La decisión oficial de no pagar más horas extras a los empleados de Casa de Gobierno, y el sometimiento a los caprichos de algunos de sus inquilinos en funciones políticas derivó en una rebeldía impensada a la administración anarcocapitalista del presidente Javier Milei: la de los mozos de Casa Rosada, que ya sufren el recorte a la mitad de sus ingresos.
La mayoría de los trabajadores pierden casi el 60% de su sueldo. Pasan de cobrar haberes promedio de 450.643 pesos a percibir 189.271. Este viernes a las 15, los trabajadores hicieron una asamblea en el comedor de Balcarce 50 para definir medidas de fuerza y el gobierno buscó contrarrestarla con el anuncio de una auditoría y un reordenamiento de horas para evitar una presunta discrecionalidad en su asignación «que perjudica a los trabajadores».
De igual modo en la asamblea estuvieron representantes del gremio estatal ATE, y también otros empleados como cocineros, personal del museo y administrativos del edificio que también fueron afectados por la quita de horas extras.
“No somos lo mismo que el resto. Vamos a laburar todos los días hace años. No nos podemos tomar vacaciones ni nos podemos enfermar porque perdemos las horas extras. En la pandemia fuimos siempre”, relató uno de los mozos al canal TN.
“Se informa que en virtud del objetivo de racionalización de los recursos del Estado establecido en el Decreto N° 8/2023, y a fin de contar con una ordenada gestión funcional de la distribución de actividades del personal de su dependencia, a partir del día de la fecha, queda suspendida la asignación de horas extraordinarias, debiendo programarse las tareas operativas en la jornada legal normal de trabajo de cada agente”, sostiene el texto que desató el enojo.
El oficialismo defendió la medida, a través de voceros: «El que trabaja va a tener un buen sueldo y el que no, se va a ir. Hay algunos trabajadores a los que se les asignaban horas extras que no existían. Queremos que se le pague lo que se merece al que trabaja y que no se aprovechen los vivos. Es algo que se lleva a cabo en todos los ministerios”.
Los trabajadores en conflicto dependen de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y del ministro de Interior, Guillermo Francos.
Milei, hasta la puerta, los Iñakis, golosos
«Los mozos nunca pudieron ver a Javier Milei. Cuando le llevan café, los frena su secretario privado, Mario Suli, y les agarra la bandeja. Él entra con el pedido y el personal se retira. Lo mismo sucede cuando le llevan comida, pero con el agregado de que el custodio personal del presidente prueba todo antes», relató lo que le transmitieron el periodista de TN Ignacio Salerno.
Otros atendidos son los jóvenes libertarios adictos a las redes sociales. Semanas atrás, antes de que le quiten el manejo de las redes de la Casa Rosada a Iñaki Gutiérrez por usar la cuenta oficial para postear saludos personales navideños junto a su novia, además de haber tenido queborrar tuits con imágenes falsas de presunta destrucción de la Casa Rosada por el gobierno anterior, el portal La Política Online alertó que junto a su equipo de trabajo «se atrincheró en el Salón de las Mujeres y pide canilla libre de chocotorta».
«Los Iñakis hacen base en el Salón de las Mujeres del primer piso de la Casa de Gobierno y lo convirtieron prácticamente en un búnker para desarrollar el contenido que se mezcla entre cuentas oficiales, como la del propio presidente, y páginas de spam de material libertario, como la del propio presidente», señaló el medio.
«La banda del Counter, así definida de manera peyorativa por el Grupo Marlboro de Santiago Caputo, también se adueñó de los usos y costumbres de la Rosada, en especial de la cafetería. A mozos que sirvieron a diez presidentes les piden chocotorta a toda hora y de manera intrépida», afirmaron.