Lionella Cattalini nació en Villa Cañás, la ciudad santafesina de 10.000 habitantes que se popularizó por ser el lugar de nacimiento de Mirtha Legrand. Su padre tiene una pyme dedicada a la construcción y su madre trabaja también en la empresa. Ninguno de los dos le transmitió la pasión que ella siente por la política y por el socialismo, sobre lo que no tiene una «explicación racional». Tiene una hermana médica terapista que trabaja en Italia y se formó, igual que ella, en la universidad pública. Lione, como la llaman sus conocidos, eligió Derecho y recién ahí se encontró con el socialismo como opción política. Indentificada con la figura de Hermes Binner se fue involucrando cada vez más, militó en la agrupación DNI y fue asumiendo roles en la función pública hasta que Mónica Fein la nombró al frente del Plan Abre, una instancia clave en su vida política. Cattalini va por su segundo período en la Legislatura y se entusiasma con el inicio del gobierno y el funcionamiento de la coalición de gobierno, donde sabe que el socialismo cumple un rol estratégico.
—¿Por qué elegiste el socialismo?
—Si te tengo que dar una explicación racional no la tengo, claramente; en su momento empecé en la universidad a escuchar distintos sectores, a involucrarme, a conocer gente, y a mí siempre me llamó mucho la atención la figura de Hermes Binner. En ese momento todavía no era gobernador, había ganado las elecciones en la provincia, pero por la ley de lemas no era gobernador. Cuando yo me sumé eran tiempos de la campaña de Binner 2005 a diputado nacional. Siempre me llamó mucho la atención su figura, cómo había cambiado Rosario y cómo Binner hacía de su discurso relacionado a la ejemplaridad y a la honestidad una bandera que es pocas veces vista en la política. Bueno, creo que una cosa lleva a la otra; mi búsqueda, mi voluntad, el conocer gente, y esa figura, hicieron que me empiece a sumar y que adopte al socialismo como una forma de vida.
—¿Cuál era tu espacio político en el inicio de tu militancia?
—La agrupación DNI en la Facultad de Derecho. Cuando yo me sumé ese espacio tenía un año de vida y milité junto a Enrique Estévez, que hoy es ministro de Ambiente en la provincia. Al poco tiempo ganamos el centro de estudiantes.
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—Estar al frente del Plan Abre fue tu presentación en sociedad. ¿Fue tu primer cargo?
—Ya había tenido cargos antes, obviamente que de menor jerarquía. La verdad es que Mónica me dio la posibilidad de hacerme cargo del Plan Abre y después sumarme al gabinete, algo que fue un aprendizaje enorme, porque además era muy chica. Fue una experiencia súper enriquecedora, pero yo venía de una militancia de muchos años, donde tuve la oportunidad de conocer a todos los referentes del socialismo.
—El socialismo perdió a su último gran referente, que fue Miguel Lifschitz. ¿Va creciendo alguna figura que pueda tomar la puesta de ese tipo de liderazgo tan marcado, como fueron también los de Binner o Bonfatti en su momento?
—En primer lugar, es cierto que venimos de un último tiempo muy difícil, porque perdimos las elecciones en 2019, perdimos Rosario después de 30 años. Tuvimos la oportunidad de ganar la elección en la Cámara de Diputados, y automáticamente, pandemia mediante, falleció Miguel. Muchos pensaban que era la muerte del socialismo y que era la última vez que el socialismo iba a tener relevancia. Sin embargo, creo que a pesar de las dificultades tomamos muchas buenas decisiones.
Creo que fue muy debatida la inserción nuestra a Unidos, pero hoy la valoramos como una buena decisión, obviamente con el diario del lunes, pero Unidos le permitió a la política dar un mensaje de que en Santa Fe se pueden hacer las cosas distintas, porque nosotros como partido nos podemos sentar con gente que piensa distinto a generar acuerdos, a poner sobre la mesa cuáles son los problemas, y que cada uno ceda un poco. Y eso es algo positivo en el momento político que vivimos.
Después, Clara García fue candidata, primero a senadora en 2021, con muchas dificultades, y luego a diputada provincial en el 2023. Ganamos esa interna y luego le ganamos nada más y nada menos que a un gobernador en ejercicio, a un gobernador del peronismo, con todo lo que eso implicaba. Creo que estamos en un buen momento como partido político, donde hay una realidad que cambió, y creo que no hay ningún partido hoy en la Argentina que pueda hablar de una sola referencia, como se hablaba hace tiempo. Eso es algo sano, es algo positivo. Y del socialismo en particular emergen muchas figuras, tanto jóvenes como no tan jóvenes, que tienen la posibilidad de tener una voz, de defender una idea, de ser referencia. Eso es una gran oportunidad, y obviamente que hay una figura que tiene quizás, hoy, una trascendencia indiscutible hacia adentro del socialismo, que es la figura de Clara García, que es una llama de esperanza que nosotros tenemos, que no solo ganó una interna sino que le ganó al gobernador en ejercicio y hoy es la primera mujer en presidir la Cámara de Diputados de la provincia.
—¿Puede ser la figura a emerger en esa cadena de referentes y grandes líderes del socialismo?
—Sí, por supuesto que sí. Pero me parece que hay que pensarlo de otra manera, porque no creo que la historia se repita desde el mismo lugar, y no creo que indefectiblemente tenga que haber una sola referencia, como existió durante mucho tiempo. Creo que es necesario que haya muchas más referencias, y que haya mucho más jóvenes que tengan voz y que sean referenciados, porque hoy la realidad y la sociedad exigen otro tipo de liderazgos, exigen otro tipo de construcción. Me parece que vamos a ese lugar, y me parece que Clara García va a ser durante mucho más tiempo en la política santafesina una figura de renombre, de peso, y no tengo ninguna duda de que tiene mucho camino por recorrer y que va a ser una de las grandes referencias del socialismo.
—La Legislatura arrancó el año como nunca en la historia, con una multiplicidad de proyectos aprobados, sobre todo en seguridad. Fue un arranque fuerte del gobierno.
—Sí, yo lo vivo con mucha expectativa y mucha responsabilidad, porque la verdad es que el hecho de que haya un gobernador en esta provincia, en un momento de tanta antipolítica y de tanto descreimiento de la política, que haya sacado un millón de votos, que haya una coalición de gobierno que haya tenido la inteligencia de concertar a tantos actores que piensan tan diferente, muestra una expectativa, pero también una responsabilidad de sostener la coalición, de sostener nuestra identidad, de hacer que esa coalición gobierne y haga un buen gobierno. Y creo que teniendo en cuenta eso, de estar cerca de la gente, de formar equipos, de trabajar 24/7, y teniendo muy en claro que las prioridades de gestión son las que hemos discutido durante la campaña, y tienen que ver fundamentalmente con la seguridad, hay un gobierno que entendió que hoy la gente vive con miedo y que no podemos construir nada positivo si lo hacemos desde el miedo. Esa es una clara prioridad. Lo mismo la educación y lo mismo la defensa del aparato productivo de la provincia, que creo que hoy es lo que tenemos todos que defender. Y defender a Santa Fe como provincia.
—De todos los proyectos enviados y aprobados en materia de seguridad, ¿cuál considerás como el más importante?
—Bueno, yo creo que se aprobaron muchos y también se están discutiendo muchos importantes, pero me parece que el de la creación de la Agencia de Inteligencia habla de una necesidad de ir al frente. Santa Fe hoy es la primera provincia que cuenta con una ley de Inteligencia. No hay ninguna otra provincia del país que haya avanzado en esa materia. Sin embargo, tanto las provincias como la Nación muchas veces lo hicieron de manera correcta y muchísimas veces de manera incorrecta o ilegal, y Santa Fe también es un mal ejemplo de eso. Por eso me parece que haber tenido la vocación y la voluntad de avanzar legislativamente en eso, de que eso quede regulado, quede explicitado, de que se cree una comisión bicameral de control permanente y de que se sepa que el Estado está para unificar información en pos de prevenir el delito, y que eso quede como un lema para todos, creo que es una decisión muy importante. Obviamente que va a requerir de mucha voluntad, pero sobre todo de mucho control de todos los actores, porque esta tiene que ser una herramienta para prevenir y no para repetir hechos que se hicieron en el pasado, cuando al ministro (Marcelo) Sain le tocó ser parte de la gestión de gobierno.
—Durante toda esta maratón legislativa, ¿surgieron puntos de discordia hacia dentro del frente?
—Por supuesto que siempre hay diferencias, pero creo que lo positivo de este proceso ha sido que nos hemos podido sentar a una misma mesa a dialogar sobre todos los proyectos, a plantear puntos de vista que eran distintos, y a mejorar esos proyectos. Eso habla de un proceso virtuoso. El Ejecutivo mandó los proyectos, inmediatamente nos pusimos a trabajar, entendiendo que hay una prioridad del gobierno ahí. Todos los proyectos salieron con cambios, todos fueron mejorados, por parte del socialismo, pero también de otros bloques. Y la verdad es que no hubo proyectos que tengan votos negativos, salvo uno o dos en algunas instancias, sino que fueron sólo abstenciones. Y eso habla de una madurez, de una amplitud y de entender que se tomaron muchas consideraciones, nuestras, pero también de otros actores de la política santafesina.
—Los cambios en el MPA no incluyeron la modificación del régimen disciplinario.
—Con respecto al MPA creo que sacamos una buena ley. Yo soy autora de una ley que pretende modificar el régimen disciplinario, porque creo que es algo que tenemos que cambiar. Estoy convencida de que tenemos que generar un sistema mixto, donde la Legislatura no tenga el poder exclusivo sobre el control del régimen de disciplina de los fiscales. Es algo que nos queda pendiente, pero desde el bloque vamos a seguir trabajando para que se cambie a la brevedad.
—¿Creés que se va a poder avanzar en eso?
—Es una cuestión de diálogo, hemos tenido distintas miradas en la Legislatura anterior, pero bueno, el proyecto que mandó el Ejecutivo incluía algunos cambios que se referían al régimen disciplinario, no a todo, así que creo que hay que afianzar el diálogo y fortalecerlo en torno a ello.
—En relación con la agenda de género, ¿creés que pasó a un segundo plano en los últimos tiempos?
—Bueno, lo que pasa es que hay mucho primer plano en esta época, vivimos en una realidad social que nos hace hablar de muchas cosas a la vez, donde tenemos un presidente que gobierna por redes sociales, la situación económica es acuciante para todos, pero para las mujeres en particular, porque son las que más sufren el impacto social, el impacto económico. Estamos con la mirada muy puesta allí, por supuesto que la agenda de género es una agenda amplísima y nos exige redoblar los esfuerzos. También nos queda pendiente la ley de Educación Sexual Integral, es una batalla que todavía nos queda por dar, que hemos aprobado en varias oportunidades en Diputados y nunca tuvo asidero en el Senado. Espero que esta Legislatura sea una plataforma para poder avanzar en ese sentido.
—¿Cuánto creés que puede impactar la orientación del gobierno de Milei en la suerte de este gobierno que recién arranca?
—En primer lugar, yo creo que las medidas de Milei afectan fundamentalmente la vida cotidiana de los santafesinos y de todos los argentinos. Vivimos en un país que tuvo en enero una inflación del 20,6 %. Los datos de la pobreza son los índices más altos en 20 años. Cuando hablás con cualquier persona, hablás de economía, de inflación, de cómo cada vez es más difícil llegar a fin de mes, eso afecta la vida cotidiana, la marcha de un país y por supuesto la marcha de cualquier gobierno. Por supuesto que vemos con mucha preocupación todas las medidas que está tomando el gobierno de Javier Milei, porque influyen en la recaudación, influyen en las decisiones políticas y sobre todo en el diálogo político y en la confrontación que nos intentan imponer todo el tiempo el gobierno nacional, con los gobernadores, con los legisladores, con cualquiera que piense distinto. Eso es algo que me preocupa mucho; nosotros hemos sido blanco de esos ataques por parte del gobierno nacional, en la figura de nuestros diputados nacionales Mónica Fein y Esteban Paulón, que son agraviados solamente por decir y votar lo que piensan y la consecuencia de nuestra historia como Partido Socialista durante todo este tiempo. Eso es algo muy preocupante para el sistema democrático argentino y genera además muchos retrocesos en los diálogos que son necesarios para salir de una crisis. Nadie piensa que puede salir de la crisis solo, y para salir se necesita un diálogo político fluido, a pesar de que tengamos miradas diferentes. Eso es un ejemplo en la provincia y ojalá los actores nacionales tomen ese ejemplo y recapaciten para entender que lo que viene es muy difícil y que van a necesitar de todos y todas.