Jazmín tenía 12 años cuando su mamá la llevaba a las cuatro plazas de barrio Belgrano a encontrarse con las vecinas de la cuadra en las asambleas barriales previas a 2001. Trocaban alimentos y materiales que necesitaban para sobrellevar la semana mientras organizaban movilizaciones al centro de la ciudad y la convocatoria del 19 y 20 de diciembre. Desde hace cuatro viernes Jazmín vuelve sola a esa plaza y reconoce algunas caras familiares y a las madres de sus amigas con las que por entonces jugaba. La consigna es similar a la de hace más de 20 años: organizarse de forma colectiva ante el impacto de las medidas del gobierno nacional en el bolsillo de estudiantes, trabajadores y jubilados. En los encuentros de los viernes a las 20 charlan sobre la situación individual de cada vecina y vecino mientras buscan formas solidarias de organizarse para enfrentar la crisis. Este viernes 1° de marzo, las asambleas barriales de diferentes puntos de la ciudad convocan a una acción simultánea a partir de las 19.30 para manifestarse contra el modelo económico del gobierno nacional en la previa de la apertura de las sesiones legislativas –está previsto que el presidente Javier Milei hable a las 21– y exigir un nuevo paro general. Llevarán carteles con consignas y algo para hacer ruido. Desde los diferentes barrios, vecinas y vecinos coinciden en que la única salida es colectiva.
Las primeras reuniones surgieron tras la presentación de la ley Ómnibus. Estudiantes, trabajadores y jubilados se acercaron para compartir sus problemáticas marcadas por la suba de precios, el aumento del costo de medicamentos, del transporte del boleto de transporte, la pérdida de poder adquisitivo y la falta de trabajo. Algunos las plasmaron en carteles que muestran a los automovilistas y otros, como en 2001, llevan cacerolas para hacer ruido.
En barrio Belgrano cerca de 90 personas se reúnen cada viernes a las 20 en Mendoza y Provincias Unidas. “Nuestro barrio fue el primero que fundó las asambleas barriales en 2001. Es una herramienta que ya conocíamos. Al igual que en ese momento estamos enfrentando una crisis económica y social con un saqueo a la clase trabajadora. La diferencia es que antes eran sectores de ahorristas y hoy las asambleas son más populares, somos una clase media empobrecida y sin capacidad de ahorro”, dijo Jazmín a El Ciudadano.
Las principales problemáticas que aparecen son los tarifazos, la inflación, el aumento del alquiler y del precio de los medicamentos. “Lo económico es lo que más nos afecta. El 70 por ciento de los vecinos tuvimos dengue y no tenemos vacuna ni asistencia. Los comedores están cerrados. El aumento del boleto de transporte nos impide movernos. Estamos en alerta permanente y nos ayudamos entre nosotres”, agregó Jazmín, quien recuerda cuando su mamá y las de sus amigas del barrio pensaban acciones para resistir a la crisis y organizaban ollas populares. Hoy entiende que las asambleas son recientes pero apuntan a desarrollarlas para que sean un actor social en la lucha colectiva.
Viviana Della Siega integra la asamblea de barrio Echesortu y de Agote/Pichincha y dijo que hay mucho malestar y preocupación. “Todos los días hay una violación a los derechos humanos. Estamos expresando un sentir que se va extendiendo en distintos sectores. Conocemos historias de gente que se queda sin trabajo, la falta de alimentos en comedores, el aumento de los alquileres, el costo de la canasta escolar”, contó.
Para Della Siega hay un paralelismo con las asambleas de 2001 en la “espontaneidad de la organización popular desde abajo”. Pero a diferencia de ese entonces no aparece la consigna “que se vayan todos”. “Este gobierno no puede continuar así. Se van perdiendo derechos que estaban garantizados. La situación es peor que en 2001 porque no veo cuál puede ser la salida institucional”, opinó. Y valoró que cada semana se sumen más personas. “A la lucha hay que sumarle la organización. La gente expresa su descontento en la calle, con carteles y con mucho ruido y sumando vecinas y vecinos de distintas pertenencias y agrupaciones políticas. Nos une el objetivo de parar esta locura que estamos viviendo”, agregó.
En barrio Echesortu se reúnen todos los viernes en Mendoza y Avellaneda. “Algunos vienen de la tradición de 2001. Con un grupo de jóvenes empezamos a ver cómo la situación empeoró y confluimos con esa tradición. Hoy somos más de 50 personas que se organizan desde sus lugares de trabajo. Hay una diversidad de sectores, algunos con tradiciones y otros muy nuevos”, dijo Leidén, una de las integrantes de la asamblea y aseguró que cada integrante se acerca con un reclamo distinto. “Hay de todo tipo: medicamentos oncológicos, docentes, salud pública. La población está teniendo una respuesta de resistencia ante los ataques que cada vez son más duros. Ante la impotencia, la vecina y el vecino se suma y muestra una salida colectiva ante la crisis económica y social”, señaló.
La primera convocatoria surgió a partir del anuncio de la ley Ómnibus. “Nos une un gobierno hambreador y la tradición de 2001 que dice que la única forma es desde abajo, de forma democrática y con la participación de todos los sectores afectados. Es una reacción colectiva y organizada. Queremos recuperar la idea de solidaridad de 2001 ante la imperante ideología del individualismo”, agregó.
En barrio Agote y Pichincha las asambleas son los sábados a las 19 en Córdoba y Vera Mujica. “Empezamos el fin de semana siguiente al que se cayera la ley ómnibus. Sabíamos que había asambleas barriales que habían ido al Congreso y pensamos que en Rosario teníamos que organizar algo parecido”, contó Romina.
“Queremos aportar a las diferentes luchas de trabajadores para unirnos y fortalecernos. Exigimos otro paro general y un plan de lucha. Con eso y con la movilización en la calle vamos a frenar este ataque que pagamos los trabajadores, estudiantes y jubilados. Sólo con movimientos masivos en la calle vamos a mostrar la fuerza y la oposición”, señaló.
Barrio por barrio
- Fisherton industrial (Junín y México) convocan a un cacerolazo y olla popular a las 20
- Belgrano (Mendoza y Provincias Unidas): cacerolazo a las 20
- Echesortu (Mendoza y Avellaneda): cacerolazo a las 19.30
- Agote/Pichincha (Córdoba y Vera Mujica): cacerolazo a las 19.30
- Tablada (Ayolas y San Martín): cacerolazo a las 20
- Sur (Arijón y Ayacucho): cacerolazo a las 20