcó.
El gol agónico de Luciano Figueroa tuvo una dedicatoria especial. “Se lo dediqué al Pulpo”, dijo Lucho a la salida del vestuario. Además agregó: “Yo soy uno de los que más habla con él y no está pasando por un buen momento. Esperemos que mi gol le haya servido como un pequeño aliciente”
A propósito de la especial dedicatoria Diego González, con lágrimas en sus ojos expresó: “Le quiero agradecer al grupo y a Lucho que me dedicó el gol. Ellos que están todos los días conmigo saben por lo que estoy pasando”, finalizó el mediocampista visiblemente emocionado.