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La narcoviolencia y la inseguridad crecen en América Latina y espantan inversores

El Banco Mundial le dedicó un capítulo de su informe de Perspectivas 2024 al crecimiento del crimen organizado y la violencia que genera en América Latina

América Latina y el Caribe es la única región del mundo donde la violencia aumentó en el comienzo de siglo: el número de homicidios por persona es cinco veces mayor que en América del Norte y 10 veces más alto que en Asia. Alberga el 9% de la población y constituye un tercio de los homicidios del mundo.

Es la advertencia que el Banco Mundial desplegó en el informe de las Perspectivas Económicas 2024 que acaba de publicar donde aborda la temática de la inseguridad creciente, por tener «un fuerte impacto económico».

Además, concluye que las víctimas están sobrerrepresentadas entre los más desfavorecidos: los pobres, los jóvenes, las minorías étnicas y los grupos LGBT+. Así, hace hincapié en que la violencia afecta el crecimiento económico por varios canales.

Por ejemplo, cuando amenaza los derechos de propiedad, afecta las decisiones de inversión. Muestra el estudio que, en Colombia, cuando el acuerdo de paz parecía inminente, aumentó la creación de empresas. Y se detuvo cuando fue rechazado en un plebiscito nacional.

Hace una década, un informe del Banco Mundial había estimado el costo de la violencia en un 8% del Producto Interno Bruto (PIB) en seis países de la región, y que una reducción del 10% en la violencia conduciría a un aumento de un punto porcentual en el crecimiento económico anual en los dos países más violentos.

Pero el reporte pone énfasis en la violencia perpetrada por el crimen organizado, como el repunte reciente por parte de pandillas en Ecuador y Haití, lo cual es un tema crucial para el bienestar de los ciudadanos de América Latina y el Caribe.

Es significativo que la tasa de homicidios promedio sea en Latam y Caribe cuatro veces superior al promedio mundial, cinco veces superior a la tasa de América del Norte y dos veces superior a la tasa de África.

Asimismo, esta región es la única del mundo donde esta cantidad viene creciendo. Alberga el 9 por ciento de la población y un tercio de los homicidios del planeta. «No es de extrañar que las preocupaciones en torno de la seguridad también estén al alza entre los latinoamericanos», dice el informe.

Un quinto de la población de Latam y Caribe lo considera el problema más importante de su país.

La violencia y cómo combatirla

El Banco Mundial, junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), emprendieron una iniciativa conjunta para comprender mejor la violencia y cómo combatirla. Constituye uno de los principales desafíos de la región a futuro.

Los países latinoamericanos y caribeños son más violentos que lo que sus PIB per cápita o tasas de pobreza predecirían, sugiriendo que estos altos niveles de violencia no pueden ser explicados por la etapa de desarrollo en que se encuentran.

El promedio por país según el PIB per cápita exhibe una tasa de homicidio 4,8 veces más alta que si se la compara con otra región, mientras que el país promedio de Latinoamérica y Caribe por pobreza muestra una tasa de homicidios 5,4 veces más alta que sus contrapartes en otras latitudes.

¿Por qué son los países de esta región mucho más violentos que el resto del mundo?

Según algunos estudios, la desigualdad tiene una correlación más fuerte con la violencia que la pobreza, pero aun así los países de esta región son más violentos que otros con niveles similares de desigualdad.

Históricamente ha tenido problemas con diferentes tipos de violencia, pero desde principios de la década de 2000 la principal fuente es el crimen organizado vinculado con el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas.

Son una fuente creciente de destrucción y estancamiento para la región, subraya el informe.

Las repercusiones de la violencia se extienden al crecimiento económico, la productividad y la capacidad del Estado.

La violencia afecta el crecimiento económico de varias maneras. Cuando amenaza los derechos de propiedad, impacta en las decisiones de inversión privada. Pero asimismo afecta la acumulación de capital humano y la participación en el mercado laboral de sus víctimas, perjudicando su productividad e ingresos, así como la productividad general.

De modo que, abordar el tema del desarrollo y crecimiento económico en América Latina y Caribe requiere de una profundización y ampliación de la conversación respecto de cómo enfrentar el crimen organizado y la violencia que genera.

El problema supera las fronteras nacionales y demanda soluciones regionales coordinadas. Esta preocupación es la que impulsa la alianza entre el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) para trabajar de forma conjunta en la generación de información y conocimientos que puedan ayudar a determinar las políticas adecuadas y facilitar los intercambios entre el sector académico y profesionales de todos los países.

Anuncia que un indicador final de bienestar que la serie de informes LACER comenzará a monitorear periódicamente es el nivel de violencia en la región.

Casi el 20 por ciento de la población en la región considera que la violencia es uno de los problemas más urgentes de su país, desplazando las preocupaciones sociales de hace cinco años, y con razón: la región es la más violenta del mundo, lo cual representa un impedimento no solo para el bienestar de los ciudadanos, sino que la inestabilidad desalienta la inversión, tanto doméstica como extranjera.

Asimismo, buena parte de la violencia es impulsada por el comercio ilícito, particularmente de narcóticos, que se expande a países otrora inmunes.

Estas actividades no solo menoscaban la estabilidad social, sino que impiden otros objetivos, como la protección de la Amazonía, y en algunos casos amenazan la integridad del Estado, finaliza diciendo.

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