Una de las historias más emblemáticas del escritor británico Roald Dahl volvió a la pantalla grande con Wonka, la colorida comedia musical y de fantasía del cineasta Paul King que, con el protagónico del reconocido Timothée Chalamet en la piel del soñador y excéntrico chocolatero del título en sus orígenes y un mensaje que rescata el valor de la familia elegida, puede verse desde el pasado jueves en las salas locales.
Tras dos adaptaciones previas, la más reciente con el rol principal a cargo de Johnny Depp en 2005, esta es la tercera ocasión en que este universo de Dahl llega al cine, aunque sólo inspirada y etiquetada como una precuela de Willy Wonka y su fábrica de chocolate (1971), el primer largometraje basado en la novela que vio la luz, con el inolvidable Gene Wilder como el misterioso creador de golosinas de sombrero de copa y tapado violeta.
En ese sentido, Wonka deja de lado la ya conocida aventura del pequeño Charlie luego de ganar el célebre ticket dorado para visitar la chocolatería, e imagina cómo el maestro detrás de esos enigmáticos y deliciosos dulces llegó a ser quien el mundo descubrió desde la publicación del libro en 1964.
Para eso, Paul King, que venía de dirigir las dos exitosas entregas de Paddington (2014 y 2017), trabajó junto a Simon Farnaby, también actor, comediante y su recurrente colaborador, para darle forma a esta trama que sigue al joven Willy Wonka en sus inicios, cuando llega a un pueblito ficticio en Europa decidido a ser uno más en la coqueta galería donde tres titanes de los chocolates comparten el negocio con mucho recelo por mantener el dominio del rubro.
Sin embargo, pronto el escenario probará ser complicado para Willy, que no sólo se convertirá en el blanco de la corrupta policía que trabaja para mantener el statu quo del mercado sino que, engañado por la desagradable dupla de dueños de la hostería local (Olivia Colman y Tom Davis), se verá atrapado por una injusta deuda y casi imposibilitado de salir para dar a conocer sus azucaradas creaciones en público.
«Es un gran optimista, y esto ocurre 25 años antes de los eventos de Willy Wonka y su fábrica de chocolate, así que es un joven dando sus primeros pasos en el mundo, y espera grandes cosas. Esta es una película del universo de Roald Dahl, en el que el mundo no es el lugar cálido y acogedor que quizás esperamos que sea, pero Willy no está dispuesto a aceptar un no como respuesta, y se dispone a cambiar las cosas como deberían ser», explicó el propio King en conferencia de prensa sobre la narrativa.
Con ese espíritu, el protagonista unirá fuerzas con el abanico de personajes que, también víctimas de la estafa, pasan sus días en la lavandería de la posada esperando ser libres: a fuerza del trabajo en equipo, el ingenio y con un sueño en mente, el grupo pondrá en marcha un divertido plan que, música y coreografías mediante, buscará hacerle justicia a cada uno de ellos y, principalmente, darle a Wonka la oportunidad para tener su local propio y transformarse en el chocolatero que siempre quiso ser.
Sobre la tarea de guionar la película, King comentó que si bien fue «difícil encontrar el tono», el objetivo siempre fue intentar «capturar lo mismo que en Willy Wonka y su fábrica de chocolate, que es un poco realista pero muy exagerada, para volver a ese mundo tan divertido».
«Es como una espada de doble filo, porque es intimidante meterse en el camino de un narrador tan grande y excelente como Roald Dahl, que escribió estos personajes extraordinarios y perdurables, que quizás desde afuera parece que le salían con mucha facilidad, pero sabemos cuánto trabajo duro le tomó. Lo bueno de trabajar con el universo que creó otro es que podés apoyarte en sus hombros, y jugar con todas las ideas que a él ya se le habían ocurrido, con esa extraordinaria caja de joyas que nos dejó para, con suerte, producir algo que valga la pena», agregó el realizador.
Conformado por figuras como Sally Hawkins, Rowan Atkinson, Hugh Grant y Keegan-Michael Key junto a intérpretes como la novel Calah Lane, Paterson Joseph, Matt Lucas, Mathew Baynton y Jim Carter, el elenco se corona indiscutiblemente con el carisma bien medido y la simpática ingenuidad que consigue imprimirle a este Wonka el estadounidense Timothée Chalamet, quien a sus 27 años ya ostenta una interesantísima carrera que le valió una nominación al Oscar a mejor actor por el drama romántico de iniciación Llámame por tu nombre (2017).
Por nombrar sólo algunos, después de aquel trampolín a la fama tuvo su paso por films como la comedia dramática Lady Bird (2017), la última versión del clásico Mujercitas (2019) y el brillante tanque de ciencia ficción Duna (2021, con una segunda parte a estrenar el año que viene), con las que construyó un temprano pero variopinto recorrido de géneros y roles bien diferentes al que explora en Wonka.
Respecto a su acercamiento al proyecto, Chalamet agregó en el encuentro de prensa que «ya estaba enamorado del trabajo que había hecho Paul (King) antes» y que si bien tenía sus dudas por tratarse de «un personaje muy querido», por el que «los espectadores son muy celosos y con todo derecho pueden ser un poco escépticos desde el vamos», a las pocas páginas de leer el libreto se convenció de «lo inteligente que era la propuesta».
«Nunca pensé que iba a poder hacerlo de esta manera, con un elenco tan brillante, y fue un desafío hermoso. Fue muy importante la colaboración con todo el equipo, desde los coreógrafos hasta los músicos y los vestuaristas, y se sintió una unión muy grande detrás de la película para construirla. También fue un lujo tenerlo a Paul como director porque sentía que podía probar todo, y tenemos similitudes a la hora de trabajar. Cuando pensamos que una toma no había salido necesariamente preciosa, le dábamos una nueva oportunidad. Por eso había mucho material en el cuarto de montaje», lanzó entre risas.
Por último, King consideró que esta película gira «realmente alrededor de la familia, y sobre las huellas que deja en nosotros la familia en la que nacemos y sobre las familias que cada uno va construyendo en su camino».
«Willy llega a un pueblo en el que no conoce a nadie y consigue armar un grupo de amigos con los que hace algo extraordinario. Por eso creo que es una película que se puede disfrutar sobre todo con gente cercana, y espero que pueda unir un poco más a las personas entre sí», concluyó el director.