La automotriz General Motors vuelve a frenar por tercera vez en pocos meses la actividad en su planta de Alvear esta semana a raíz de la preocupante caída de ventas que atraviesa el sector en medio de la constante pérdida de poder adquisitivo de los ingresos en Argentina y también abrirá una instancia de retiros voluntarios para sus trabajadores.
El establecimiento en el que trabajan 1.200 empleados ya había sufrido un parate entre fines de marzo y principios de este mes por razones similares, y ahora desde la empresa afirmaron que entre el lunes 22 y el viernes 26 de abril volverán a poner un freno de mano.
Todo lo que informó hasta el momento la empresa es que la decisión se enmarca en la constante caída de demanda y consecuentemente de la producción. Estiman que en el primer trimestre la caída productiva en el sector fue del 23% en la comparación interanual.
Ya durante el verano había tenido un cierre parcial y freno en la actividad. Cuando la empresa retomó tareas los hizo con el 85% de su personal, mientras que el 15% restante continuó suspendido cobrando el 80% de sus salarios.
General Motors está ubicada a unos 25 kilómetros de Rosario y allí se fabrica el modelo Chevrolet Tracker. Los últimos parates confirman el impacto que está generando el modelo económico de Javier Milei en el sector automotriz y en un dinamizador de la región.
Pero GM no es la primera ni la última firma automotriz que padece las consecuencias de la crisis económica. Toyota fue una de las primeras que inició retiros voluntarios para 400 de sus 8.500 empleados, con el objetivo de compensar lo que dejó de ganar en medio de la recesión.
En tanto, en la planta cordobesa de Renault decidieron no renovar contrato a 270 trabajadores, que representaban el 15% de los 1.900 operarios que se desempeñaban en el establecimiento.