En poco más de cuatro décadas Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) logró convertirse en la principal exportadora de vinos a granel en la Argentina. Además, dentro de su portfolio cuenta con la marca más vendida del país, el centenario vino Toro.
En la actualidad Fecovita mueve más de 270 millones de litros de producto fraccionado por año y compite en todas las gamas de la categoría. De un pequeño grupo de productores mendocinos a un gigante de la industria vitivinícola con sucursales en China, Rusia y México.
La semilla de Fecovita fue la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) conformada en los años 70 para que algunos productores pudieran tener representación gremial.
El segundo paso fue crear una cooperativa de segundo grado para unificar la comercialización. Esto se realizó en octubre 1980 con la fundación de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas, que estaba formada por 20 cooperativas bajo la presidencia de Carlos Magni.
Los viñedos y la experiencia en la cosecha ya los tenían, lo que le faltaba a la firma era el poder de las marcas, el músculo de fraccionamiento y la llegada a las cadenas de comercialización.
En ese punto jugó un rol fundamental la antigua bodega Giol.
Al vino, Toro
Bautista Gargantini y Juan Giol, dos inmigrantes italianos, fundaron su propia bodega en 1896 en Maipú, Mendoza. Ahí empezaron a producir el vino Toro, que en 1910 ya superaba los 50 millones de litros en volumen.
Sin embargo, cinco años más tarde la bodega pasó a manos del gobierno de Mendoza. Fecovita ganó la licitación de Giol y en 1990 compró la unidad de fraccionamiento y comercialización que solía pertenecer a la bodega.
La operación le dio acceso a Toro, una marca centenaria y con peso entre los vinos económicos de la góndola.
Sus nuevos dueños le dieron un mayor impulso y la transformaron en la etiqueta más vendida de la Argentina con un 55 por ciento de participación de mercado en su categoría.
A su vez, desde 2018 Toro se convirtió en sponsor de la selección Argentina, ese mismo año la firma desembolsó 40 millones de dólares para ampliar su capacidad de almacenaje a 95 millones de litros y multiplicar su volumen de envasado a 38.000 litros por hora.
En 2004 Fecovita dio un paso hacia otro segmento, el de gama media y alta, con la creación de Bodega Estancia Mendoza.
Dos años después expandieron su share en la categoría económica con la adquisición de Bodega Resero en San Juan por la cual le pagaron 7 millones de dólares a Grupo Cartellone. Esto les permitió agregar una planta, tres líneas de fraccionamiento y las marcas Resero, Arrieri, Arizu y Zumuva.
Hace algunos años la cooperativa separó su negocio de vino fino, que se concentra en su bodega en Tupungato, Mendoza.
La Unidad Estratégica de Negocios Bodegas, enfocada en el segmento de alta gama y en los mercados internacionales, está conformada por las etiquetas Canciller, Estancia Mendoza y Los Helechos. En tanto, la pata masiva es protagonizada por Toro, Nativo, Resero, Cruz del Sur y Zumuva.
A esto se le suma su negocio de mosto concentrado.
En 2010 formalizó una alianza con Mostos Concentrados Argentinos (MCA) en San Juan para su procesamiento y hoy es el segundo jugador en exportación de este producto. Uno de sus principales clientes es los Estados Unidos, que lo utilizan como base para jugos.
Batalla judicial
En total, Fecovita nuclea a 54 bodegas, 5000 productores, más de 25.000 hectáreas de viñedos, 29 cooperativas y está en el top 10 entre los grupos vitivinícolas más grandes del mundo.
Dentro del mercado local tiene casi un tercio de market share (cuota de mercado).
No obstante, desde el año pasado está envuelto en un conflicto judicial con un exsocio.
En 2021 la cooperativa anunció un “proyecto conjunto” (joint venture) con Iberte (empresa de capitales españoles con sede en Bratislava, capital de Eslovaquia) con el fin de exportar vino y mostro a Europa del este, pero a mediados de 2022 decidieron ponerle fin a la sociedad. Iberte presentó un pedido de quiebra contra Fecovita en abril de 2023 y, si bien la causa fue desestimada, hoy la batalla continua.
Sin embargo, el secretario Fecovita, Marcelo Federici, denunció que el pedido de quiebra iberte no tiene “sustento alguno”.
“Nos están extorsionando”, dijo Federici a la agencia de noticias Télam, al hacer referencia a la causa judicial.
Como sea, la Unidad Fiscal de Delitos Económicos imputó a los directivos de Fecovita por fraguar estados contables en 2021 y 2022.
Ahora, el mayor exportador de vino a granel del país enfrenta un pedido de intervención, según informo portal El Cronista.