Franco Díaz sigue en penitencia y por ahora no hay indicios ciertos de cuando se levantará o no el castigo. El mediocampista leproso quedó en el ojo de la tormenta a partir de la viralización de un video la semana pasada donde dice ser «de Central», y si bien el propio jugador realizó un descargo y aseguró que esos dichos fueron en una situación tensa donde expresó eso para salir del paso, el enojo de los hinchas y la propia dirigencia rojinegra generó una sanción económica y deportiva.
«No lo voy a juzgar por eso. Entiendo al hincha que está muy molesto. Hay que ver el contexto en el que pasó. Institucionalmente y con mi aval tratamos de bajar la pelota al piso. Dejar pasar las horas para ver como se dilucida este por ahora inconveniente. Invito al hincha a que no sea tan radical y que pensemos las cosas un poquito más. Son momentos y frases desafortunadas que se hacen en un contexto que no lo sabemos. El que está libre de pecado que arroje la primera piedra. Lo tomo con calma. No es un buen momento lo que pasó sobretodo a nivel social por cosas que suceden en Rosario mismo. Veremos como está él. Todo se magnifica. Si pasa en otro contexto no se manifiesta tanto. Prefiero la mesura y tranquilidad. Entiendo al hincha pero también hay que entender a los chicos. Prefiero resolver esto como gente adulta». Las palabras de Larriera sobre el tema daban a entender una idea del entrenador de dejar correr los días para que se bajen un poco las pulsaciones y luego reincorporar al futbolista.
Nada cambió. Por ahora la dirigencia mantiene la postura de dejar al jugador apartado del plantel. Esta decisión se basa en el enojo por sus dichos; la situación anímica del futbolista, que incluso recibió amenazas; y por entender que hoy no están dadas las condiciones para que Díaz juegue, en especial en el Coloso, con los hinchas enfurecidos.
La postura no tiene fecha de vencimiento, aunque hay muchas posibilidades de que Díaz ya no juegue por la Copa de la Liga y en el receso se busque cederlo a otro club. Hubo un sondeo con Vélez, club dueño de su pase, para saber si había interés de repatriarlo a partir de la situación judicial que obligó a separar a cuatro jugadores del plantel, pero desde el Parque aseguran que por el momento el club de Liniers no mostró interés.
¿Qué pensará Larriera? Hoy el entrenador no tiene la espalda suficiente para plantarse a la dirigencia y buscar cambiarle la opinión. Y si bien muchos compañeros entendieron el contexto de los dichos, otros se enojaron con el futbolista. Y así, la continuidad en el Parque es cada día más incierta.
