Incertidumbre en la empresa General Motors porque su planta ubicada en la ciudad de Alvear enfrentaba dificultades en el suministro de insumos importados necesarios para la producción. Estas dificultades han llevado a medidas drásticas, como la suspensión del personal hasta el día 4 de marzo. Sin embargo, a pesar de la suspensión, los trabajadores continúan percibiendo el 100% de su sueldo de bolsillo.
Marcelo Barros, secretario general de Smata (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor), expresó su preocupación ante esta situación: «Aunque el trabajador no pierde su salario, por un acuerdo que hicimos con la terminal, esto nos alarma porque la empresa no aclara qué es lo que pasa».
Barros también señaló que la discontinuación de la producción del Chevrolet Cruze en diciembre pasado resultó en 130 retiros voluntarios, además del cierre de la sección de costura que fabricaba fundas para las camionetas Chevrolet Tracker, debido a la importación de estos componentes desde Brasil.
El gremialista resaltó que General Motors no es la única planta afectada por problemas similares. En otras plantas, como Grupo Quijada y Peugeot en Virasoro y San Martín, se han realizado retiros voluntarios que han impactado en la fuerza laboral. Barros manifestó la angustia de los trabajadores ante la incertidumbre sobre el futuro de la fábrica: «La situación es complicada; estamos desesperados porque no sabemos si la fábrica va a seguir funcionando o va a cerrar».
Además, Barros mencionó el deterioro en las ventas de vehículos, indicando que la falta de poder adquisitivo ha afectado el mercado: «Antes, la gente se peleaba para comprar autos. Ahora no puede porque no tiene plata».
Respecto a las condiciones salariales de los trabajadores representados por Smata, informó que tienen un acuerdo para ajustar los salarios según el aumento del costo de vida, y en los últimos dos meses han experimentado un incremento del 38%.